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Hoy es sábado, 15 de junio de 2024

Crónica. Volver a casa

• Madres rastreadoras y más familiares de personas desaparecidas en BCS cumplieron dos semanas en tareas de búsqueda en la zona de El Cajoncito, en La Paz, donde se han localizado 14 fosas clandestinas, con presuntamente 18 osamentas humanas

Crónica. Volver a casa


La Paz, Baja California Sur.- Una llamada anónima lo removió todo. Alimentó la esperanza del regreso a casa, aunque agudizó el dolor de cientos de madres que hace siete años o apenas algunos meses buscan a sus hijos desaparecidos en Baja California Sur, el estado considerado y presumido como el más seguro del país. 


La llamada la recibió el colectivo de Búsquedas por La Paz, pero retumbó en los corazones de todas las madres buscadoras en la entidad, las rastreadoras sudcalifornianas que se mantienen de pie y que se levantan cada mañana con un objetivo en común: hasta encontrarlos.


Aquellas expresiones de “Como sea, donde sea. No buscamos culpables”, que suelen lanzar en las manifestaciones de cada 10 de mayo o cada 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, esta vez cobraron todo el sentido. 



·        La llamada  

El teléfono sonó el 4 de mayo. Les dieron una indicación de un sitio de fosas clandestinas: el arroyo El Cajoncito en La Paz. Como pudieron, las líderes de ese colectivo y de otros aliados en la ardua tarea de localización de familiares, se organizaron para llegar al amanecer del domingo. 


Y así lo hicieron. Con picos y palas, con las pañoletas y bandanas cubriendo sus rostros del polvo, y con las gorras y sombreros protegiéndose del inclemente sol, así llegaron el 5 de mayo, bajo ese sol que comenzó a calar al instante, pero nunca tan fuerte como el dolor de no saber dónde están sus hijos. 

 

“Uno, dos, tres, cuatro… parece que son más. No. Esperen”. “¿Cuántos son?” “¿Cómo es la ropa?” “¿Cuánto tiempo pueden tener?” “Paciencia, por favor”, decían y escribían las mujeres, madres, tías, hijas, en las publicaciones en redes sociales que dieron cuenta de la noticia, antes incluso que las autoridades. 


Mientras las madres rastreadoras junto a otros familiares ya se encontraban en la zona de búsqueda, la noticia de este hallazgo importante de fosas clandestinas, apenas cinco días antes de llegar al 10 de Mayo, Día de las Madres, circuló con rapidez por todo el estado. 


“Se comenta que son más de cuatro o siete osamentas”, decían los reporteros de la fuente policíaca que buscaban contactar con los colectivos, mientras los familiares pedían mesura, respeto y paciencia. 


“Les pedimos tengan paciencia. Seguimos trabajando en el área. Les pedimos respeto también a los medios de comunicación sobre la información que comparten a la ciudadanía”, expresó Iris Manríquez, una de las líderes del Colectivo, quien busca a su hermana Elvira Manríquez desde ese 2017, el año más violento en la historia de BCS, que cerró, según la cifra oficial del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con 610 homicidios dolosos, resultado del enfrentamiento entre grupos dedicados al narcotráfico. 


En medio de la información a cuenta gotas, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas en BCS confirmó la noticia del hallazgo de varias fosas clandestinas con osamentas. Hasta ahí. Nada más. 


Los trabajos en el sitio continuaron. Una foto de una vela blanca con una oración de San Judas Tadeo confirmó en Facebook la dura noticia a los familiares que buscan siempre algún dato sobre sus desaparecidos: “en tres días de búsqueda, hemos localizado ocho fosas y 10 cuerpos que fueron levantados por servicios periciales para sus exámenes de ADN para la identificación”, publicó el colectivo Búsquedas por La Paz. 

 

·        Hasta encontrarlos, donde sea 

Eliza Sanchez, es una de cientos de madres buscadoras que espera alguna noticia de su hijo, Manuel Salvador, quien desapareció en La Paz desde el 6 de mayo de 2016. Un vecino le dijo que lo habían levantado. Su hijo no tenía antecedentes penales, pero poco antes de desaparecer recayó en una adicción. 

 

A ocho años de su desaparición, la noticia de estos hallazgos revivió en Eliza la esperanza de que, como sea, su hijo regrese a casa: “hasta encontrarlos, y Dios los bendiga en sus caminos”, les dice a todos quienes buscan a sus familiares desaparecidos. 


Y es que en BCS no son pocas las personas que esperan saber algo sobre sus familiares. Son cientos, por que según el registro del Sistema Nacional de Búsqueda 2024 suman 943 personas desaparecidas al corte del. 21 de mayo de 2024. 


Gabriel Manríquez busca junto a su tía Iris Manríquez, a su madre Elvira Manríquez, desaparecida en 2017. Esta vez, tras la llamada, dejó el megáfono que lo acompaña cuando encabeza las incontables marchas reclamando justicia y encarando a autoridades de la Procuraduría General de Justicia del estado. 

 

Allá en el sitio y fuera comenzó el trabajo. Inició con la recolección de víveres, de agua, sueros y lo que sea para apoyar las tareas de excavación. 

 

Como lo ha venido realizando en estos años de búsqueda, tras los primeros hallazgos en esa jornada, Gabriel comenzó a proporcionar información en redes, a responder llamadas, mensajes y a brindar información a los cientos de familiares que, desesperados, preguntaban más sobre las fosas localizadas, y que así siguen, porque la esperanza nunca les abandona, porque necesitan dormir tranquilos y al menos una tumba donde llorar, así narran esta vez su sentir. 


Y entre colecta, reportes, excavaciones, mensajes de apoyo y un sin número de expresiones de dolor, se cumplieron ya dos semanas de estos hallazgos de fosas clandestinas, identificados como uno donde más osamentas han sido localizadas en el estado. 



El Colectivo de Búsquedas por La Paz tiene el reporte de al menos 18 cuerpos hallados en esta zona. La PGJE no ha actualizado la cifra.  



Ese silencio que ha prevalecido durante estos años de búsqueda, enfureció a familiares, quienes en una reunión con autoridades en estos días,  incluso abandonaron la sala tras cuestionar los nulos resultados de las investigaciones. Las carpetas siempre sin datos y sin avance. 



Desesperación por saber



Se presume que son 15 osamentas de hombres y posiblemente de tres mujeres. Las familias se manifiestan desesperadas por saber quiénes son, pues podrían ser cualquiera de las más de 900 personas con reporte de desaparición en BCS. 



Los familiares se preguntan si acaso es el hermano de Pilar López, desaparecido hace cinco años en La Paz, o Cristian Mendoza, el sobrino de María del Rosario Manríquez, desaparecido hace un año, o Guillermo, el hijo de Lupita Molina, que desapareció en Cabo San Lucas el 2 de noviembre de 2017. 



Elsa Margarita agradece una y otra vez que los colectivos sigan en esta búsqueda y que salgan cada fin de semana a “peinar” los arroyos, las playas, los terrenos baldíos, cualquier lugar alejado donde sea posible encontrar algún rastro de su hija Marzo Penelope Camarena Pesina, desaparecida el 27 de mayo del 2021 en la comunidad de La Playita en Los Cabos.  



Como ella, muchas madres más agradecen los trabajos que hacen las rastreadoras, por que según el dato oficial de Comisión Nacional de Búsqueda, al menos se registran 150 reportes de mujeres desaparecidas en BCS. 



16 días excavando 



Se cumplieron 16 días de aquel reporte anónimo que les avisó de las fosas en El Cajoncito. 



Las rastreadoras no paran. Junto a ellas están también hijos, sobrinos, tíos, familiares que van a apoyar por que el terreno es difícil y los días agotadores.



Desde el amanecer hasta el anochecer, en medio de cactus, choyas y arena, el sonido de las botas de trabajo y las palas, por momentos dominan el escenario cargado de emociones y sentimientos intensos y diversos: desde la tristeza a la rabia, hasta la frustración y el alivio quizá, por lograr alguna pista que dé algo de consuelo y calma, ausentes desde hace años. 



Las rastreadoras siguen allí, lo mismo excavando que montando una cocina improvisada que ayude a sobrellevar la jornada. Un solo objetivo tienen en la mente y en el corazón, tatuado desde que sus hijos desaparecieron: que vuelvan a casa.