• Se mantiene acusación de Fiscalía Anticorrupción, aunque no desaparezca el fuero de Ariel Castro y Alondra Torres. • Calidad moral y administrativa a toda prueba requieren futuros representantes populares. • Reitera el gobernador Víctor Castro respeto a decisiones del Poder Legislativo y del Judicial.
Definitivamente
uno de los retos que tienen quienes encabezan las autoridades estatales y
municipales es el de lograr que sus equipos no violen la ley de
responsabilidades de servidores públicos y no sucumban a la tentación de hacer
mal uso de los recursos ciudadanos.
Por supuesto
que se espera que las autoridades que ahora tienen la responsabilidad de
conducir los destinos de nuestra entidad y de todos los municipios, tienen
claro qué está bien y qué no lo está en materia de administración de recursos
públicos.
Cuando las
autoridades federales resaltan que la corrupción es un mal que ya fue
erradicada mientras que aún se observan casos lamentables que contradicen estos
dichos, se espera que en la entidad, los actuales funcionarios actúen de
acuerdo a la ley.
Tanto las
autoridades estatales como municipales han reiterado en varias ocasiones a sus
colaboradores que no violenten la ley y se porten bien, a la altura de las
exigencias de la ciudadanía.
Por supuesto
que no es ni será tarea fácil.
No todos los
políticos o funcionarios estatales asumen con sinceridad y congruencia esta
solicitud de sus respectivos jefes políticos.
Hay sometidos
a proceso por presuntos malos manejos de recursos públicos exfuncionarios de la
pasada administración municipal cabeña y según se informó en ese paquete
también están bajo una investigación el actual subsecretario de enlace
legislativo del gobierno estatal Ariel Castro y la diputada local Alondra
Torres.
A ambos el
Congreso del Estado decidió por mayoría de votos en sesión secreta, no
retirarles el fuero del que actualmente gozan precisamente para enfrentar esta
acusación hecha por la Fiscalía Anticorrupción de la entidad.
Al respect0
el gobernador del estado Víctor Castro reiteró su respeto a las decisiones que
se tomen tant0 en el poder legislativo como en el judicial.
La sociedad
exige transparencia en todos los niveles de la administración pública, no solo
porque así se ofreció durante los procesos de campañas electorales, sino porque
así lo establece la ley.
Está claro
que este tema tiene que ser bien atendido sobre todo por quienes esperan
participar en el proceso electoral del 2027.
Para algunos
el futuro puede ser muy amplio a partir de su actual desempeño, pero por
desgracia para otros su manera de trabajar justamente es lo que les puede
frenar todas sus aspiraciones.
La sociedad
ya no soporta funcionarios desleales a los principios de rectitud y buena
conducta como funcionarios.
Esperemos que
los futuros aspirantes a los puestos de elección popular que estarán en juego
en el 2027, sean políticos bien probados, con calidad moral y administrativa
incuestionable.
Por supuesto
el reto no es menor, pero está claro que sí se puede lograr.
Ya veremos
qué pasa.