• El plan para Pemex refiere un "potencial muy importante" para la producción de gas y crudo en yacimientos de "geología compleja"; señala avances tecnológicos en la última década para "minimizar" el impacto ambiental.
Fotogalería
Estado de México. - El gobierno de Claudia Sheinbaum ha colocado de nuevo sobre la mesa
la inclusión de hidrocarburos no convencionales en su apuesta para elevar la
producción de crudo y gas en el país, que había sido desechada absolutamente
por su mentor y antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
En un
ambicioso plan para revitalizar a Pemex, se establece la evaluación y
desarrollo de plays de no convencionales, a los que ahora se denominan de
“geología compleja”, como una de las formas para incrementar la producción de
hidrocarburos.
Tras una
amplia reforma energética en 2014, México intentó explotar los no
convencionales, que requieren fracturación hidráulica, o “fracking”, pero las
licitaciones a través de las que se intentaron colocar contratos no fueron
exitosas.
AMLO acabó
con las licitaciones de contratos petroleros con privados y extranjeros y
desechó la posibilidad de explotación a través del “fracking”, condenado por
ambientalistas por considerarlo altamente contaminante, así como por el uso de
grandes cantidades de agua en sus procesos. Y Sheinbaum también había dicho
durante su campaña electoral que en su gestión no lo permitiría.
Ahora, el
plan de Pemex habla de un “potencial muy importante” para la producción de gas
y crudo en yacimientos de “geología compleja” de alrededor de 64.millones de
barriles de petróleo crudo equivalente (pce), principalmente en las cuencas
Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos.
“Vamos
también a abordar todo el potencial geológico que tenemos”, dijo el martes el
director de Pemex, Víctor Rodríguez, durante la presentación del plan en la
conferencia de prensa diaria de la presidenta Sheinbaum.
Pemex buscará
frenar una caída en su producción de crudo, actualmente alrededor de 1.6 millón
de bpd, e incrementar la de gas natural, que no es compensada con producción de
otros operadores y que hace a México altamente dependiente de las importaciones
de Estados Unidos.
“Este tipo de
yacimientos tienen el potencial de cambiar el panorama declinante de la
producción en México, tal como ha sucedido en EU y está sucediendo en
Argentina, si se establecen esquemas de ejecución que favorezcan la inversión
privada en la exploración y explotación de estos recursos”, señala la
estrategia de Pemex.
El plan
contempla una contribución “modesta” de no convencionales entre 2026 y 2028 a
la producción nacional de hidrocarburos, pero “volúmenes significativos” a
partir de 2029.
De acuerdo al
esquema, la producción acumulada al 2030 sería de 197 millones de barriles de
crudo y 303 millones de pies cúbicos de gas.
Buscando
aparentemente acallar preocupaciones sobre contaminación por “fracking”, el
plan para Pemex advierte de los avances tecnológicos de la última década para
el diseño, perforación y terminación de pozos para “minimizar” el impacto
ambiental y la preservación de cuerpos de agua dulce.
“El
fracturamiento hidráulico de hoy no tiene nada que ver con el de hace 20 años”,
dijo a Reuters el exconsejero independiente de Pemex, Fluvio Ruiz. “La técnica
y la tecnología han cambiado”, añadió.
“De las
ventajas de llegar tarde o de habernos esperado (para explotar no
convencionales), es que ya hay regulaciones técnicamente muy bien hechas, no
hay que inventar el hilo negro”, subrayó.
El plan para
Pemex apunta a lograr la autosuficiencia financiera de la endeudada empresa en
solo dos años y buscará alianzas con empresas privadas, incluyendo proyectos en
aguas profundas.