• Entre marzo y septiembre, el programa estatal que los ampara no tuvo aseguradora vigente, debido a la baja respuesta de empresas a las convocatorias de licitación pública.
La Paz, Baja California Sur.- Durante
seis meses del 2025, los pescadores y acuicultores de Baja California Sur (BCS)
permanecieron sin seguro de vida. Entre marzo y septiembre, el programa estatal
que los ampara no tuvo aseguradora vigente, debido a la baja respuesta de
empresas a las convocatorias de licitación pública.
Así la póliza más reciente fue firmada
el 26 de septiembre de 2025, con vigencia hasta el 26 de septiembre de 2026, a
cargo de la aseguradora Patrimonial Vida S.A. de C.V.
Consultado sobre este lapso, Yoshio
Lucero, director operativo de la Secretaría De Pesca, Acuacultura y Desarrollo
Agropecuario (Sepada), reconoció la interrupción del servicio. “Antes de esa
fecha no había aseguradora”, dijo.
Aclaró que, al concluir la póliza
anterior en diciembre de 2024, se acordó “una extensión de dos meses” para
evitar la suspensión total, por lo que en la práctica el periodo sin cobertura
fue de, aproximadamente, seis meses.
La Ley de Adquisiciones,
Arrendamientos y Servicios del Estado de Baja California Sur establece el marco
general para contratar servicios públicos, como el seguro de vida para
pescadores. Define la secuencia del procedimiento y quién interviene en cada etapa,
aunque los tiempos concretos se determinan en cada convocatoria que emite la
Secretaría de Finanzas.
El seguro cubre 100 mil pesos por
fallecimiento y 50 mil por invalidez total o permanente, con un presupuesto
anual de tres millones de pesos para 2025. Su objetivo es brindar apoyo
económico a familias de pescadores que fallecen dentro o fuera de labor.
De acuerdo con Mario Armenta,
subsecretario de Pesca de Sepada, el programa “va año con año; las aseguradoras
hacen su propuesta para la licitación y gana quien cumple con todos los
requisitos”.
Explicó que el proceso “no depende de
Sepada, sino del área de licitaciones de la Secretaría de Finanzas del Gobierno
del Estado”, por lo que la dependencia únicamente aporta el padrón de
beneficiarios y coordina la relación con las aseguradoras.
En la práctica, cada ejercicio fiscal
implica un nuevo contrato y, casi siempre, una nueva empresa adjudicada. “Hay
años en los que sólo participa una aseguradora. Otras veces son cinco o seis.
Es complicado porque las empresas ven mucho riesgo en asegurar a pescadores”,
explicó Armenta. Esa percepción de alto riesgo limita la competencia y provoca
retrasos en la adjudicación.
Las consecuencias recaen directamente
sobre los pescadores. En Comondú, miembros de cooperativas confirmaron que el
seguro empieza cada año, pero hay un lapso de meses donde no hay cobertura.
Presupuesto
y aseguradoras
Desde su creación, el programa ha
oscilado entre los 2 y 3 millones de pesos anuales, con variaciones en el
número de asegurados. En 2019-2020 alcanzó su mayor cobertura histórica, con 4
mil 984 pescadores asegurados y un año antes en 2018-1019 se alcanzó la cifra
más alta del costo de la póliza por 3.24 millones de pesos. En 2025, la cifra
se redujo a mil 174 beneficiarios, pese
a que el presupuesto volvió a los niveles más altos de su historia.
El costo por persona se ha
incrementado como resultado de una combinación de factores: el envejecimiento
del padrón, los antecedentes de siniestralidad durante la pandemia y los
criterios más estrictos de las aseguradoras.
Armenta precisó que “el presupuesto
autorizado es de aproximadamente tres millones de pesos, pero la aseguradora
puede ofertar un costo menor. Ese sobrante se reasigna a otros apoyos del
sector”, es decir que el presupuesto total se autoriza, pero el gasto real se
ajusta al fallo de licitación.
Cobertura
insuficiente y metas incumplidas
El monto de 100 mil pesos por
fallecimiento, vigente desde 2016, se ha mantenido sin actualización pese a la
inflación y el aumento de los costos funerarios. Asegurados entrevistados
refirieron que el monto de la indemnización les alcanza en buena parte para los
gastos funerarios.
El diputado Venustiano Pérez Sánchez,
integrante de la Comisión de Pesca del Congreso estatal, reconoció el carácter
limitado del programa: “Las coberturas son precisas y limitadas a su objeto:
solventar los primeros gastos. Es deseable que se complementen con otras
prestaciones, como las que deberían ofrecer las cooperativas mediante el Seguro
Social”.
Al preguntar directamente a la
diputada María Guadalupe Saldaña Cisneros representante del Partido Acción
Nacional (PAN) en el Congreso del Estado de Baja California Sur, no se obtuvo
respuesta alguna sobre posicionamiento respecto al seguro de vida de pescadores.
El propio Programa Sectorial de Pesca
y Acuacultura establece una meta anual promedio de 3 mil asegurados, pero
actualmente el padrón apenas alcanza mil 174 registros. “Seguimos trabajando en
el campo para identificar nuevos beneficiarios”, comenta Armenta.
Entre las causas de la reducción
figuran los requisitos legales y la depuración del padrón iniciada en 2022.
Lucero explicó que “muchos pescadores no tienen vigente su INE o su permiso de
pesca, y sin eso no pueden entrar al programa”. También influyen las
restricciones de edad: “Las aseguradoras no aceptan a personas mayores de 70
años".
Cultura
de prevención y comunicación limitada
Sepada reconoce que uno de los
principales retos es la baja cultura de prevención entre el sector pesquero. “Si fuera un seguro en vida, el
padrón sería mucho mayor. Pero al ser un seguro por fallecimiento, cuesta más
convencer a la gente”, dijo Armenta, en donde dialogar con el sector pesquero
sobre decisiones que implican la muerte puede ser un proceso difícil del que
muchos deciden no involucrarse. En cambio un seguro de vida que pueda ofrecer
consultas médicas continúas, rehabilitación física, prótesis o inclusive
trasplante de órganos podría generar mayor participación del sector, reflexiona
el funcionario.
Desde las cooperativas, las
observaciones se centran en la falta de información previa sobre los términos
de contratación: “Cada año cambia la aseguradora y cambian los requisitos. No
hay una plática previa para explicarnos las cláusulas”, expresó el vocero
financiero de una cooperativa de producción pesquera de Comondú quien pidió
reservar su nombre por miedo a represalias.
Otro dirigente agregó: “Nos gustaría
que hubiera una reunión previa a la licitación, donde nos indiquen las edades
límite y cláusulas. Así no quedarían tantos fuera".
En comunidades pesqueras, los
testimonios confirman que el seguro sí ha cumplido con los pagos cuando se
presentan fallecimientos con un máximo de 60 días como lo establece en las
licitaciones.
Un
programa permanente, pero con limitaciones estructurales
La reforma a la Ley de Pesca y
Acuacultura Sustentables, aprobada en diciembre de 2024, convirtió al seguro de
vida en una política pública permanente lo que garantiza continuidad
administrativa, no incremento presupuestal. “Ya no depende de la voluntad del
gobierno, sino que está garantizado por ley”, destacó el diputado Pérez
Sánchez.
Sin embargo, la reforma no modificó
las condiciones operativas del programa: las indemnizaciones se mantienen, la
licitación continúa siendo anual y los periodos sin cobertura se repiten.
“En materia de seguros, lo importante
no es si es mucho o poco dinero, sino tener el servicio vigente”, resumió
Armenta. Pero garantizar esa cobertura sigue siendo uno de los principales
desafíos.
Propuestas
de mejora
Desde el sector pesquero entre
cooperativas y la Federación del Golfo de Ulloa se ha planteado la posibilidad
de establecer un fideicomiso o fondo estatal que permita contratar pólizas
multianuales o utilizar los recursos no ejercidos para fortalecer la cobertura.
“En su momento pensamos en un
fideicomiso o fondo. Se podría crear un fondo estatal administrado con un
comité de vigilancia, que usara el dinero no ejercido y lo hiciera crecer año
con año”, propusieron.
Mientras tanto, el programa continúa
operando con las mismas condiciones que hace nueve años. “No pedimos que
desaparezca; queremos que mejore”, resumen representantes del sector pesquero.
“No se trata solo de apoyarnos cuando morimos; se trata de proteger la vida
mientras trabajamos".
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Este artículo fue publicado originalmente en Causa Natura
Media.