Cabo San Lucas, Baja California Sur.- El pasado sábado se jugó la final del Abierto Mexicano de Tenis Los Cabos (ATC), en un estadio con capacidad para tres mil 500 asistentes, sin embargo el lugar no se llenó. Presentes para la premiación estuvieron el secretario de Turismo Economía y Sustentabilidad (Setues) del Estado, Luis Humberto Araiza López, el director del ATC, José Antonio Fernández, así como invitados especiales, quienes al ser nombrado recibieron aplausos de los asistentes, hasta que llegó el turno de presentar a la alcaldesa, Jesús Armida Castro Guzmán. 

Fue en ese momento cuando los miles de asistentes que se dieron cita para ver la final del torneo la recibieron en medio de abucheos, demostrando así el descontento generalizado por parte de los cabeños de todas las clases sociales, ya que cabe aclarar que el Abierto de Tenis es un evento internacional que no puede ser pagado por todos, es decir un evento “fifí” como le llamaría el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. 

Una semana difícil fue para la alcaldesa de Los Cabos, Jesús Armida Castro Guzmán quien cada día se gana más el descontento de la comunidad cabeña, quienes la critican severamente por las diversas acciones y decisiones que toma en torno a su gobierno. 

Primero fue el desaire que les hizo a los diputados locales que representan al municipio de Los Cabos y a su propio partido Morena, quienes estuvieron rindiendo un informe de sus gestiones en la delegación de Cabo San Lucas (CSL), acción muy criticada en el ámbito político. 

Posteriormente fue criticada por un viaje que realizó a Oaxaca para la firma de un hermanamiento con aquella ciudad, viaje que aprovechó para asistir a la fiesta de la Guelaguetza, motivo por el cual además no mantuvo agenda pública los primeros días de la semana pasada. 

Mientras la alcaldesa estaba de viaje Los Cabos continuaba sumido en diversas crisis, como la de energía eléctrica, por los supuestamente “programados” apagones de parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que afectaron seriamente al municipio, sin que se diera una postura oficial del Ayuntamiento. 

Durante el transcurso de dicha semana se dio a conocer que el gobierno federal invertirá mil millones de pesos para una nueva planta desalinizadora en Cabo San Lucas (CSL), de nueva cuenta pasaron muchos días sin que la alcaldesa diera su postura oficial, la cual se limitó a decir que sería un proyecto a largo plazo, el cual reconoce, comenzó a gestionarse desde pasadas administraciones y ella se sumó hace 10 meses. 

De igual manera la semana pasada reinició el conflicto entre Uber y taxistas con un bloqueo de parte de los taxistas a un vehículo de Uber en el hotel Westin ubicado en el corredor turístico de Los Cabos, lo que avivó la molestia de la comunidad que en repetidas ocasiones ha denunciado un supuesto favoritismo de la alcaldesa hacia el sector de taxis, al tener como director de Transporte a un ex líder taxista. 

La semana pasada, Diario El Independiente entrevistó para su plataforma digital al delegado de Cabo San Lucas (CSL), Oscar Leggs Castro, personaje con el cual la alcaldesa ha tenido diversos encontronazos, quien acusó directamente a Héctor Miranda, director de Comunicación Social del Ayuntamiento de ser el principal causante de la mala imagen pública de la alcaldesa al tener tratos soberbios, déspotas e infantiles. 

A esto se sumó la pinta de una barda en la planta de tratamiento de aguas residuales de Fonatur, ubicada en San José del Cabo y que además se encuentra a escasos pasos del Palacio Municipal, en la cual se leía “Armida vendida”, la cual fue borrada el mismo día. 

Fue así como concluyó la semana de la alcaldesa, que a tan solo 10 meses de haber iniciado su trabajo al frente del Ayuntamiento de Los Cabos no ha podido cumplir con una mínima parte de lo que prometió en campaña y es una de las alcaldesas menos querida por los cabeños.