• La crisis climática y el impacto de la presión inmobiliaria son sus principales amenazas, destacó la investigadora Antonina Ivanova.
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La Paz,
Baja California Sur.- Académicos y habitantes de comunidades costeras
coincidieron en que las dunas de Baja California Sur y en particular de la
bahía de La Paz, deben ser reconocidas explícitamente en los planes de
ordenamiento urbano para garantizar su conservación a futuro.
Antonina
Ivanova, académica e integrante del Colectivo La Duna, advirtió que la crisis
climática ya impacta directamente a Baja California Sur. Recordó que la
temperatura global se ha elevado en promedio 1.1 grados centígrados desde los
niveles preindustriales.
Esto ha
provocado migración climática, erosión costera y mayor vulnerabilidad ante
fenómenos extremos, narró la especialista.
“Las dunas
son la primera línea de defensa contra huracanes y fundamentales para la
recarga de acuíferos y el control de la intrusión salina. Somos la última
generación que podemos salvar las dunas de nuestro estado”, enfatizó.
Criticó
también el aumento del uso de vehículos 4x4 sobre dunas en la entidad, tras su
prohibición en Estados Unidos.
Ivanova
llamó a aplicar con seriedad los instrumentos vigentes como el Plan Estatal de
Acción Climática (2025) y la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, y
planteó que las dunas de la bahía de La Paz deben ser reconocidas como
infraestructura natural de protección, integrándose de manera obligatoria en la
planeación urbana y costera.
Reyna
Macklís, integrante de la comunidad de La Ribera y de la Ruta de la Conexión,
expuso que “nuestra misión es clara: cuidar el territorio que nos da vida,
aprender en colectivo y actuar unidas”.
Relató
experiencias de restauración de manglares y dunas, vigilancia comunitaria y
talleres de empoderamiento para jóvenes y mujeres.
Denunció
la proliferación de construcciones ilegales en Cabo Pulmo, Ligüí y Ensenada
Blanca, así como el tránsito de vehículos que sigue dañando dunas en Las Pacas.
“Hoy somos
varias voces que hablamos para que las decisiones sobre este territorio no
vayan en contra de nosotros, sino con nosotros”, señaló.
Engracia
Lorena Yee, habitante de La Ventana, denunció además el descontrol inmobiliario
en la franja costera de la comunidad hasta el Faro de Punta Arena, donde se
construye sobre dunas sin respeto a la fragilidad del ecosistema.
“No
queremos ser un Cabo San Lucas, aquí todavía está salvable”, dijo.
Los
colectivos presentes remarcaron que la devastación de las dunas costeras no es
un problema aislado, sino un fenómeno que amenaza la biodiversidad, la
seguridad ambiental y la vida comunitaria.
Reclamaron
a los tres niveles de gobierno la instalación de una mesa permanente,
coordinada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat),
que integre a autoridades, academia y comunidades locales para vigilar el
cumplimiento de la ley y sancionar con firmeza a quienes realizan
construcciones ilícitas.
Finalmente,
advirtieron que, si no se incorporan de manera obligatoria las dunas al
ordenamiento urbano y ecológico, el crecimiento inmobiliario en la bahía de La
Paz y en otros puntos del estado continuará erosionando la base natural que
protege a las poblaciones costeras.