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Hoy es martes, 13 de mayo de 2025

Furtividad merma el esfuerzo de pesca sostenible de la comunidad San Juaniquito

• En algún tiempo, los pescadores de San Juaniquito, a 60 kilómetros de Loreto, usaban redes y pensaban que los recursos pesqueros nunca se acabarían. Pero, pasado el tiempo, se han vuelto más conscientes del impacto de sus prácticas en las poblaciones de pescados y maris-cos de las que dependen económicamente.

Furtividad merma el esfuerzo de pesca sostenible de la comunidad San Juaniquito

 

La Paz, Baja California Sur.- La comunidad de San Juaniquito en el norte de Baja California Sur (BCS) ha emprendido buenas prácticas para tener producciones más sostenibles. Sin embargo, sus esfuerzos se ven mermados por pescadores y embarcaciones furtivas que están acabando con el producto pesquero restante.

 

En algún tiempo, los pescadores de San Juaniquito, a 60 kilómetros de Loreto, usaban redes y pensaban que los recursos pesqueros nunca se acabarían. Pero, pasado el tiempo, se han vuelto más conscientes del impacto de sus prácticas en las poblaciones de pescados y mariscos de las que dependen económicamente.

 

Así han transicionado hacia artes de pesca más sostenibles, al grado de que actualmente la mayoría de ellos pescan únicamente con anzuelo y están por establecer Zonas de Refugio Pesquero, áreas delimitadas de no pesca con el objetivo de repoblar el huachinango.

 

Además, han empezado a incursionar en la pesca deportiva y en las actividades ecoturísticas para obtener ingresos alternativos que permitan descansar a las poblaciones de peces.

 

No obstante, estos esfuerzos serán insuficientes para repoblar a la bahía de San Juaniquito si no se combate el saqueo de la pesca furtiva que no respeta tallas, zonas de reproducción ni vedas.

 

·        Pesca ilegal e impunidad

En 1989 Horlando Covarrubias y su papá se mudaron a San Juaniquito, atraídos por las cosechas de 160 kilogramos de huachinango al día que obtenían en la zona.

 

Sin embargo, el aislamiento que lo convertía en un lugar tranquilo, lo hizo también blanco de la pesca furtiva, que ha detectado las áreas donde hay menos inspección y vigilancia de parte de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca y de la Secretaría de Marina.

 

San Juaniquito es una comunidad pesquera en una zona rural de Loreto donde es difícil vigilar el mar todo el tiempo. Ahí los barcos furtivos ven la oportunidad de ingresar a áreas restringidas debido a la falta de vigilancia de las autoridades y la posibilidad de ser sujetos a sanciones.

 

Antes los pescadores avisaban a las autoridades cuando se percataban de algún acto ilegal en la pesca. Sin embargo, la poca acción de las autoridades ha hecho que pierdan la confianza en ellas y notifiquen.

 

“Nos daba un poco de temor avisar a las autoridades, porque no sabíamos qué tipo de personas nos íbamos a enfrentar. Aparte, la vigilancia venía y nos presionaba a nosotros en lugar de presionarlos a ellos, era al revés la cosa. No vemos el cambio para positivo, todo quedaba igual. Entonces, optamos por mejor ya no hacer nada, no tiene caso por la integridad de uno. Y dejamos de denunciar poco a poco”, señaló Covarrubias.

 

La furtividad ha provocado un desplome en las producciones de huachinango. Actualmente, las cinco familias que dependen totalmente de la pesca en San Juaniquito capturan 40 kilogramos al día en jornadas extenuantes.

 

“El que se lleva la mayor parte en daños es el pescador. Si hablamos de la actualidad, se puede decir que durante el día ya no hay huachinango, tenemos que ir de noche y sacamos treinta kilos máximos; o cuarenta kilos, pero toda la noche. O tenemos que ir cada vez más lejos a pescar, pero es más inversión y así no sale ni para los gastos. Decayó mucho la pesca de huachinango, podemos hablar de un 95% en los últimos 14 años y el pescador está muy desmoralizado por eso”, lamentó Covarrubias.

 

Al ritmo del deterioro de la especie, Covarrubias señala que no bastará contrarrestarlo por medio de las iniciativas de los pescadores, no obstante, se mantiene optimista de que si todos los sectores involucrados cooperan, San Juaniquito recuperará la abundancia que lo atrajo a vivir ahí.

 

“Si empezamos a movernos con las autoridades tal vez nos den un poco de apoyo, y nosotros mismos trabajando con las organizaciones o con fundaciones también podemos hacer vínculos. Yo creo que en el futuro puede venir algo bueno. Pero tenemos que estar en el mismo canal todos”, señaló Covarrubias.

 

*Este artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.