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Hoy es viernes, 26 de abril de 2024

Violación a derechos humanos en el Cereso provocan motín; hieren a su director y dos internos más

A más de 24 horas de haberse reportado el motín en la penitenciaria, las autoridades correspondientes no han emitido declaraciones al respecto, salvo un escueto boletín, donde no se detallan los hechos del sábado 7 de abril. El director habría sido golpeado en el rostro y herido con una navaja en el lado derecho de las costillas, otros dos internos se reportaron como graves por heridas múltiples con arma blanca.

Violación a derechos humanos en el Cereso provocan motín; hieren a su director y dos internos más

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La Paz, Baja California Sur.- Las fuerzas policiacas y de rescate nuevamente se concentraron en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de la ciudad de La Paz. Un disturbio en la penitenciaría rompió con la tranquilidad de los reos, la ciudadanía y los familiares de los internos. 


Eran las 16:00 horas del sábado 7 de abril. Los cuerpos policiacos comenzaron a cercar el Cereso de La Paz, el acceso a la penitenciaría quedó restringido por las autoridades. Los reporteros de la fuente policiaca comenzaron a arribar a la zona. 


“Es un disturbio, se habla de 2 lesionados”, confirmaban los comunicadores después de que se corroboró que 2 ambulancias habían salido con códigos de emergencia desde el interior del penal. 


Los esfuerzos por conseguir información fidedigna se convierten en una lucha peligrosa. El primer rumor salió a gritos desde la penitenciaría: el director del Cereso, Andrés Martínez Chávez habría resultado lesionado. 


“Fue apuñalado por reos” “No fue apuñalado, sólo fue golpeado”, decían algunos testimonios inexactos en las afueras del penal. Finalmente se confirmó que el Director habría sido golpeado en el rostro y herido con una navaja en el lado derecho de las costillas, así como el interno Ramón Salgado Núñez quien presentó traumatismo craneoencefálico ocasionado por un martillazo y 4 lesiones por arma blanca, 2 en el torax y dos más en el brazo; asi mismo el interno Carlos Joel Piñuelas fue herido múltiples heridas con arma blancas en todo el cuerpo, incluso en la cabeza, estos dos últimos se reportaron como graves. 


El director del penal, que en un principio fue atendido en el Hospital Salvatierra, más tarde fue trasladado al Hospital General del ISSSTE en la colonia el Conchalito del capital del estado.


Horas más tarde, entre el vuelo de un helicóptero de las fuerzas armadas sobre la ciudad, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) confirmó la agresión en contra del director del Cereso. 


La información escueta, sin sustancia que explique qué sucedía en el Cereso. ¿Qué lesiones reportó el director del Cereso? Es algo que probablemente no sabremos son exactitud, esas son las problemáticas en materia de información a las que nos enfrentamos hoy en día en Baja California Sur: la opacidad y los bloqueos. 


Eran las 18:50 horas de ese sábado. Mientras las patrullas de la Policía Municipal custodiaban el acceso al Cereso, la ciudad se sumergía en preguntas. La SSPE apenas confirmó en un boletín de prensa de 2 párrafos que 3 personas habían resultado lesionadas tras el motín: 2 reos y el director del penal. 


Como lo marca el horario de verano, tarde pero la noche llegó. Las patrullas continuaron custodiando los alrededores del Cereso, mientras las unidades de la Secretaría de Marina se unían al operativo. 


Para la mañana del domingo la situación no había cambiado. Entre desolación y angustia, los familiares de los reos se fueron acercando al reclusorio con la esperanza de poder ver a los internos y así calmar la necesidad de saber que estaban ilesos. 


“Lo que sé lo sé por las redes sociales. Sé que hubo un relajo adentro del Cereso, que les quitaron algunas cosas y que los golpearon. Hasta ahorita las autoridades no nos han dicho nada”, dio testimonio la esposa de un reo. 


En un costado del Cereso, los familiares de los internos comenzaron a conglomerarse exigiendo a las autoridades que dieran respuesta sobre el estado de los reos. 


“Es nuestro derecho verlos, no quieren que los veamos para que no sepamos el cochinero que hay adentro ahorita. Sólo queremos saber cómo están, dicen que los golpearon a todos y los amarraron. No quieren que los veamos para que no nos demos cuenta de sus heridas”, manifestó la madre de uno de los internos. 


“Son personas que están pagando su condena, tienen derechos no son animales. No se merecen este trato tan inhumano”, reclamaba otra mujer en las rejas del Cereso esperando ver a su hijo. 


Con la mirada dirigida hacia el suelo, voz tenue y temor en sus movimientos salió una mujer que se identificó como trabajadora social del Cereso. Sólo se dirigió a una joven que se identificó como hermana de uno de los internos que resultó lesionado durante el motín. 


Luego de decir 2 nombres, la trabajadora social regresó a las oficinas del Cereso sin mirar a los familiares que le exigían respuestas. 


A través de un escrito, los internos advirtieron que este motín sucedería. En una carta, la población del Cereso manifestó una serie de inconformidades  y violación a sus derechos humanos, en las que acusaban que el director restringió las áreas recreativas de educación, deporte y trabajo. 


Según el escrito, los guardias, comandantes e incluso la trabajadora social han bloqueado visitas de familiares por órdenes del director del Cereso. 


Asimismo, los reos denunciaron haber sido víctimas de castigos innecesarios. Por medio de celdas, eran encerrados por largas horas según expone la carta. 


“La población interna manifiesta hacer un motín de seguir con arbitrariedades”, advirtieron en el escrito. 


Al final sólo se confirmaron 3 lesionados. Familiares angustiados sin respuestas que pareciera que la autoridad tiene derecho a guardarse. Una prensa deseosa de declaraciones certeras por parte de un gobierno. Un comunicado de 2 párrafos. Una ciudadanía angustiada ante las constantes movilizaciones policiacas sin explicación. Una población de internos inconforme. 


Este el saldo que deja el motín en la penitenciaría de La Paz, sin respuestas concretas y sin la certeza de que esto no volverá a ocurrir en nuestra ciudad.