• México es uno de los principales países dedicados a la captura y exportación de tiburón pero no exige que las aletas permanezcan unidas al cuerpo hasta el desembarque, ni prohíbe la compra, venta o posesión de las aletas.
La Paz, Baja
California Sur.- Un cargamento de casi 2.5 toneladas de aletas de tiburón en
estado seco, que tenía como destino la ciudad de Shangai, China, fue decomisado
por inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
en el puerto de Ensenada, Baja California al noroeste de México, el 5 de junio
de 2025.
Este decomiso
evidenció que las regulaciones contra el aleteo de tiburón en México están muy
por debajo de los estándares internacionales y que es necesario implementar
nuevas estrategias para combatirlo, señala Alejandro Olivera, representante en
México del Centro para la Diversidad Biológica, una organización ambiental que
aboga entre otras cosas por la preservación de los océanos.
México es uno
de los principales países dedicados a la captura y exportación de tiburón pero
no exige que las aletas permanezcan unidas al cuerpo hasta el desembarque, ni
prohíbe la compra, venta o posesión de las aletas.
Por esto, el
Centro presentó una solicitud
formal ante el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas de Estados Unidos
para que México sea identificado conforme a la Ley de Protección de la
Moratoria de Redes de Deriva en Alta Mar, y así presionar al gobierno de México
a que reforme la NOM-029-PESC-2006, exigiendo
que las aletas permanezcan adheridas al cuerpo al arribar a los puertos y al
comercializarse.
Erradicar el
aleteo para prevenir la extinción de los tiburones
Las aletas
son la parte de los tiburones que mayor precio alcanzan en el mercado, por eso
existe el aleteo, que consiste en cortarle las aletas y arrojar el resto del
cuerpo del tiburón al mar para que la especie muera desangrada.
“Las bodegas
de los barcos tienen una capacidad limitada para almacenar, entonces las llenan
con aletas que son lo más valioso. Es una practicidad económica y de espacio,
pero es también una práctica muy cruel”, señala Olivera.
El problema
con el aleteo es que al arribar solo con las aletas, se genera un subregistro
de la pesca de tiburón, ya que las aletas representan del 3 al 5% del peso
total del tiburón, y no es posible saber con exactitud cuántas especies se
vieron afectadas.
“De por sí
las estadísticas de pesca no están actualizadas, estas prácticas contribuyen a
que no sepamos cuántos tiburones están capturando y es una forma de ocultar
información que repercute sobre la población y las estadísticas”, señala
Olivera.
Algunas de
las especies de tiburones que son objeto del aleteo están enlistadas en la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), y en
el marco de esta convención es necesario conocer el volumen real de captura de
las especies de tiburón para evitar que la explotación excesiva las lleve a la
extinción.
Reforma a la
NOM-029
En México
está prohibido el aprovechamiento exclusivo de las aletas de cualquier tiburón
por la NOM-029, pero de acuerdo con Olivera, esto es insuficiente para
erradicar esta práctica, ya que solo dice que “en ningún caso se podrá arribar
aletas de tiburón cuyos cuerpos no se encuentren a bordo”. Pero como no exige
que arriben con las aletas adheridas al cuerpo, así los pescadores arriban con
más aletas que cuerpos.
“En México
está prohibido el aleteo, sin embargo, dada la poca vigilancia que hay, la
única forma de garantizar que no se haga el aleteo es exigiendo a los
pescadores que arriben con las aletas pegadas al cuerpo y de esta forma todas
las aletas van a corresponder al número de cuerpos de tiburones”, señala
Olivera.
La petición
ingresada por el Centro en junio de este año da pie para que, en el caso de que
Estados Unidos lo identifique, el gobierno mexicano tenga un lapso de dos años
para subsanar el problema del aleteo, y de no hacerlo, se le impondrían
sanciones comerciales a sus exportaciones pesqueras hacia Estados Unidos.
Para evitar
una sanción, el gobierno de México debería emular a la Ley para la Supresión de
la Venta de Tiburón implementada por Estados Unidos en 2022 que suprime la
venta exclusiva de la aleta de tiburón. Basta con una reforma a la NOM-029,
como recomienda Olivera.
“Puede ser
una reforma a la NOM-029 donde se le adicione un artículo que estipule la
prohibición de llegar a puerto con los tiburones sin las aletas naturalmente
pegadas al cuerpo, con eso se subsana el problema”, señala Olivera.
En 2020, se
planteó en la Cámara de Diputados una reforma a la Ley General de Pesca y
Acuacultura Sustentables que hiciera obligatorio el arribo y descarga en
puertos de todos los tiburones con las aletas adheridas naturalmente al cuerpo,
lo mismo sucedió en 2021 en el Senado de la República, donde una
iniciativa buscaba eliminar el aleteo y la comercialización, y también
sancionar esta práctica. Sin embargo, ninguna de las dos prosperó.
Otras medidas
en Latinoamérica
Aunque el
aleteo está prohibido en la mayoría de los países latinoamericanos, el problema
sigue presente y cada país ha emprendido estrategias diferentes para
combatirlo, de acuerdo con Carlos Polo, director de Sharky Management and Consulting, una
organización especializada en conservación y gestión de tiburones en
latinoamérica.
Por ejemplo,
en Colombia, Ecuador y Panamá tienen leyes que exigen que los tiburones tengan
las aletas parcialmente adheridas cuando lleguen al puerto, si no, no pueden
ser exportadas.
“Si el animal
llega sin aletas, ese animal queda incautado, y no se puede comercializar.
Entonces a ellos les conviene seguir cumpliendo la normativa como debe ser”,
señala Polo.
Desde 2012
Colombia prohibió la captura dirigida de tiburones a nivel industrial; desde
2021 tiene prohibida toda exportación de tiburones y rayas marinas. Actualmente
están trabajando en establecer cuotas para regular y reducir la captura
incidental de tiburón, que para Polo, es la principal causa de la
sobreexplotación de los tiburones.
“Lo que no
está prohibido está permitido. Hay países que no tienen cuota de captura
incidental y es completamente legal que el 80% de su captura incidental sea
tiburón. Entonces, hay que buscar mecanismos para poder frenar o controlar esa
incidentalidad, que si no se hace, termina causando mucho más daño que lo que
realmente hace la pesca dirigida”, señala Polo.
En México no
hay cuotas establecidas para la pesca incidental de tiburón, sólo de otras
especies pescadas de forma incidental en el ánimo de capturar tiburón. De
acuerdo con Olivera lo primero debería de estar regulado en la NOM-029, donde
se establecen cuotas de pesca incidental para crustáceos, peces de escama,
entre otros, o en la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables.
Hay otros
casos como Ecuador y Panamá donde es prohibido exportar tiburones y rayas que
se encuentren en el listado de CITES hasta que haya estudios que evalúen el
estatus poblacional de la especie y se cuente con un informe sobre las medidas
para mejorar el control de las especies de tiburones.
Además, en
Ecuador, Perú y Costa Rica hay grandes avances en la identificación de las
especies de tiburones capturadas.
“Son países
que crearon un sistema de capacitación continua del personal encargado de hacer
las inspecciones, las vigilancias y a los observadores. Ecuador tiene un
programa de observadores e inspectores exclusivamente para llegar a puerto e
identificar tiburones y rayas”, señala Polo.
En general,
el consultor aboga por que se prohíba la comercialización de las especies que a
nivel global se encuentran en peligro de extinción, mientras que en el resto,
cada país debe tener sus medidas de manejo adecuadas a su contexto.
“Dependiendo
de las especies y de la región los países deberían proponer medidas de control
de esa captura. Si se permite el comercio, controlarlo con unas cuotas globales
de captura, una talla de captura permisible y una trazabilidad, es decir, a
dónde va el producto final de esa captura. Eso sería lo ideal”, señala Polo.
En el caso de
México, la protección de esta especie podría iniciar con la reforma a la
NOM-029 para erradicar el aleteo pero posteriormente podría extenderse al
implementar algunas de estas otras medidas para tener un mejor control de la
pesquería de tiburón, o prohibir la de las especies que se encuentren en
extinción.
*Este
artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.