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En mi entrega anterior dije
que es incuestionable que siempre, cuando la aplanadora causa estragos
político-electorales, --como sucedió el 1 de julio del 2018-- en un principio
todos los que van arriba de la aplanadora no quisieran despertar de ese sueño.
Sin embargo, dije también que
se deja en claro que a veces, el letargo causa un profundo hastío; y en
ocasiones hasta repugnancia y aburrimiento cuya situación lleva hasta el
cansancio. Lo que por tanto imposibilita permanecer en el limbo. Y que eso
finalmente se convierte en el obstáculo para seguir volando entre nubes.
Y en esa entrega, al prometer
que para hoy retornaría el tema por falta de espacio en la anterior, hice
alusión a varios personajes que a nivel nacional, luego de que empezaron a
aflorar su descontento e insatisfacción, además de su rechazo por lo que está
sucediendo. Es decir, que no les cuadra el contenido de la famosa Cuarta
transformación, por lo que, se han desencantado y mejor optaron por renunciar.
Pues bien, a propósito, dejé
pendiente a uno de los personajes más importantes de la actual administración y
quien también ya sometió su renuncia, como lo es Carlos Urzúa,
quien desempeñaba el cargo de Secretario de Hacienda y Crédito Público,
conferido por Andrés Manuel López Obrador. Situación, que como siempre sucede,
nadie lo esperaba, pero que provocó un tsunami de consecuencias.
Y no es para menos escribir
sobre este gran personaje, toda vez que Carlos Urzúa, a través de su carta de
renuncia enviada al presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo también
algunas acotaciones que consideramos sumamente importantes y que por tanto, son
merecedoras de un desglosamiento y de un y análisis acucioso. Más aun en
partes, por ejemplo donde señala que hubo “discrepancias en materia
económica”, porque en “esta administración se han tomado decisiones de política
pública sin el suficiente sustento”. Donde seguramente -entre letras- quiso
decir que el pecado cometido por los anteriores, lo siguen cometiendo los
actuales, y que tuene que ver con desviación de recursos.
E incluso, Urzúa fue sumamente
crítico, al señalar que hubo imposición de funcionarios sin idea de lo
que es la Hacienda Pública. En donde por cierto, acentuó “me resultó inaceptable
la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la hacienda
pública”. Lo que, según él, fue motivado por personajes influyentes del actual
gobierno con un patente conflicto de interés. Lo que por naturaleza podemos
entender que dichas personas –que no cita sus nombres- pudieran ser personas
que no tienen ni capacidad ni preparación.
Aunque, claro, nos hubiese
gustado saber cuáles fueron algunas de las muchas discrepancias que, dice
Urzúa, hubo entre él y el presidente, pues con lo dicho por él, solo deja la
posibilidad de que sean los comentaristas y los analistas políticos quienes
puedan opinar y si se quiere especular sobre los diferendos que existieron
entre él y el presidente. Y sobre todas las cosas, saber respecto al conflicto
de intereses que cita en su misiva.
En fin, sin perder la idea del
tema de hoy, he de decir que las grandes marejadas del tsunami también llegaron
a Baja California Sur. Y que por cierto hicieron escala en el Congreso Local
donde hay varios que buscan salvarse de las marejadas.
Así es. Toda vez que los
señalamientos y acusaciones al interior del Poder Legislativo, no se han hecho
esperar, a grado tal que –incluso— llegó el momento en que hubo de entrarle al
quite el todavía y milagrosamente líder de Morena (milagrosamente por las
grandes diferencias que no han subsanado entre este y Víctor Castro Cosió),
Alberto Rentería Santana, quien tras tomar el toro por los cuernos, tomó la
tonta e irracional decisión de despedir, nada menos que por la puerta trasera
de ese partido, a los diputados Héctor Ortega Pillado y Carlos Van Wormer. Y
digo tonta e irracional, pues nunca debió haberlos despedido, sino más bien
debió haber negociado por separado con cada uno de ellos. Y en su caso buscar
–lo que jamás hizo- una reconciliación. Pero no despedirlos.
¿Por qué? Simplemente porque
si las cosas continúan como hasta ahora, donde se está observando la
escasez de liderazgo, la insensibilidad y la falta de acuerdos. Y
sigan cayendo en caso de extremismos, como lo están haciendo hasta hoy y
de lo cual es testigo el pueblo en general, hemos de tener la certeza de que,
en tan solo unos meses más, por la misma puerta trasera se podrían
despedir a otros tantos, quienes vale decir que seguramente ya han sacado sus
fichas y están haciendo cola para ello.
Es decir, al igual que los
golpes bajos y las zancadillas, las desbandadas han estado a la orden en el
Congreso del Estado, y todo, porque allí jamás ha existido un líder. Luego
entonces, cada quien pretende jalar agua para su molino. Pues preocupados por
las dietas y los recesos, las y los diputados han dejado por un lado su
ideología lo mismo que a sus representados.
Así pues, a menos de un año de
gestión, las y los diputados que en un momento hicieron alarde y enarbolaron
las banderas de la cuarta transformación en Baja California Sur, han puesto en
sus curules sus diferencias y sus desacuerdos, haciendo añicos la aplanadora y
eliminando la mayoría que tenía el Movimiento de Regeneración Nacional en el
Congreso del Estado. Y todo, --repito--, porque ha faltado liderazgo.
De esta manera, a los
exmorenistas Héctor Manuel Ortega Pillado, del distrito 01 de San José del Cabo
y Carlos “Chaky” Van Wormer del distrito 06, habría que sumarles a Sandra
Guadalupe Moreno Vázquez, también de San José del Cabo, misma que perteneció
originalmente al extinto Partido Encuentro Social (PES).
Sin embargo, aun sin la
investidura del suficiente liderazgo, la lucha de Milena Quiroga
Romero, a través de la cual exhorta a su gente a conservar la cordura y
mantener la prudencia, a dejarse de pugnas, diferencias, rivalidades y
protagonismos, sigue firme. Pero –claro- a las claras se observa que son gritos
en el desierto. Lo que más bien nos deja entrever que las desbandadas
continuarán.
Y es que hasta hoy, el tiempo
se les está yendo en discrepancias, en discusiones bizantinas, en
divergencias, en tonterías. Todo lo cual solamente está ocasionando
desavenencias, provocando distanciamientos y divisionismos que a nada
bueno llevarán, y lo que solo nos deja en claro que a como se ve, la muy famosa
cuarta transformación será, como hasta ahora lo ha sido. Solo una utopía. …….
Cuestión de tiempo.