Cada día es más claro que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se mantiene en el carril equivocado de las decisiones económicas desde donde es evidente que le molesta todo aquello que pretenda proteger a empresas de todos los niveles y con ello los empleos.

López Obrador cada día deja más en claro que supone que solo sus decisiones son las válidas en todos los rubros, sobre todo, en materia económica, aunque es cada día más obvio que el mandatario, sino sabe de estos temas, por lo menos ha tomado decisiones que llevan al país a una verdadera debacle.

Los analistas y observadores de estos temas a nivel nacional e internacional están más que preocupados por la tendencia que sigue nuestro país producto de decisiones autoritarias y torpes del ejecutivo federal que ahora más que nunca evidencia en su desencajado rostro la molestia y la desesperación para que esta crisis pase, lo más pronto que se pueda y con el menor daño posible, así como por arte de magia.

Pero en política económica, como en la vida misma, las cosas no suceden por arte de magia.

Se requieren decisiones técnicamente sustentables y que por sobre todas las cosas se determinen sin perder de vista la realidad.

Es precisamente esa realidad la que parece no estar muy nítida en el escaparate político administrativo de un López Obrador que se ve cada vez más pequeño en la silla presidencial.

Por supuesto que aún existen muchos simpatizantes, ciudadanos que expresan su apoyo solo desde el punto de vista ideológico.

Pero la realidad social económica y sanitaria, está ante una prueba de la que aún no queda claro cómo vamos a salir.

Por ello para seguidores y representantes de AMLO en Baja California Sur, cada vez es más difícil encontrar argumentos válidos para defender a la llamada 4T.

Hasta ahora el mandatario nacional no ha podido enviar suficientes señales de confianza a la comunidad en general y por supuesto a quienes generan el empleo que son los empresarios de todos los niveles.

Empresas micros, pequeñas y medianas y no se diga las grandes, son las generadoras de empleo y es ahí donde se tendrá que centrar la actividad del gobierno, aunque al Presidente le moleste que los empresarios estén buscando salir a flote como es el claro ejemplo de la solicitud de crédito al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a los empresarios que le volvió a sacar chispas al mandatario nacional.

Aún falta por pasar la parte más crítica de la pandemia por el Covid-19, aún se esperan más contagios y más fallecimientos. Desgraciadamente así lo advierten los especialistas, por ello es importante mantenerse confinado en las casas.

Vale decir que la letalidad en México es de 9.43 por ciento mientras que la estadística destaca que a nivel mundial es de 6.9 por ciento, es decir que en nuestro país la afectación mortal es mayor. (Cada nación calcula la tasa de mortalidad de COVID-19 dividiendo el total de muertes por el número de casos conocidos).

Por lo pronto López Obrador continúa extraviado entre sus delirios de persecución y sus fantasmas del ayer que no le permiten entender que le tocó definitivamente “bailar con la más fea”, pues un dato cruel es que hoy se pierden algo así como 25 mil empleos formales cada día y que la prospectiva económica es aún más adversa.

Al inicio de la actual administración federal, nuestro país crecía a un ritmo anual de 2.5 por ciento del PIB, pero las torpes y obtusas decisiones de AMLO, en febrero pusieron a México en – 1.6 por ciento de crecimiento es decir debajo de cero y se espera según los analistas que el decrecimiento llegue a -7.0 por ciento, lo que en términos más llaneros significan miles de empleos perdidos, así como empresas de todos los niveles que pueden cerrar sus puertas.

Las posturas ideológicas para defender a ultranza a López Obrador, no serán suficientes para salir adelante.

Se requieren decisiones maduras, sustentables y sobre todo que respondan a esta realidad adversa cada día más lamentable de nuestro país y que supuesto se reflejan en nuestra muy querida media península.

Ya veremos qué sucede.