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Hoy es miercoles, 15 de mayo de 2024

El futuro de la ópera

CIUDAD DE MÉXICO. El tenor sudcoreano Keonwoo Kim (1985), la soprano francesa Elsa Dreisig (1991) y el barítono mexicano Juan Carlos Heredia (1988), ganadores del Concurso Internacional de Ópera Operalia 2016, convers

El futuro de la ópera

CIUDAD DE MÉXICO.

El tenor sudcoreano Keonwoo Kim (1985), la soprano francesa Elsa Dreisig (1991) y el barítono mexicano Juan Carlos Heredia (1988), ganadores del Concurso Internacional de Ópera Operalia 2016, conversan con Excélsiorpara hablar sobre las claves que los llevaron a ganar el máximo concurso de ópera, la figura tutelar de Plácido Domingo, los próximos pasos en su carrera musical y su preocupación por temas extramusicales como el terrorismo, la guerra, la pobreza y la crisis financiera que ha afectado a la música.

El primero en hablar es Keonwoo Kim, ganador del primer premio en la categoría varonil, quien a los siete años tomó clases de violín y piano. Pero tras asistir casualmente al concierto de los Tres Tenores, en Seúl, quedó impactado por las posibilidades de la música clásica y resolvió ser cantante.
“De inmediato quise ser cantante de ópera. Ahora he podido conocer en persona a uno de aquellos tres tenores y lo mejor es que pude ganar el primer premio. Sin embargo, debo decir que nada es tan fácil, pues hace un año concursé en esta misma competencia y ni siquiera alcancé las rondas preliminares. Por eso le digo a quienes no han conseguido un lugar en esta competencia que ¡no se rindan!, y ¡desafíen Operalia!”.
Durante la competencia, el tenor debió superar dos problemas: “el mal del viajero”, ocasionado por un malestar estomacal que lo deshidrató y comprometió su actuación en la recta final, y los nervios que sintió cuando descubrió que la Orquesta Sinfónica de Jalisco (OSJ) no dominaba su repertorio.
“Pero la inteligencia y la figura imponente del maestro Plácido Domingo resolvieron esa parte técnica y pude concentrarme en cantar. Lo demás es un secreto y no puedo revelarlo”, detalló con un aire de complicidad.
¿Por qué los cantantes sudcoreanos han ganado un mejor lugar en las competencias más recientes?, se le inquiere al tenor. “Porque la generación anterior de cantantes estudiaron muy duro en Italia, Alemania y Francia, quienes volvieron a Corea y nos dieron lecciones de altísima calidad… además el coreano tiene la intuición y la paciencia para adaptarse a los cambios, sin olvidar el kimchi (plato típico de la gastronomía coreana)”, añade en tono bromista. Es indispensable Los cantantes Keonwoo Kim (Corea del Sur), Elsa Dreisig (Francia) y Juan Carlos Heredia (México), coinciden en que la música debe tener un mayor alcance en la sociedad y los tres ven a un verdadero mentor en la figura de Plácido Domingo. Keonwoo Kim asegura que el premio más importante que obtuvo en Operalia fue la distinción del premio que le entregó el público. “porque antes he ganado otros premios, pero esta fue la primera vez que obtuve el premio del público y no puedo explicar el sentimiento que me provocó”. ¿Qué mejoraría en el tema de la música? “Que la música tenga un mayor alcance en la sociedad de nuestro tiempo porque tiene el poder de mover nuestra mente; sería inimaginable un mundo sin música”. Los siguientes compromisos del tenor se reanudarán este mes en los máximos teatros de Francia y Alemania, y adelanta los dos eventos más relevantes de su año: una gala al lado de Plácido Domingo en Corea, y su debut en el rol de Tonio en la ópera La hija del regimiento, en Niza.
EL PEOR MUNDO
Tras obtener el primer premio en la categoría femenil, Elsa Dreisig comenta que uno de los mayores retos en su carrera es demostrar que la música es tan útil como el pago del alquiler, aunque para muchas personas esto no sea una verdad, ya que la música –al igual que todas las formas de arte– hace que la vida de las personas sea diferente. “Considero que si sólo pensáramos en lo ‘útil’… crearíamos un mundo cada vez peor. Y aunque muchos consideran que la música no es útil para vivir porque no paga el alquiler, yo les diría que las estrellas tampoco parecieran útiles pero si las tiráramos a la basura… el Universo sería un lugar vacío y muy oscuro. ¿Qué pasaría si nos alejáramos de la música? Un mundo sin música sería como un planeta sin estrellas: triste y sin un verdadero significado”. Nacida en París, Dreisig es mitad francesa y mitad danesa, creció en Lyon, Francia y desde que tiene memoria la ópera ha sido parte de su vida. “Para mí, el escenario y tras bambalinas son como mi hogar porque mi madre fue cantante y desde que tengo uso de razón, supe que sería cantante y viviría de mi voz”. Hoy su meta es una: “Convertirme en una de las mejores cantantes del mundo. No lo sé, pero me gustaría dar algo a este mundo que nadie haya dado antes de mí”. ¿Cómo describiría su experiencia en Operalia?, se le pregunta. “Intensa, emocionante, un poco estresante y, por supuesto, llena de alegría y mucho por compartir”. ¿Cómo define la figura de Plácido Domingo? “Plácido Domingo es un mentor, una especie de ángel bueno, un gran ser humano lleno de amor y música, una inspiración al cantar porque siempre está ahí, con una gran sonrisa que aspira a que todos ganen”. ¿Cuál fue la clave para ganar? “¡Ojalá hubiera una clave! Sólo di lo mejor de lo que soy y de lo que tengo. Todo lo demás no está en mi poder a todas. ¿Cuáles serían sus preocupaciones extramusicales? “Es una pregunta amplia debido a la gran cantidad de problemas, como la pobreza, la guerra, el racismo, el terrorismo... son noticias tristes que cada día me hacen pensar ¿hacia dónde vamos?”. Tras un par de conciertos en Montevideo la soprano francesa descansa unas semanas pero a mediados de agosto volverá a Francia para cantar Pamina en La flauta mágica de Mozart en la Staatsoper de Berlín, bajo la dirección de Daniel Barenboim, para luego presentarse en la Bastilla y en la Ópera de Zúrich como Musetta en La bohème.
GUITARRA ELÉCTRICA
Por último habla Juan Carlos Heredia, ganador del Premio de Zarzuela Plácido Domingo Ferrer, quien llegó a la música encantado por el poder de la guitarra eléctrica.
“Antes de llegar a la ópera quise tocar guitarra eléctrica, metal, pero cuando entré al Conservatorio Nacional de Música descubrí que no había clases para guitarra eléctrica, así que tomé guitarra clásica”.
Después entró al coro del conservatorio y descubrió que tenía madera para cantar. “A partir de 2011 me mudé a la Ciudad de México e inicié la licenciatura en canto operístico y me integré al Estudio de Ópera de Bellas Artes (EOBA), actualmente realiza un curso de perfeccionamiento en Alemania y  después de este premio asegura que ha llegado el tiempo de buscar algo más fuera de México”. ¿Cómo ha influido Operalia en su vida? “¡Bastante! Desde que me inscribí comenzó una etapa y cuando fui uno de los finalistas sólo me repetía mis objetivos: cantar con el maestro Plácido Domingo, escuchando sus consejos, llegar a la final y alcanzar uno de los estímulos”.