• ¡Linda cosa!
Esta, era una de las expresiones
cotidianas del periodista Felipe Ojeda, cuando quería hacer una crítica sobre
algo o alguien que no le parecía en su exacta dimensión, o que estaba fuera de
contexto.
Y claro, la utilizaba en vez de
recurrir a palabras altisonantes.
En la entrega de hoy aprovecho la
expresión para hacer referencia a lo que acontece con Rubén Muñoz Álvarez.
¿Por qué...?
Porque Rubén, en estos momentos, se
dice encabezar supuestas encuestas para gobernador de Baja California Sur.
¡Linda Cosa!
Lo hace, claro está, rebasando niveles
de descaro y osadía tal es su costumbre.
Y es que nadie olvida el caso de
corrupción que supuestamente cometió Rubén Muñoz Álvarez, por el cual hoy por
hoy aún sigue vinculado a proceso.
Así es.
Fue justo en esos tiempos cuando el
pueblo le confió la presidencia municipal de La Paz.
Alcaldía que obviamente dejó en el
abandono para escalar otro puesto político que le sirvió de refugio bajo el
pretexto del fuero para no responder a los constantes llamados que le hacía la
Fiscalía Anticorrupción de Baja California Sur, que ya lo tenía en la mira para
que respondiera por sus fechorías.
Incluso, la Fiscalía Anticorrupción,
llegó al grado de ratificar la solicitud de desafuero de dicho cargo, como
Diputado Federal.
En fin, lo cierto es que el juez de la
causa, encontró elementos o pruebas suficientes para vincularlo a proceso.
Es decir, no ordenó su
encarcelamiento, pero tampoco lo absolvió, ya llegado el momento determinará si
es culpable o no.
Mientras tanto, el juez investiga y
analiza los elementos que le entregó el Ministerio Público y tras esto ordenará
Auto de Libertad, o Sentencia Condenatoria.
Y es que si en estos momentos Rubén
sigue disfrutando de su libertad es porque para estos asuntos la ley marca
términos, y tiempos que pueden ser de dos a seis meses, toda vez que no se
considera asunto grave.
Y claro, al haber pocos argumentos en
su defensa, pues hay suficientes elementos para su acusación, Rubén ha tenido
el descaro de reiterar que dichas acusaciones obedecen a cuestiones políticas y
no precisamente a un orden legal.
Es por tanto que, aun cuando sea
prendido a una cuerda floja, Rubén se dedica a hacer campaña en el desierto.
Pero en lo que se refiere a la
política, ahí sigue, dando bandazo tras bandazo, y tropiezo tras tropiezo,
yéndose de bruces como lo hizo al fracasar primero en su aspiración de ser
gobernador del Estado y después en su aspiración de ser senador de la república.
Ahí sigue pues, tirando golpes a
ciegas, transitando por el bajo mundo de las traiciones, como lo hizo cuando
desde la presidencia municipal de La Paz, le metió zancadilla a Víctor Manuel
Castro Cosío.
Pero aquí lo importante es que ni
Manuel Cota Cárdenas, ni Homero Davis Castro, ni Saúl González Núñez, se dejen
engaratusar por Rubén Muñoz, como no lo hace Milena Quiroga Romero, porque en
lugar de hacerles un bien, les va a hacer un mal.
Y es que allá en sus delirios cargados
de soberbia y arrogancia, Rubén acostumbra tener sueños de grandeza, y sumido
en su mitomanía, es dado a inventar encuestas a su favor.
Por cierto, respecto a esto, debiera
darle vergüenza andar difundiendo datos de presuntas encuestadoras, porque en
cuanto a eso, lo cierto es que los comentarios en contra de Rubén Gregorio, son
muchos más que los que están a su favor.
Pero retomando el tema, los delitos
por los que se le han formado imputaciones son por Ejercicio Ilícito del
Servicio Público y Coalición de Servidores Públicos, ambos previstos en el
Código Penal de Baja California Sur.
Ahora bien, la parte acusadora la
representan el Fiscal Anticorrupción Lenin Ortiz Amao, el Agente del Ministerio
Público Juan Carlos Lupercio García, el abogado Baldomero Mendoza por el
Ayuntamiento de La Paz, así como los representantes del Frente Ciudadano en
Defensa del Agua y la Vida, abogado Arturo Rubio Ruiz y su apoderado legal
Carlos Rubio.
En fin, lo que sí es un hecho, -como
lo dije en una entrega anterior- que este caso está tan caliente, que despide
pútridos olores, a grado tal que es mejor otorgarle el beneficio de duda.
No es para menos, es un caso inmerso
en señalamientos no solo de irresponsabilidad sino lo que es peor, de
corruptelas, por tanto, vale hacer hincapié en lo reiterado por el gobernador
Castro Cosío, que la justicia está obligada a actuar.
Y lo más importante, también dicho por
él: que aquí no existen ciudadanos de primera y de segunda.
Luego entonces, la autoridad
responsable de aplicar justicia tiene la última palabra.
Cuestión de tiempo.