Muy buenos días estimable Lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente.
Inicio esta columna comentando
a Usted: En la ciudad de México, la semana pasada se reunieron funcionarios de
Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y México con el objetivo de iniciar el
proceso de la revisión del tratado de libre comercio T-MEC- tratado México,
Estados Unidos y Canadá. Para todos los funcionarios mexicanos esto les plantea
el desafío de modernizar nuestra política exterior con el fin de adaptarla a
tiempos distintos y producir una sinergia positiva entre esa política y los
asuntos comerciales de los tres países conformados en este bloque comercial
México requiere hoy y necesita una política exterior mucho más activa,
protagónica y moderna, su diseño debe reconocer las nuevas ideas y realidades
geopolíticas y económicas. No basta aprovechar las ventajas del T-MEC, y
nuestra mejor posición comercial sino también tratar de influir en la adopción
de las nuevas reglas y decisiones que normaran las relaciones comerciales
futuras. Porque actualmente México está asistiendo a un proceso de globalización
económica, política, social y cultural. La globalización está convertida en un
elemento característico de la sociedad contemporánea que incide en la vida de
nuestros pueblos y en las acciones de los gobiernos. La disyuntiva ya no está
en negar o aceptar el proceso de renegociación del T-MEC, sino en la forma de
afrontarlo, de prevenir y resolver sus riesgos y de aprovechar sus
oportunidades.
Bajo este contexto: somos ya
un País con más de 100 millones de habitantes residentes en nuestro territorio
y con más de 25 millones viviendo fuera de él; nos contamos entre las primeras
8 economías del mundo y el tercer productor mundial de petróleo, compartimos la
segunda frontera más extensa con el País más poderoso del planeta y somos ya su
segundo socio comercial, y hemos suscrito el mayor número de tratado de libre
comercio que cualquier otra Nación. Por ello y más, México y sus negociadores
tienen que ejercer una diplomacia basada en la concertación política, en el
dialogo exterior, los valores culturales, y en una autoridad moral fincada en
la tolerancia y el respeto ampliado su solidaridad.
En este sentido: nuestra
geografía nos ha unido por siempre con los Estados Unidos de América, el País
más poderoso del mundo sobre nuestro planeta. Esta es una realidad
incontrovertible que asumimos cada vez con mayor naturalidad y México a tratado
de manejar con mas inteligencia y pragmatismo, actualmente se cuenta con una
agenda bilateral notablemente extensa, compleja, rica, y en ocasiones
accidentada. Es lo normal en una relación tan singular, sin embargo, el nuevo
escenario debe incorporar
también dentro de la misma ecuación, la necesidad de que en particular las
regiones fronterizas mexicanas, tanto hacia el Sur, como al Norte deben ser
motivos de preocupación para la seguridad Nacional.
Concluyo: La actual compleja
vecindad con los Estados Unidos de América, México ha dado muestras ejemplares
en varios momentos difíciles de la historia contemporánea, de dignidad,
solidaridad y cooperación con distintos países, porque sabía que la defensa de
esos principios era condición indispensable para salvaguardar nuestra soberanía
y al mismo tiempo participar activamente en los foros internacionales.