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Hoy es lunes, 2 de diciembre de 2024

En privado

• Ni canonjías ni privilegios.


 

No me cabe la menor duda que una de las luchas frontales de Morena desde que asumió el poder, ha sido sin duda en contra de los privilegios, las prebendas y las canonjías.

 

Y en ello, con pleno conocimiento de causa han hecho énfasis tanto Andrés Manuel López Obrador desde la presidencia, como Víctor Castro Cosío desde la gubernatura.

 

Este último en el caso concreto del estado de Baja California Sur.

 

Y no es para menos, cuando ambos sabían que la mayoría de los abusos cometidos en el pasado estuvieron basados justamente en el perdón de las concesiones y de las franquicias.

 

Fenómenos que tenían mucho que ver con regalías y dispensas.

 

Y de ahí, claro, las corruptelas y las desvergüenzas, desde arriba hasta abajo.

 

Sin embargo lo que hoy llama poderosamente la atención es que los partidos políticos sigan disfrutando de millonadas de pesos bajo el supuesto de “Prerrogativas”.

 

¿Por qué la crítica en este sentido?

 

Porque prerrogativa, no deja de ser sinónimo de privilegios, de prebendas y de canonjías. Justo donde se centra la lucha frontal de Morena.

 

Y es que lamentablemente en todo eso estriba la cómoda postura de los actores políticos a sabiendas de que no gastarán recursos propios.

 

Por el contrario, saben que recibirán prebendas y publicidad gratis, en cuyas acciones, por supuesto, dejan en claro sus intereses personales y perversos.

 

Por supuesto que aquí mismo son criticables las alianzas.

 

Porque las alianzas entre partidos han servido solamente para dos cosas: impulsar intereses personales y burlarse del pueblo.

 

¿Por qué? Porque se han dado casos del todo incomprensibles, además de abominables y detestables como los de aquellos partidos en que uno de ellos se autocalifica de extrema derecha y el otro de extrema izquierda.

 

Es decir que se clasifican como el agua y el aceite y no se pueden mezclar.

 

Pero en ese intento de alcanzar el poder, y sin importarles ni principios, ni ética, ni ideologías, se han aliado.

 

Luego entonces asoma aquí, por un lado, la desvergüenza de los dirigentes, y el otro la decadencia de los partidos políticos. Cosa que por supuesto les importa muy poco cuando su única intención es obtener la victoria a como dé lugar.

 

Así pues la crítica de hoy lleva buen sentido cuando sabemos que estos pagos millonarios que emanan de nuestros impuestos, vía el INE, no dejan de ser más que un privilegio para los partidos políticos.

 

Y ello se torna aún más criticable cuando nos damos cuenta que por otro lado no solo se siguen registrando, sino que van en aumento esos fenómenos nocivos que atentan contra la estabilidad social y el pueblo en general.

 

Entre otros el aumento de la pobreza extrema, y el incremento de la delincuencia que lleva implícitos, robos, consumo de droga y asesinatos, entre muchos más.

 

Por todo lo anterior una vez más, he de ser reiterativo que en mis momentos de reflexión siempre he pensado que pese a todo lo que se diga, -por sí sola-, la política-política, no es ni malévola ni corrupta.

 

Sino que más bien es como el agua: pura, cristalina, transparente. Y por consiguiente no dejo de pensar que son los actores, hombres y mujeres, quienes la pervierten, la prostituyen, la tuercen.

 

Más aún, me atrevo a pensar que hay quienes en sus perversas ansias de poder, hasta son capaces de tornarla dictatorial, conduciéndola por esos senderos equivocados de la bajeza y la ruindad.

 

Por todo ello, he comprendido que -en efecto-, son aquellos quienes se sirven de ella, tanto hombres como mujeres los únicos responsables de violarla, de trasgredir sus normas y desvirtuar sus acuerdos.

 

Por tanto, son ellas y ellos los únicos responsables de conducir la política por los caminos de la malignidad y la bajeza.

 

Y es así, justamente como en nombre de la política fácilmente se conspira, se confabula, y se entretejen falsedades.

 

Y sin la más mínima ética y sin el más mínimo principio de moral, se deshonra, se eslabonan ingratitudes, se fraguan corruptelas, y al amparo de ella, eslabonan deshonestidades, destrozan honras, tejen redes de corrupción y cubiertos con la misma cobija, buscan cohabitar con la perversidad solo para parir maldades.

 

Peor aún, esgrimiéndola como escudo, los grupos se dividen, las buenas amistades se fragmentan y las familias se desarticulan.

 

Inclusive, ya perdidos en ese laberinto de complicidades y depravaciones, desde las altas esferas del poder, los actores, hombres y mujeres, se sientan al pórtico de sus casas para ver pasar el cadáver de sus enemigos y si se quiere de sus amigos.

 

Y no solo eso, sino que son capaces de ver correr la sangre inocente y sin asomo de dolor en su semblante sepultan a sus muertos.

 

Pero frente a todo eso, la lucha contra los privilegios emprendida por nuestro gobernante, Víctor Castro Cosío, es bienvenida por todo el pueblo.

 

Cuestión de tiempo.