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Hoy es jueves, 28 de marzo de 2024

Cómo sobrevivir a tu mini adolescente de tres años

Confieso que al principio me preocupaba. Después entendí que este comportamiento es normal en los 'adolescentes' de tres años...

Cómo sobrevivir a tu mini adolescente de tres años

MÉXICO. 

Ahora que mi hijo se encuentra entrado en los cuatros años puedo decir que me encuentro en un momento zen. -digamos que he entrado en una especie de oasis donde apenas me estoy reponiendo mientras recojo los platos rotos y demás caos que dejó los tres años de mi hijo.

Es una realidad, los tres años de mi hijo fueron un momento de reto, una prueba de carácter para mi esposo y para mí. Yo pensaba que después de los “terribles dos” todo iba a ser miel sobre hojuelas, pero no.  Entre sus dramáticos cambios de humor, su constante desafío de los límites y su necesidad de tener el control sobre lo que fuera, para mi esposo y para mí, este mini adolescente nos vino a enfrentar con todos nuestros más feroces demonios.

Confieso que al principio me preocupaba. Después entendí que este comportamiento es normal en los “adolescentes” de tres años. La psicóloga de desarrollo infantil Ashley Soderlund nos da algunas razones:

 

1. Se vuelven conscientes de su independencia

Están aprendiendo su propio sentido del yo y quieren poner a prueba ese descubrimiento. Así que ya no quieren que les ayudemos, y si tratamos de hacerlo se enojan como si los hubiéramos ofendido o hacen un berrinche enorme.

 

2. Están aprendiendo a controlar sus emociones

Están en el proceso de identificación de las emociones y a expresarlas con gestos y palabras. Sin embargo, aún no las controlan de todo, así que pueden experimentar una gran alegría y reírse a carcajadas, y al segundo enojarse y, por ende, hacer un “drama” de campeonato.

 

3. Tratan de resolver conflictos… a su manera

Aunque se vuelven conscientes de las consecuencias buenas y malas que tiene una acción, aún son impulsivos (todavía no ponen en práctica la de frase; piensa antes de actuar).

 Así que no dudarán en pegar, morder, abrazar o besar para solucionar un problema que se presente. Todo depende de lo que consideren adecuado para ese momento. También pueden negociar, en lugar de dar una respuesta monosílaba como “no” o “sí”.

 

Amigos y desconocidos, padres y madres de familia que tienen un mini adolescente de tres años en casa, no desesperen.  Ahora, a la distancia y un poco menos despeinada, puedo hablar con mayor sabiduría y decirles que es una etapa que pasará. Ahora hasta puedo agradecer:  

 

-Gracias hijo,  por hacerme más valiente y más fuerte. Me has hecho más creativa, más ingeniosa y más simple.

Te agradezco hasta por hacerme más ordenada y disciplinada

Gracias por las lecciones de paciencia. Por enseñarme que tú tienes tu propio ritmo y que NO te puedo imponer el mío.

 

Debemos evitar tomarnos como algo personal el comportamiento de nuestros “adolescentes de tres años”, mejor hay que guiarlos para que tengan un mayor control de las cosas y enseñarles el lado positivo de la independencia.