Muy buenos días estimado Lector, gracias, muchas gracias por la preferencia que nos brinda leyendo su Diario El Independiente.
Inicio esta
columna comentando a Usted: Las mexicanas y los mexicanos, reconocen que México
es un País entrañable, una Nación de enorme riqueza por su naturaleza, su
historia y cultura. Sin embargo, también marca sin clemencia a nuestro País la
pobreza, violencia y la desigualdad social, falta de transparencia, políticos
corruptos, empresarios sin escrúpulos, y líderes sindicales capaces de las
acciones más viles, para enriquecerse y mantenerse en el poder.
El pueblo
mexicano considera que es imperativo limitar las políticas neoliberales que han
golpeado a las clases más empobrecidas y en cambio impulsar una economía mixta
con rectoría del estado que combata la pobreza, discriminación y la
marginación, implantando que se reactive vigorosamente el mercado interno, el
empleo, y se supere el nivel de vida de las mayorías, aprovechando las ventajas
que la misma globalización actualmente plantea.
La sociedad
mexicana exhorta a los partidos político nacionales, que tienen que confirmar
el compromiso de generar oportunidades para que los grupos en desventaja social
sean incluidos en mas programas de amplia cobertura de educación y capacitación
para que participen con igualdad de oportunidades en el medio laboral, político
y de desarrollo social. Así mismo se considere plantear una reforma para el
crecimiento sostenido que se traduzca en un desarrollo integral, con
redistribución justa del ingreso y la riqueza.
La sociedad
mexicana reclama que, frente a la desigualdad y la pobreza, las tres instancias
de gobierno, tanto Federal, Estatal y Municipal es primordial vigilar y
promover el marco jurídico que garantice el respeto a los derechos humanos, sin
hacer distinción de sexo, condición social, actividad laboral y económica, para
así contar con la confianza y credibilidad, respeto a la igualdad en derecho
para la equidad de género.
Por otro
lado; impulsar políticas públicas de carácter social, que permitan a los niños
de, y en la calle, los menores trabajadores, las personas con capacidades
diferentes y adultos mayores contar con asistencia, capacitación y
rehabilitación según sea su caso. Pugnando, por la realización de programas
integrales en donde se brinde atención psicológica y legal, así como
orientación social a cada uno de los individuos considerados dentro de algún
grupo vulnerable.
Nuestro
pueblo reconoce a la Carta Magna de la Constitución, al incluir los derechos
sociales a la tierra, al trabajo, a la educación, salud, vivienda, a un de las
necesidades humanas, creo los instrumentos, para construir una sociedad
igualitaria y justa en que el ingreso y los recursos se distribuyan
equitativamente entre las personas y los grupos sociales. Porque la justicia
social parte de la noción integral de democracia y por ello se opone a la
acumulación de la riqueza en pocas manos, a los monopolios y a la tiranía
insensible del mercado.
Concluyo: Las
profundas desigualdades que actualmente vivimos son inadmisibles, moderar la
opulencia y la indigencia sigue siendo una exigencia y un sentimiento de
nuestra Nación.