• Ante este escenario, la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (Conmecoop), que agrupa a 47 federaciones y 600 sociedades cooperativas, propone que la pesca ilegal sea considerada un problema de seguridad nacional.
La Paz, Baja
California Sur.- En los últimos 10 años, grupos delictivos han afectado el
sector pesquero y desatado una ola de violencia contra los actores de la cadena
de producción que va desde cobros por salir a pescar hasta asesinatos.
Ante este
escenario, la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas
(Conmecoop), que agrupa a 47 federaciones y 600 sociedades cooperativas,
propone que la pesca ilegal sea considerada un problema de seguridad nacional.
“Uno de los
puntos primordiales para nosotros es que la pesca ilegal y el tema de la
comercialización ilegal sean considerados asuntos de seguridad nacional y que
sea tratado en el Consejo Nacional de Seguridad. Nosotros, como cámara, es lo
que podemos proponer”, señaló José Luis Carrillo, presidente de la Conmecoop.
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Los grupos
criminales merman las labores pesqueras
Además de los
costos de operación y la burocracia para obtener permisos, los pescadores ahora
tienen que enfrentarse a grupos delictivos que, en algunos lugares, tienen el
control completo de las pesquerías, desde su captura hasta su comercialización,
de acuerdo con Carrillo.
“Se suma a la
pesca ilegal otro ingrediente que es el control de los grupos delictivos hacia
los pescadores ilegales y hacia los pescadores ordenados, pero también se ha
involucrado en el tema de la comercialización. Esto se ha intensificado
notablemente en los últimos diez años”, dijo.
Añadió que
los incidentes más comunes son el cobro por salir a pescar, la obligación de
venderles la producción y de permitirles pescar sin permisos en la zona donde
trabajan los pescadores y la comercialización del producto pesquero. Inclusive
en los últimos dos años se han registrado asesinatos y amenazas hacia líderes
pesqueros en México.
La situación
de violencia tiene un impacto directo en los pescadores, quienes cada vez ven
más complicado el desempeño de su trabajo y los está llevando a reconsiderar si
continuar en él, señaló Alfonso Rosiñol, vicepresidente de pesquerías en la
Cámara Nacional de las Industrias Pesqueras y Acuícolas (Canainpesca) y
presidente de la misma Cámara en la delegación Baja California.
“Hay gente en
la industria evaluando seriamente si continuar aquí o de plano ver si pueden
girar a otro tipo de trabajo donde se puedan desempeñar. El riesgo principal es
que dejen de pescar porque ya no les conviene o no quieren correr el riesgo, y
eso podría traer otros problemas porque podrían entrar personas nuevas a pescar
que no respeten las vedas, las cuotas y las tallas mínimas de captura”, señaló
Rosiñol.
Actualmente,
ni Canainpesca ni Conmecoop tienen un registro de los incidentes de violencia
dirigidos hacia integrantes del sector pesquero, ya que las personas que son
víctimas tienen miedo de hablar para informarle a las organizaciones y para
interponer una denuncia. Lo único que han podido identificar es algunas
pesquerías y regiones donde se han presentado agresiones más extremas como
asesinatos.
“Hemos
identificado que los lugares que se dan con mayor frecuencia y con mayor
contundencia son los lugares donde los recursos pesqueros tienen un alto valor
en el mercado internacional. El abulón, la langosta, la almeja chiluda y el
pulpo, por ejemplo, tienen un alto valor y por eso es un incentivo para ellos”,
señaló Carrillo.
El papel de
las confederaciones y cámaras empresariales
Cuando se
presenta un incidente de violencia hacia alguien del sector pesquero, las
confederaciones y cámaras se reconocen rebasadas para hacer algo al respecto
debido al alto riesgo de seguridad que implica para el pescador y para su
familia, señaló Carrillo, por lo que recomiendan acudir a las autoridades,
interponer una denuncia y solicitar protección.
A pesar de
eso, el estar en una organización como Conmecoop o Canainpesca, ayuda para
estar unidos y fuertes como sector cuando se requiera hacer algún reclamo a la
autoridad.
“Al estar
unidos en grupos con actores de todo México… hace que puedas abogar mejor por
el sector. Creo que cualquier pescador que no esté afiliado a algún organismo
puede ver en este aspecto un motivo más para unirse, para poder mencionar lo
que está pasando y para que se haga más fuerte la voz de estas organizaciones.
No debemos dejar de exigir que el gobierno haga uno de sus trabajos principales
que es mantener la paz y la seguridad de la ciudadanía”, señaló Rosiñol.
Lo que está
viviendo actualmente el sector pesquero, puede extenderse a otros sectores
económicos y al resto de la sociedad, por eso para Rosiñol es importante que
todas las personas se unan para exigir una vida y trabajo en paz.
“Me preocupa
mucho porque la violencia va evolucionando. Vivir la violencia como sector
pesquero es preocupante pero es aún mayor saber que esto se puede extender al
resto de la sociedad, estemos o no en este momento en la industria pesquera, y
ahí es donde creo que todos debemos de exigir el poder vivir en paz y poder
desempeñar nuestras actividades”, señaló Rosiñol.
*Este
artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.