Mientras que Morena se auto desintegra poco a poco como producto de sus desatinos y decepcionantes acciones, cuestionando literalmente todos los días por el PAN, los dirigentes del PRI están completamente perdidos entre la ceniza política en la que quedaron luego del desastroso resultado electoral que obtuvieron en la pasada contienda.

El golpe fue contundente, políticamente mortal.

Vaya ni con la efímera y prácticamente desapercibida visita de la aspirante a dirigir a nivel nacional el tricolor, Ivonne Ortega, sacaron la cabeza.

Definitivamente la aún encarnizada lucha entre los grupos priista hará al final de cuentas que este organismo político se mantenga por mucho tiempo en la sombra.

La pésima dirección de Gabriela Cisneros que en más de una ocasión hemos calificado de patética, no ha mostrado capacidad ni siquiera para cuestionar la serie de desaciertos de los políticos emanados de Morena.

Los morenistas en general parecen suponer que la población no se da cuenta de las pifias que literalmente a diario se observan desde la presidencia que encabeza Andrés Manuel López Obrador hasta las alcaldías donde parecen tener una competencia establecida para ver quien acumula más errores.

Por su parte, la dirigencia estatal del PAN que encabeza Carlos Rochín ha hecho señalamientos claros y puntuales frente a las extravagantes acciones de alcaldes y diputados, así como del propio jefe del ejecutivo federal que no ha podido terminar de nombrar a sus representantes en las áreas conocidas anteriormente como delegaciones federales.

Sin embargo, el PRI está en un letargo que lo mantiene inmóvil en este proceso político que a querer o no ya perfila poco a poco lo que serán las elecciones del 2021.

Así que, recordar de pronto que aún existen militantes del tricolor la mayoría de los cuales se muestran frustrados y molestos por tener una dirigencia tan pusilánime, es sólo por sentido común y no precisamente porque se trabaje desde su dirigencia para llamar la atención.

Desde luego que también revive el recuerdo de lo que fueron los priistas esas acciones de soberbia y evidentes contradicciones de representantes de Morena que están cayendo justamente en lo que más cuestionaron a militantes del tricolor: Falta de transparencia y acciones de beneficio particular en lo cortito, en lo “oscurito”.

Pero los morenistas no son como los priistas.

Los militantes del PRI, por ejemplo, jamás ofrecieron cosas como “la honestidad valiente” o se dieron golpes de pecho para presumir trasparencia administrativa y encabezar la “renovación nacional”.

Esas fueron banderas electorales de Morena en campaña... solo en campaña.

Ahora las cosas son evidentemente diferentes.

Sin embargo, quizás hoy podamos encontrar en Morena a muchos de esos priistas extraviados ya que por lo menos las acciones de muchos morenistas se parecen más a los exfuncionarios militantes del PRI de antaño, lo que por supuesto es más que decepcionante.

Así que las actitudes priistas cuestionadas agriamente en la pasada campaña electoral hoy quedan evidenciadas en la forma de actuar de representantes populares emanados de Morena que aún suponen con soberbia que la población no lo percibe.

¿Será que ahí se encuentran una nueva clase de “priistas” disfrazados de morenistas?

Ya veremos con el tiempo que sucede.

¿No le parece así amable lector?