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Hoy es miercoles, 4 de diciembre de 2024

En privado

• El Poder y la Perversidad.


Una vez escribí que la lista de los corruptos en México, es tan extensa y larga, como la cola de rata que arrastran cada uno de ellos.

 

Y muchos de aquellos que han participado en los actos de corrupción, o bien gozan de sus prebendas, o lloran recluidos en mazmorras. Es solo cuestión de que la justicia los alcance.

 

Pero en tanto la justicia no los alcanza, se cubren de una dura caparazón, mientras hacen gala de sus hazañas, asomando a sus rostros el descaro, tornándose cínicos y sarcásticos.

 

Son estos los llamados delincuentes de cuello blanco. Esos que dan manotazos, arañazos y dentadas y se reúnen entre los iguales para hacer alarde de sus fechorías, y mofarse de sus gobernados.

 

Se trata de aquellos que no tienen virtudes, ni saben de cualidades. Que no conocen el pudor, ni los principios. Y mucho menos saben de ética, o de integridad.

 

Me refiero a esos que nunca analizan el tema de la honestidad, porque no la mamaron de los senos de su madre; y no hablan de moralidad, porque no la conocen. Son, pues, alimañas que abundan en todas partes y a veces, son muy difíciles de combatirlas.

 

Las peores de ellas, las más nocivas, se observan en lujosas oficinas públicas, con aire acondicionado y perfectamente amuebladas.

 

Nuestro país, ha padecido este gravísimo problema, pues según detalla el Foro Económico Mundial, la corrupción, antes de que López Obrador llegara a la presidencia, era ya el principal obstáculo para hacer negocios en México; incluso por encima de la inseguridad, a grado tal que nuestro país no superaba en aquellos últimos 15 años, calificaciones reprobatorias dentro del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.

 

Y aunque desde el gobierno federal se han fortalecido los mecanismos para combatir este delito lamentablemente los esquemas de control y fiscalización no se reproducen en todos los estados y municipios, toda vez que en muchas entidades los gobernadores ejercen un control político férreo que limita la capacidad de los órganos de fiscalización para ejercer sus funciones.

 

Por tanto, algunos presidentes municipales sobornan a diputados locales para que aprueben sus cuentas públicas: les pueden dar dinero, obra pública o empleo a sus amigos o parientes. Y al respecto, no es casual que en los últimos años en todo el país se hayan denunciado muchos casos de corrupción que incluyen a gobernadores, alcaldes y demás funcionarios.

 

Otra modalidad de corrupción rutinaria es el otorgamiento de permisos y concesiones para uso de suelo, establecimientos mercantiles, etc. es una modalidad preferida en el ámbito de gobiernos municipales e incluso a nivel de regidores que ven en la manipulación de permisos de uso de suelo una oportunidad para enriquecerse en tres años, sin pasar desapercibidos los sobornos a pequeña escala, o “mordidas”.

 

De esta manera si la corrupción de obra pública afecta las finanzas públicas y la calidad de la infraestructura, es necesario dejar en claro que las “mordidas”, afectan el capital social y la cultura de la legalidad.

 

Pero por lo visto, solamente aquí no pasa nada, porque -sobre todo-, exalcaldes y exalcaldesas, muy a pesar de estar en la picota de las acusaciones y señalamientos, se pasean tranquilamente mofándose de la ley y de todos. Y es que nunca, un alcalde o alcaldesa ha sido llevado a tribunales.

Es más, es tan fuerte el hedor que emana de esa alcantarilla, que no creo que haya uno de los recién electos alcaldes o alcaldesas que se atrevan a levantar la coladera, denunciando a su antecesor y que por supuesto, también ellos, --los recientes electos--, puedan soslayar y permanecer al margen de la corrupción.

 

En el caso general de los corruptos, traer a nuestra memoria a un Guillermo Padrés Elías, ex mandatario de Sonora; a un Javier Duarte, exgobernador de Veracruz; o al ex Gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, entre muchos más, creo que sale sobrando, aunque todos en conjunto tienen un común denominador: aumentaron las deudas de sus estados. Y se asegura que la suma de todos arroja más de 350 mil millones de pesos.

 

Y está de más recordar las bravuconadas o burlas contra el pueblo, como las del ex Gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, quien durante una noche de copas presumió poseer 400 pares de zapatos, mil camisas, 400 pantalones y 300 trajes de marca de lujo; o que al ex Gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, se le descubrió una casa de 340 millones de pesos, de 8 mil 357 metros cuadrados, en Nuevo León; y que el ex Gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, presumió su rancho “El Ensueño” de 40 millones de pesos, con un lago y criadero de caballos.

 

Esto es –repito-- cuando la justicia no los alcanza. Pero cuando esta se hace presente, aquellos que antes fueron fuertes, enérgicos, se tornan frágiles y vulnerables, y lloran como niños.

 

Y es que suele suceder que el poder a muchos los torna arrogantes, narcisistas y ególatras y por tanto, el fiel de la balanza finalmente se convierte en la más amarga de las sentencias para ellos.

Voy al grano. Es hoy el caso concreto de quien fuera el jefe policial más poderoso y a la vez el más polémico de la historia moderna de México.

 

Genaro García Luna. Quien un día fuera uno de los hombres más importantes de México, el encargado de dirigir la lucha contra el narcotráfico durante el Gobierno de Felipe Calderón.

 

“Culpable”. Una sola palabra que seguramente le hizo explotar los tímpanos de sus oídos, y cuya expresión la traerá siempre guardada en su mente hasta los últimos días de su existencia.

 

Culpable de conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína; delincuencia organizada y declaraciones falsas.

 

“Culpable”. Decisión dura y seca. Enfática y acusatoria.

 

Decisión que llama a muchos a reflexionar, y sobre todo a poner sus barbas a remojar.

 

Cuestión de tiempo.

 

Nunca antes un exfuncionario mexicano de su perfil había sido llevado a juicio en Estados Unidos.

“culpable” decisión seca, enfática, la incertidumbre y conmovidos, García Luna, Temido, ambicioso y poderoso, el hombre que puso rostro a la lucha contra las drogas se convirtió en una de las figuras más polémicas de la política mexicana.

 

El proceso judicial desató una tormenta política en México, Sin embargo, siendo que Ha llegado la hora de que los corruptos, paguen sus fechorías.

 

Y sin que esto tenga visos de cacería de brujas, he de decir que, si en realidad Andrés Manuel López Obrador, quiere cumplir su palabra y quedar bien con los mexicanos, debe dejar constancia de esa reciedumbre de que ha hecho gala, y atacar por todos los frentes ese cáncer tan nocivo.

 

Muy sencillo: que les quiten el dinero robado, y por ende, las propiedades mal habidas. Es decir que los dejen en la pobreza, tal cual tienen a sus gobernados.

 

Seguros estamos que solamente así lograremos avanzar.

 

Y por sobre todas las cosas, habremos de creer en lo prometido por López Obrador, y confiar en un verdadero cambio.

 

Todo lo demás, son solo falsas promesas y mentiras