• De acuerdo con las cifras de 2025, el país se consolidó como el segundo mayor importador mundial de granos y oleaginosas y en el principal importador de maíz blanco y amarillo.
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Estado de México. - Al cierre
de 2025, la realidad del campo mexicano confirma una tendencia
estructural preocupante: La autosuficiencia alimentaria cada vez está
más lejana, debido a que apenas producimos el 44.1 por ciento de lo que
consumimos. El criterio de seguridad alimentaria establecido por la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), recomienda a los países producir al menos el 75 por ciento del
consumo interno de los alimentos estratégicos.
Con datos al mes de noviembre,
nuestro país importó 43.6 millones de toneladas de granos y oleaginosas,
lo que representa un incremento anual de 2.0 por ciento, respecto al mismo
periodo de 2024.
De acuerdo a cifras
del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), México se consolidó este
año como el segundo mayor importador mundial de granos y
oleaginosas y el principal importador de maíz blanco y
amarillo con 22.4 millones de toneladas acumuladas, superando a China,
país con mil 416 millones de habitantes, que equivale a más de 10 veces la
población mexicana.
Un dato revelador es que las
importaciones de maíz blanco incrementaron 310.7 por ciento, al pasar de
216 mil toneladas en 2024 a 887 mil toneladas en 2025, consolidando una
mayor dependencia externa al grano para el consumo humano,
mientras que el maíz amarillo registró una ligera contracción de 0.8 por
ciento, asociada a ajustes en la demanda del sector pecuario.
Mala cosecha
El Grupo Consultor de Mercados
Agrícolas destacó que la superficie cosechada total creció 11.1 por
ciento en México, pero la producción nacional sólo aumentó 2.0 por ciento,
reflejando una caída en la productividad, asociada principalmente a factores
climáticos.
Las importaciones aumentaron
3.0 por ciento en volumen, mientras que las exportaciones se desplomaron
casi 78 por ciento, reduciendo el índice de autosuficiencia de 46.8 por
ciento a 44.1 por ciento. En precios, el producto nacional subió 3.6
por ciento, mientras que el grano importado bajó 0.5 por ciento, presionando
aún más la rentabilidad del productor mexicano.
Desempeño por
producto
Maíz
Incremento de más de 15 por
ciento en superficie cosechada, pero la producción cayó 3.9 por
ciento anualizada. Las importaciones alcanzaron 24.5 millones de toneladas,
elevando la dependencia externa. La autosuficiencia bajó a 48.8 por ciento,
confirmando que más de la mitad del consumo depende del exterior.
Trigo
Colapso productivo histórico
de 34 por ciento por sequía y menor superficie. La autosuficiencia
cayó a 23 por ciento, con importaciones que cubren más del 75 por
ciento de la demanda.
Sargo
La producción nacional bajó 3.5
por ciento, mientras que las importaciones se dispararon, reduciendo la
autosuficiencia a 81.5 por ciento. Los bajos precios internacionales
incentivan las compras externas.
Frijol
Caso atípico positivo: la
producción creció 18.8 por ciento, superando 1.18 millones de toneladas.
Las importaciones cayeron 33.8 por ciento y la autosuficiencia se
recuperó a 86 por ciento.
Arroz
Aunque la producción mejoró en el balance anual, la
autosuficiencia apenas alcanzó 20.3 por ciento. Los precios nacionales
cayeron 18 por ciento, afectando la rentabilidad.
Balance del
campo mexicano
Los datos al mes de noviembre
de 2025 confirman lo que el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA),
ha advertido de forma consistente: El sector de granos y oleaginosas
sigue siendo el talón de Aquiles de la seguridad alimentaria nacional, al
producir apenas el 44.1 por ciento de lo que el país consume.
“Las políticas públicas
continúan enfocándose en el pequeño productor, que representa el 84 por ciento
de las unidades de producción, pero que sólo genera el 26 por ciento del
volumen, excluyendo al 16 por ciento de productores que abastecen el 74 por ciento
del mercado nacional y enfrentan altos costos, caída de precios, falta de
financiamiento y ausencia de instrumentos de aseguramiento", indicó.
Ante ello señaló que sin una
política integral que eleve la productividad y reconozca a todos los
productores, México seguirá profundizando su dependencia externa,
consolidándose como el segundo importador mundial de granos y oleaginosas y el
principal importador global de maíz blanco y amarillo.