• “Que nadie se equivoque: en BCS nosotros representamos la ley y la vamos a hacer valer, por justicia”, sentenció el gobernador.
La Paz,
Baja California Sur.- En medio del paro estatal de maestros que ha dejado sin
clases a al menos 124 escuelas de nivel básico de las 899 registradas en la
entidad, el gobernador de Baja California Sur (BCS), Víctor Castro Cosío,
endureció su discurso y lanzó una advertencia directa al magisterio
sudcaliforniano: “No vamos a reprimir a nadie, solo vamos a aplicar la ley”.
El
mandatario, visiblemente molesto, apeló a su pasado como maestro y dirigente
sindical para descalificar las acciones de los docentes en paro:
“Alguien
me dijo: ‘Usted nos enseñó’. Tú ni Macías cuando yo ya estaba luchando. No
tienes 30 años. Nosotros no abandonamos a los chamacos y ahí está el testimonio
histórico”, dijo, en un mensaje que ha generado reacciones entre el gremio
magisterial.
Lejos de
mostrar apertura al diálogo, el gobernador remató:
“Que nadie
se equivoque: en Baja California Sur nosotros representamos la ley y la vamos a
hacer valer, por justicia. Porque es lo que queremos que cambie, pero también
de allá pa’ acá y de aquí pa’ allá”.
El
mandatario estatal aseguró que la gente está pidiendo que se aplique la ley,
por lo que sostiene la intención de aplicar los descuentos salariales a los
trabajadores de la educación que se mantienen en paro.
Las
declaraciones se dan en un momento tenso a nivel nacional, donde la presidenta
Claudia Sheinbaum también ha adoptado una postura rígida frente a las protestas
magisteriales. Tras cancelar una reunión con la CNTE, Sheinbaum declaró: “Hay
cosas que no están bien”, dejando entrever su inconformidad con las formas de
presión del sindicato.
Así mismo,
en "la mañanera, dijo que los descuentos salariales los definiría cada
entidad.
Mientras
tanto, el magisterio sudcaliforniano, encabezado por el maestro Manuel Acevedo
Arredondo y otras corrientes, mantienen su exigencia central: la eliminación de
la Ley ISSSTE 2007 y respeto a los derechos laborales de los trabajadores de la
educación.
El paro
sigue, las clases están suspendidas y el gobierno, en vez de tender puentes,
amenaza con aplicar la ley. Lo que está en juego no es solo un pliego de
demandas: son los derechos del magisterio, el acceso a la educación de miles de
niños y niñas, y la forma en que las autoridades entienden el diálogo y la
justicia.