• Mantiene el panismo taciturno y conformista ritmo mientras que Morena aumenta de tono la competencia interna. • Con excepción del PRI partidos antimorenistas mantienen escasa actividad. De sostenerse esa tendencia morenistas y aliados ratificarán sus triunfos en el 2027.
Los
integrantes de la oposición a Morena y sus aliados, sobre todo del PAN, hasta
ahora han desempeñado una labor que pasa casi desapercibida. Pareciera que
están en una competencia en donde ganar o perder les resulta prácticamente lo
mismo.
En parte tal
vez por el nulo liderazgo que en el terreno de los hechos y en la práctica
política refleja el presidente del PAN, el ex diputado federal y local,
Rigoberto Mares, quien no ha podido desde que llegó a esa posición reflejar
capacidad mínima de convocatoria ciudadana.
Esto se suma
a una actitud del resto de los partidos que con excepción PRI, se niegan a
despertar del todo, en el caso del tricolor, que encabeza Fabrizio del
Castillo, sigue enviando señales de vida política. Por lo menos ha realizado
acciones hacia su interior que han dinamizado a una parte de los militantes de
ese organismo.
Sin embargo,
en el Movimiento Ciudadano (MC) y el PRD que preside Noé de la Rosa, todo se
mantiene prácticamente estático.
En el Sol
Azteca, están en espera de lograr el registro definitivo a nivel estatal o que
algún inconforme del proceso interno de Morena, se convenza de sumarse al
perredismo.
Esta actitud
poco combativa mostrada hasta ahora por los referidos partidos se suma a la
escasa dinámica que se observa entre quienes se supone esperan (prácticamente
sentados), obtener una candidatura para contender por los puestos de elección
popular que estarán en juego en las elecciones del 2027.
Quizás están
guardando sus energías y todos sus recursos para aplicarlos de maneras decidida
una vez que el partido guinda, que es la fuerza a vencer, defina quienes serán
sus abanderados oficiales.
Por su lado
en Morena la actividad es álgida y enfrenta el enorme reto de evitar su
fractura.
Obviamente se
espera que los opositores al morenismo, más temprano que tarde despierten y se
lancen más abiertamente al ruedo político, pero hasta ahora no es así.
Así que en
general, mientras que en Morena y sus aliados la competencia interna sube de
tono, en la llamada oposición, hasta ahora nadie ha levantado una voz que pueda
ser considerada como de alta convocatoria opositora.
Veremos si el
clima político de los organismos antimorenistas cambia o se mantiene en el
mismo conformista y taciturno ritmo.
De seguir así
no será difícil predecir el resultado.
Ya veremos
qué sucede.