• La Semar rompió récord con más de 11 mil detenidos y 50 toneladas de cocaína decomisadas; destruyó 82 laboratorios y golpeó al Cártel del Pacífico.
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Estado de México. - En 360
días, la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) consolidó una
de las ofensivas más contundentes contra las estructuras criminales en mar y
tierra, con un saldo de 11 mil 427 presuntos infractores detenidos y
el decomiso de más de 50 toneladas de cocaína, resultado de operativos
combinados de inteligencia y despliegue táctico naval.
De acuerdo con el reporte
oficial de la dependencia, que comprende del 1 de octubre de 2024 al 7 de
octubre de 2025, la Marina logró neutralizar 82 laboratorios
clandestinos y confiscar más de una tonelada de fentanilo en distintas
presentaciones, además de 17 mil 826 pastillas de la misma sustancia, 433 mil
747 litros y 369 mil 52 kilos de precursores químicos empleados para la
producción masiva de drogas sintéticas.
Las acciones coordinadas
también permitieron la incautación de 27 kilos de heroína y 94 toneladas
de metanfetamina, así como un arsenal integrado por 3 mil 433 armas, 330 mil
cartuchos, casi 9 mil cargadores y más de 4 mil vehículos utilizados por las
organizaciones delictivas para el trasiego y protección de sus cargamentos.
En la lucha contra los
cultivos ilícitos, personal de infantería logró la erradicación de 115 plantíos
de marihuana y 432 de amapola, además del aseguramiento de 15.8 toneladas de
marihuana procesada, afectando directamente la cadena de producción de las
organizaciones criminales que operan en zonas serranas del país.
Las operaciones en el ámbito
marítimo no se quedaron atrás, donde los elementos navales lograron el
aseguramiento de 64 embarcaciones, entre ellas dos semisumergibles, tecnología
empleada por las organizaciones criminales para el transporte encubierto
de drogas desde Sudamérica hacia las costas mexicanas.
En total, se confiscaron 168
motores y más de 90 mil litros de combustible.
Fuentes de inteligencia naval
detallaron que la mayoría de los laboratorios clandestinos destruidos por la
Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) pertenecían a las dos
principales facciones del Cártel del Pacífico/Sinaloa —los grupos
encabezados por Los Chapitos y Los Mayos—, principalmente
ubicados en zonas rurales de Sinaloa y Durango, donde la producción de
metanfetamina y fentanilo ha convertido a esas regiones en epicentros del
tráfico internacional de drogas.
Los golpes propinados no sólo
representan cifras récord, sino también un duro impacto financiero para las
organizaciones criminales que, pese a su capacidad de regeneración, enfrentan
cada vez más limitaciones logísticas y territoriales ante el avance de las
fuerzas federales.