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Hoy es jueves, 25 de abril de 2024

Realidad de BCS

• ¿La nueva ley estatal electoral sancionará a los legisladores “saltamontes”? • Dirigencia de Morena en la búsqueda de votos hasta entre senadores del PAN. • Latente el riesgo de brincarse de partido también en BCS ante intereses por candidaturas para el 2024.


Ayer que trascendió que un senador el PAN literalmente “se brincó´” a Morena, con tal de ayudar a alcanzar votos para aprobar la iniciativa de ampliar la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, surge de nuevo el asunto de la nueva ley estatal electoral.

 

Esta futura ley electoral que se pretende aplicar en el proceso electoral del 2024, no se sabe si contemplará algún tipo de sanción para quienes en un momento dado, solo por interés muy particular, cambie de fracción parlamentaria con una facilidad impresionante, sin el menor empacho y sin ningún tipo de consecuencia legal.

 

Por supuesto la contradicción de defender una postura política por años y atacar a otra para cambiar repentinamente a otro partido antagónico, justamente para defender lo anteriormente cuestionado es además de burlesca para los electores, deja en claro el verdadero nivel político y de conciencia política que puede tener un representante popular.

 

Aquí en la entidad ya pasó algo similar luego de que la diputada Gabriela Cisneros que llegó como diputada al Congreso como militante del tricolor, renunció a su partido y se declaró legisladora sin partido, sin embargo no se sumó de manera inmediata a las filas de ninguna otra fracción parlamentaria.

 

Pero hacerla de saltamontes, fast track, es una clara muestra de desesperación morenista en el Senado de la República para obtener más votos y tratar de completar la llamada mayoría calificada, es decir las tres cuartas partes de los senadores que estén presentes en la sesión respectiva.

 

No es seguro que la nueva ley estatal electoral, que apenas está en su análisis para posterior discusión, contemple medidas para sancionar este tipo de acciones, pero es evidente que esta posibilidad es factible sobre todo luego de que el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, también hizo un giro en su actuar y añadió un cuestionable golpe de timón, aunque no se fue del partido, en la práctica apoyó la propuesta morenista en contra de todo lo que había señalado con anterioridad.

 

Alejandro Moreno se ha tenido que tragar sus propias palabras y ahora está en riesgo incluso de ser retirado de la dirigencia partidista que aún ostenta.

 

El riesgo de que en la entidad suceda algo similar para el próximo proceso electoral del 2024, es muy factible. El ejemplo ya lo ponen representantes nacionales del PRI y en caso del PAN un senador que ahora amaneció morenista.

 

Ya veremos qué sucede en las próximas semanas en el debate parlamentario nacional y los efectos que este pueda tener el abandonar un determinado color partidista en la entidad sobre todo por los temas que se tratarán justamente para la conclusión de este año, específicamente en lo que se refiere a las cuentas públicas y presupuestos de egresos.

 

Obviamente en las mesas legislativas venideras es posible que el tema de las candidaturas del 2024 se presente como parte de las negociaciones que seguramente estarán a la orden del día en los próximos meses.

 

Veremos si en la nueva ley electoral se atienden todas las dudas y vacíos que ahora se observan.

 

Se trata de que haya certeza y por supuesto mayor confianza de los electores, pero hasta ahora no ha candados ni castigos para quienes por intereses particular a quienes cambian de color o de bandera partidista.

 

Esperemos que la nueva ley electoral estatal, alcance la anhelada confianza ciudadana.