• Hoy los mexicanos deben 135 mil pesos por la deuda contratada por el gobierno, comparado con los 85 mil 915 pesos de diciembre de 2018, cuando llegó la 4T al poder.
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Estado de México. - La llamada Cuarta Transformación (4T) continúa aumentando los
niveles de deuda desde que tomó el poder en 2018 hasta mediados de 2025, alertó
el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
“En términos
per cápita la deuda por habitante se ubicó en 135 mil pesos, 9.6 por ciento por
arriba del año pasado, pero casi 60 por ciento superior a su nivel reportado al
cierre de 2018”, afirmó el órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial
(CCE).
El organismo
difundió que, al cierre de junio de 2025, el saldo histórico de los
requerimientos financieros del sector público, que es el concepto más amplio de
deuda, sumó 17.8 billones de pesos, 1.8 billones más que en igual mes del año
pasado.
En diciembre
de 2018, cuando llegó la Cuarta Transformación con Andrés Manuel López Obrador,
había una deuda de 10.7 billones de pesos. Es decir, cada mexicano adeudaba 85
mil 915 pesos, señaló.
A pesar de
que en lo que va del año las finanzas públicas van en línea con el objetivo de
reducir el déficit fiscal, aún es un tema de preocupación, expresó el instituto
de investigación económica en México.
Durante el
primer semestre del año los ingresos totales del sector público aumentaron a
una tasa anual de 3.4 por ciento, lo cual “es una buena noticia, pero no es
suficiente para satisfacer la necesidad de mayores recursos que implican los
programas sociales”.
Destacó que
la inversión física sigue siendo un renglón importante en el ajuste del gasto
público. En el periodo enero-junio disminuyó 30.4 por ciento, que puede
reflejarse en un menor ritmo de avance de obras de infraestructura que se
requieren para impulsar la inversión productiva.
“Se aprecian
importantes ajustes en diversos rubros del gasto que pueden incidir
negativamente en programas que se relacionan con el bienestar de los hogares”,
manifestó.
Según el
CEESP, el reducido gasto del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo está
inhibiendo la inversión privada y una mayor generación de empleo en México.
“Es evidente
que el reducido gasto del gobierno en infraestructura inhibe la inversión
privada”, aseguró.
Hubo una
caída de 25.8 por ciento de la inversión pública en mayo de 2025, con lo
que acumuló trece meses consecutivos a la baja, dijo.
“La inversión
privada, además del impacto de la caída de la inversión del sector público,
refleja en buena medida los efectos de factores internos como la ausencia de
estado de derecho, inseguridad y corrupción, aumentando la cautela para
realizar inversiones”, comentó.
En mayo, la
inversión privada se contrajo 4.9 por ciento, con la posibilidad de que
mantenga su tendencia descendente iniciada a finales del 2023, al igual que la
pública, destacó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.
“La inversión total reportó una baja anual de
7.1 por ciento, acumulando nueve meses consecutivos con variaciones negativas,
esto sin duda limita la creación de empleo formal de calidad, inhibiendo una
mejora en el bienestar de los hogares”, expresó.
El CEESP dijo
que los indicadores del Inegi reportan que en el segundo trimestre del año el
porcentaje de población en pobreza laboral aumentó marginalmente 0.1 puntos
porcentuales respecto al trimestre previo al pasar de 35.0 por ciento a 35.1
por ciento.
“Si bien es
cierto que el aumento al salario mínimo ha beneficiado a los ocupados del país,
también lo es el hecho de que mientras quienes perciben esta cantidad han
aumentado significativamente, los ocupados que perciben ingresos mayores se han
reducido de manera importante”, señaló.
Añadió que
las cifras muestran que, en lo que va del año (enero-julio) la población
ocupada que percibe hasta un salario mínimo aumentó en 3 millones de personas,
lo que en principio debería ser algo positivo.
“Esto
pareciera más un factor de precarización del mercado laboral, si se considera
que el universo de aquellos ocupados que ganan más de un salario mínimo se
redujo en 2.2 millones”, mencionó.
Agregó que la
informalidad es otro factor que además de reflejar la complejidad que tienen
las empresas para generar empleos formales, refleja mayores niveles de
precarización del empleo.
“Del aumento
total anual de la población ocupada en julio, el total de quienes laboran en la
formalidad se redujo en 757 mil personas, mientras que quienes se ubicaron en
la informalidad aumentaron en 1.2 millones de personas. Esto significó que
la tasa de informalidad laboral aumentó de 54.5 por ciento en julio del año
pasado a 56.1 por ciento en el mismo mes del presente año”, expresó el CEESP.