• Evidencia desesperación al diputado Manuel Cota ante falta de popularidad en la búsqueda de gubernatura. • Se promueve para la sucesión gubernamental, pero si acaso solo puede aspirar a la alcaldía paceña. • Pretender engañar a los demás, es una imprudencia que regularmente está fundada en el en-gaño a sí mismo.
Entre los
riesgos que se corren en política al no hacer el cálculo adecuado sobre el qué
hacer cómo y cuándo, es caer en la lacerante desesperación, principalmente
cuando el autoengaño hace presa del individuo que percibe que se le acaba el
tiempo para lograr su objetivo.
Algo de esto
parecen experimentar varios aspirantes de Morena a la candidatura a la
presidencia municipal de La Paz.
Principalmente
uno de ellos, inexperto y con un ego que cada día queda más en evidencia, el
legislador federal Manuel Cota, se muestra sumamente desesperando por lo que
ahora ha recurrido a mostrar que puede ir contra todos.
Por supuesto,
son pocos los que han caído en este intento de engaño del legislador que solo
refleja la impotencia de hacer que su propuesta realmente permee en el ánimo de
la población.
El joven
representante que a pesar de que podría recibir apoyo de sectores de la actual
clase política gobernante, no ha sabido capitalizar esta circunstancia que
podrían ponerlo por encima del resto de los aspirantes.
Lo curioso es
que parece obrar en su contra todos sus esfuerzos hechos hasta ahora por entrar
al ánimo de los paceños.
Por supuesto
seguramente el cálculo sobre su verdadera popularidad está mal hecho, fuera de
foco, tanto que hasta supone que podría ser candidato a la gubernatura.
Hay otros
actores políticos morenistas que, con mucho menos protagonismo, paradójicamente
parecen tener más presencia.
Habría que
hacer tal vez una encuesta real, que en efecto refleje las verdaderas
condiciones de popularidad de los diversos aspirantes de Morena que pretenden
su candidatura a la alcaldía de La Paz.
Pero intentar
engañar a la población y en general a los diversos sectores que conforman la
sociedad paceña, es definitivamente una pifia, un error que puede tener grandes
costos políticos.
Correr
demasiado rápido, antes de tiempo, es parte precisamente de no medir qué hacer
y que evitar según el momento, de acuerdo a la circunstancia.
Veremos si
realmente el diputado llega al arrancadero político por la alcaldía de La Paz,
que como otras candidaturas, estarán casi definidas al inicio del próximo año.
Veremos si el
bisoño legislador no se le acaba el combustible antes de tiempo.
No por mucho
madrugar se amanece más temprano.
Quizás
valdría la pena decirle al novato diputado que intentar engañar a los demás, es
una imprudencia que regularmente está fundada en el engaño a sí mismo.
Ya veremos
qué sucede.