• Acusan que el funcionario investigado dirige la procuraduría bajo una figura que ya fue declarada inconstitucional por la Corte.
La Paz,
Baja California Sur.- El caso de una
denuncia por acoso sexual contra un alto funcionario de la Procuraduría General
de Justicia del Estado (PGJE) en Baja California Sur (BCS) exhibe un presunto
encubrimiento institucional, abuso de poder y revictimización. A dos años de
presentada la denuncia, no hay avances en la investigación, la carpeta
permanece oculta y la víctima no ha recibido acompañamiento.
El abogado
Arturo Rubio Ruiz, asesor jurídico de la denunciante, afirmó que ya se acudió
ante la justicia federal y, de ser necesario, también se llevará el caso ante
la Corte Internacional.
Ante
medios de comunicación, Rubio Ruiz denunció que la carpeta de investigación SJC
2515 del 2023, por el delito de acoso sexual, permanece resguardada en el
escritorio del actual encargado del despacho de la PGJE, quien además es la
persona señalada por la víctima. Afirmó que, pese a múltiples solicitudes
legales, se ha negado el acceso al expediente y no se han determinado medidas
de protección.
“El acceso
a la justicia no puede depender del cargo que ocupa un funcionario. No es
posible que quien está acusado de acoso sexual controle la investigación en su
contra y, además, lo niegue”, expresó.
La
denuncia fue turnada originalmente a la Subprocuraduría de Delitos contra la
Mujer y el Menor, pero fue retenida por el entonces titular de la institución.
Hoy, esa misma persona encabeza la PGJE bajo la figura de “encargado del
despacho”, la cual ya fue cuestionada y declarada inconstitucional por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en un caso anterior. Según Rubio Ruiz,
esta figura carece de sustento legal, lo que compromete la autonomía de la
institución y convierte en inválidas las decisiones que se tomen desde esa
posición.
Además,
denunció que la víctima ha comenzado a recibir amenazas, lo que agrava la
responsabilidad del Estado en garantizar su protección. “Esto no es un
‘asuntito’. Es un acto de abuso de autoridad, de ejercicio indebido del poder y
de encubrimiento”, afirmó.
El caso ya
fue presentado ante un juez de control, quien deberá requerir al funcionario
que explique por qué no se ha permitido el acceso a la carpeta ni informado
sobre los avances. Si no hay respuesta, advirtió Rubio Ruiz, “iremos a la
justicia federal y, si es necesario, a instancias internacionales. Lo que está
ocurriendo en la PGJE no puede seguir pasando en un estado de derecho”.