• Movimientos ambientalistas Meses antes que tomara velocidad de crucero el Frente Ciudadano en Defensa del Agua y la Vida que enfrentó con éxito a las mineras agrupadas en ZAPAL y que echó “abajo” sus pretensiones de instalarse en las estribaciones de la sierra de La Laguna, ABCdario guardaba copiosa información sobre el particular; a diario me llegaba información --muy bien procesada por cierto-- sobre el airado interés de la minera Los Cardones de explotar oro a “cielo abierto” al pie de la sierra de La Laguna; la mayor parte de la información provenía de una doctora norteamericana jubilada residente en Todos Santos, que puntualmente me enviaba la información. Un día me habló un amigo muy estimando por mí para pedirme mi asentimiento de que recibiera y hablará con la doctora; a los pocos días que me pidió el favor nos reunimos en casa de mi mamá --donde trabajo y tengo mi oficina-- y hablamos ampliamente del tema; recuerdo haberme reunido con ella en dos ocasiones; una señora de unos setenta años, austera, sencilla, culta, de ojos claros, discreta, hablando un español “pocho” pero entendible. Por mis convicciones no fue difícil convencerme de sumarme gustoso a su grupo en contra de las mineras; siempre he estado en contra de este tipo de explotación minera, mayormente cuando atenta contra el medioambiente. A partir de ahí la información fluyó abunda y consistentemente; detallada y explícita, paso a paso sobre lo que se tenía qué hacer como si se tratara de un manual a seguir; transcurrieron las semanas, los meses y días hasta que un día me llamó poderosamente la atención leer la palabra “tóxica”, sí “minería tóxica”; esa simple y aparentemente inofensiva palabra detonaría abruptamente las simpatías y el apoyo ciudadano alrededor de los grupos ambientalitas que dieron la lucha contra las mineras. Y como todas las historias que les aguarda un final de película, un buen día llegó a mi casa mi amigo que me había puesto en contacto con la doctora, --no reveló su nombre porque le profeso un gran afecto-- para contarme lo que le acababa de suceder; recuerdo muy bien que era a finales de mayo. Según lo que me confió, la doctora no sólo le había pedido que la contactara conmigo para que la apoyara difundiendo todo lo relacionado con la “minería tóxica”, sino que contactara a otros periodistas “lideres” de opinión y a “luchadores sociales” para que se involucrarán en el tema (minería tóxica), que en mayo le daría una buena retribución y que lo seguiría apoyando --a él-- mensualmente, que había recursos provenientes de fondos internacionales, que no se preocupará. Yo desconocía el “trato” de él con la doctora, y sí bien cuestionaba las pretensiones de las mineras de explotar oro a “cielo abierto” en las faldas de la sierra de La Laguna, era por una convicción personal, no porque me hayan ofrecido “pagó”, pero mi amigo, que era el único contacto que tenia con la doctora, pensaba que me habían dado de “alta” en las nominas de los ONG’s como probablemente sucedió con otros enardecidos actores que arengaban contra la “minería tóxica”. Efectivamente a mediados de mayo, --según me reveló mi amigo--, la doctora “bajo” 60 mil dólares provenientes de fundaciones internacionales, --incluso me enseñó copia del bauche del depósito-- que la doctora negó haberlos recibido ante él y otras personas que les había prometido “pagar”. Fue así como me entere de la triste forma cómo “operan” la gran mayoría, no todos los ONG’s; que contratan “enganchadores” --conocedores del medio y de los principales actores de la vida política, social y cultural que, por un innato compromiso social y convicciones de respeto a la preservación del medio ambiente-- los enlistan en los ONG’s; los “cabecillas” reciben un sueldo, así como recursos para gastos de logística (cartulinas, gasolina, tendones etc.) mientras los demás hacen el trabajo. Mi amigo sigue participando activamente --me imagino que recibe una buena mesada-- en otro ONG’s defendiendo el “agua y la vida”. Después del desaguisado con la doctora, hablé con él y le dije que no contará conmigo; que yo seguiría dando la lucha contra las mineras al margen de los ONG’s; sí bien la relación de amistad se conserva, no así la confianza que le tenía y sobre todo la credibilidad que le tenía a los ONG’s en su “lucha” a favor del medio ambiente y su preservación. ¡Cosas veneres amigo Sancho!. Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com