Muy buenos días estimable Lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente, ¡¡¡en los próximos días celebraremos la fiesta más grande del año Navidad!!! Diviértase sanamente sin excesos, recuerde su familia lo espera con entusiasmo y felicidad.
Inicio comentando a usted, no
todos los mexicanos pasaremos un año con alegría y felicidad como lo esperaban
cuando finalizo el 2024, actualmente hoy en día los segundos, los minutos, las
horas y los días se van despidiendo de este año 2025, ¿Qué herencia nos deja
este año que concluirá el 31 de diciembre? ¿Satisfacciones? ¿Amarguras?
¿Decepciones? ¿Odios? ¿Venganza? ¿Violencia? ¿Crímenes? ¿Terrorismo?
¿Asesinatos? ¿Mas feminicidios? ¿Frustraciones? ¿Violaciones y muertes de
mujeres indefensas, humilladas y desprotegidas? ¿Mas pobreza y discriminación?
¿Desaparecidos? ¿Endeudados? ¿Enfermos? Etc., etc., etc., ¿Hacia dónde vamos
este próximo año 2026?, yo, aquel, nosotros, vosotros. Aquellos y ellos, que
continúan sufriendo y no obtienen justicia, salud, bienestar y felicidad
principalmente en sus proyectos que emprenderán el próximo mes de enero del año
entrante.
Es difícil vivir y subsistir
en un mundo que, por falta de justicia se genere la violencia; y que cuando el
dinero habla, la verdad calla; máximo donde hay poca justicia es grave tener
razón; no aceptemos vivir ojo por ojo, y diente por diente, vivamos una vida
libre sin inclinarnos a la violencia e inseguridad, no podemos permitir que
continúe la impunidad, mucho menos la desigualdad, discriminación, hipocresía,
deshonestidad, corrupción en todos sus vertientes, incertidumbre sobre nuestras
leyes. Hoy día necesitamos buscar reglas de conductas o moralidad, con el fin
de restaurar la paz y el orden en los círculos de la sociedad.
Ahora bien; cuando todos nos
esforcemos por resolver lo anterior “todo se corregirá en la familia, el
Estado, y posiblemente el “Mundo”, con esto se reformaría un concepto de
humanidad, o benignidad humana. Yo entiendo y mi pueblo Sudcaliforniano, que la
naturaleza humana es fundamentalmente buena, por lo tanto, la solución a todos
los males sociales radica en el cultivo de uno mismo, y eso empieza con la
educación y el conocimiento. Como si fuera una norma de conducta por la cual el
verdadero hombre podrá cumplir con todas sus relaciones de conductas.
Por otro lado, la gran
sabiduría dice: Cuando se alcanza el verdadero conocimiento, entonces la
voluntad es sincera, entonces se corrige el corazón; cuando se corrige el
corazón, entonces se cultiva la vida personal cuando se cultiva la vida
personal, entonces se regula la vida familiar; cuando se regula la vida
familiar, la vida nacional tiene orden y entonces habrá paz en este mundo. En
base a lo anterior considero que la gobernabilidad existe, pero es importante
que aumenten las capacidades para tomar decisiones. Solo a través de un
federalismo renovado, pueden corregirse los desequilibrios y las inequidades
regionales.
Concluyo: La justicia debe ser
constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que legítimamente le
corresponde, y su valor similar al de la libertad y la igualdad. Porque sin
libertad la justicia es incompleta; sin justicia la libertad s débil; sin igualdad
la justicia es quimera; sin justicia la igualdad es utopía. Todo lo anterior se
lo comento con el único fin que reflexione y que pase una feliz Navidad, y un
Prospero Año Nuevo.