• En el ojo del huracán de esta polémica está el coordinador del Senado, Adán Augusto López, y su entonces secretario de seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez.
Fotogalería
Estado de
México. - El escándalo de dos exfuncionarios del estado de Tabasco, sureste del
país, ligados al narcotráfico y ahora prófugos, ha añadido tensión a la
relación México-EE.UU. que creció con las amenazas del presidente Donald Trump
de enviar tropas al otro lado de la frontera para atacar a los carteles.
En el ojo del
huracán de esta polémica, está el actual coordinador del Senado mexicano,
exgobernador de Tabasco y exsecretario de Gobernación (Interior), Adán Augusto
López Hernández, un hombre cercano al expresidente Andrés Manuel López Obrador
(2018-2024), y su entonces secretario de seguridad, Hernán Bermúdez Requena.
Según el
semanario mexicano Proceso, en su edición de hace dos semanas, los vínculos
criminales de los exfuncionarios fueron reportados en 2022 por los servicios de
inteligencia del Estado mexicano durante el gobierno de López Obrador, cuando
López Hernández era secretario de Gobernación de México.
Bermúdez
Requena, conocido como ‘El Comandante H’, fue designado secretario de Seguridad
en el estado de Tabasco (sureste) en 2019 por el entonces gobernador Adán
Augusto López Hernández, del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena), y se le acusa de ser uno de los líderes del grupo delincuencial ‘La
Barredora’, una célula criminal vinculada al Cartel Jalisco Nueva Generación
(CJNG).
El pasado 22
de julio, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar
García Harfuch, confirmó que pesaba una orden de aprehensión y ficha roja de la
Interpol contra Bermúdez Requena, quien era investigado desde 2024 por sus
vínculos con el crimen organizado.
Sheinbaum sale al paso
Ese mismo
día, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, informó en su rueda de prensa
matutina, que desde octubre de 2024 el Gobierno federal ha estado cooperando
con el estado de Tabasco en la investigación del exfuncionario.
Según la
información de inteligencia, Bermúdez Requena habría tenido vínculos con
criminales desde 1999 y un posible arresto en 2006 por la ejecución de un
ganadero.
Con los
señalamientos en su contra por haber sido su “jefe”, López Hernández tuvo que
enfrentar las primeras acusaciones de que él sabía todos los movimientos de
Bermúdez Requena y los opositores comenzaron a decir que era “su García Luna”,
en referencia al exsecretario de Seguridad, ahora preso en Estados Unidos por
corrupción, del expresidente Felipe Calderón (2006-2012).
Sheinbaum
explicó ese día y en días posteriores que para acusar a López Hernández “tiene
que haber pruebas fehacientes de que alguien esté involucrado para poder abrir
una carpeta de investigación”.
“No se va a
cubrir a nadie, las investigaciones, en cualquier caso, para cualquier persona
deben hacerse, pero de antemano no se puede culpar a nadie hasta que no se
demuestre lo contrario”, sentenció la presidenta.
Días más
tarde, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México, a través
de la Procuraduría Fiscal, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), bloqueó las cuentas bancarias
de Bermúdez Requena así como de empresas relacionadas, socios y familiares.
También
explicó que, de manera simultánea, la Secretaría de Gobernación suspendió las
actividades de otras empresas que llevaban a cabo actividades de juegos y
apuestas, vinculadas a familiares del exsecretario de Seguridad Pública de
Tabasco.
En tanto el
periódico estadounidense The New York Times publicó, el 1 de agosto, que la
presidenta Sheinbaum enfrentaba por un lado los escándalos de corrupción y
complicidad de funcionarios con el crimen organizado y por otro, las presiones
de seguridad de Trump, quien exige combate frontal contra los cárteles.
Su
información indicó que dos hombres nombrados por López Hernández en Tabasco, un
secretario de Seguridad y un jefe de la Policía estatal, son buscados por el
Gobierno mexicano y la Interpol, acusados de dirigir un grupo criminal
implicado en el narcotráfico.
López Hernández se defiende
Hace una
semana, en el Senado mexicano, López Hernández expresó que no necesitaba
escudarse “en el fuero para acudir al llamado o al citatorio de alguna
autoridad, local o federal” y dijo que hasta el momento no hay ninguna denuncia
en su contra y que enfrenta una campaña de desinformación sin fundamento.
Y defendió
que Bermúdez Requena “no inició conmigo, yo lo nombré en un momento de
crisis de seguridad en diciembre del 2019. Y nunca, durante el ejercicio, en mi
ejercicio de gobierno, tuve algún indicio o alguna sospecha”.