Diario El Independiente
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Hoy es lunes, 30 de junio de 2025

En privado

• El dedo en la llaga.


 

 

Sé de antemano que con mi entrega de hoy, muy seguramente voy a poner el dedo en la llaga.

Pero no me interesa.

 

Purque también sé perfectamente lo que escribo.

 

Y por tanto, como responsable de lo que escribo, me atengo a las consecuencias.

 

Iniciaré diciendo que los más recientes hechos violentos registrados aquí en La Paz, aunque fueron reprobables, sirvieron para algo.

 

Efectivamente.

 

Sirvieron para poner al descubierto la prepotencia con la que actúan algunos tipejos que, amparados por una cámara o un simple celular , se dicen periodistas.

 

Quienes, como dice el Periodista Porfirio Sarabia: “son feibuqueros”.

 

Incluso, dichos “periodistas”, de acuerdo con su manera de actuar, en eventos como el ocurrido, pretenden rebasar la actuación de las autoridades policíacas.

 

Así es.

 

Y lo confirmo, porque así se observó durante uno de estos desafortunados sucesos de hace unos días.

 

Allí, pudimos observar que hay quiénes, que por el solo hecho de decirse periodista, creen que les asiste el derecho no solamente de transgredir operaciones de investigaciones policiacas, sino hacerlo de manera despótica.

 

O si se quiere, inclusive, son capaces de pretender obstaculizar el trabajo que en momentos como esos están realizando las autoridades policiacas, lo cual es aún más reprobable.

 

Que se entienda.

 

Un servidor no solamente fue reportero de información general en varios Semanarios, y Diarios como Últimas Noticias, La Extra y El Independiente.

 

Sino que también fue reportero de información policiaca.

 

Es decir, ya hace muchos años pasé por esos campos minados y supe de aciertos y desaciertos.

Como también supe de altas y bajas en nuestras filas.

 

Vamos, en pocas palabras dediqué más de 40 años a ambas fuentes de trabajo periodístico, a la par de esta columna EN PRIVADO.

 

Ahora, ya tengo cumplidos 74 años.

 

Es decir, estoy más allá del bien y el mal.

 

Y aclaro que ha sido el trabajo profesional el que me ha hecho llegar lejos.

 

Pero ¡Jamás la prepotencia!

 

Y todo ello ha sido por una simple y sencilla razón:

 

Porque siempre supe, en base a lo que mi padre decía:

 

“La prepotencia, es la máscara de la ignorancia”.

 

Luego entonces mi consejo es actuar con mesura y prudencia.

 

Y sobre todo con criterio y profesionalismo.

 

En síntesis, hoy no proporciono nombres.

 

Pero si hay alguien que le quede el saco.

 

Pues, simplemente que se lo ponga.

 

Cuestión de tiempo.