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Hoy es viernes, 26 de abril de 2024

Artistas ucranias encuentran refugio en escuela de Dinamarca

• Olesia Kliepak, Marharyta Serdiuk, Nadia Safina y Kseniia Kusherova, realizaron un peligroso viaje de 10 días.

Artistas ucranias encuentran refugio en escuela de Dinamarca

Con tres amigas músicas como ella, Nadia Safina huyó de la invasión de Ucrania en un peligroso periplo de 10 días hasta la tranquilidad de una escuela de música en Dinamarca.

Ahora “todo lo que tenemos es nuestro talento y nuestros instrumentos. No son zapatos, ropa ni joyas”, afirmó esta joven de 24 años.

“Segura, pero con el corazón roto”, Safina llegó esta semana a Stevns, a una hora de Copenhague, lejos de las bombas de Járkov, la ciudad que dejó atrás en el primer día de guerra.

Ella y sus amigas se alojan en la Escuela de Chelo Escandinava, que acoge a músicos del mundo, pero ahora está dedicada a albergar artistas ucranios.

“Los apoyamos en las mismas condiciones que a los otros; es decir, les ofrecemos un sitio donde estudiar, cama y techo”, informó su director, Jacob Shaw

Gracias a su red de contactos, ha organizado el exilio de músicos ucranios desde el primer día del ataque ruso, el 24 de febrero.

Ya han llegado seis a Dinamarca y otros tres deben hacerlo en los próximos días. Por ahora, pueden quedarse durante tres meses.

Nadia, su prometido Micha, ambos violistas, y la hermana de éste, Kseniia Kusherova, violinista de 24 años, tenían previsto unirse a la escuela.

“El 24 de febrero nos despertamos con el ruido de las bombas. Era aterrador, el pánico se propagó por nuestra residencia universitaria; recogimos nuestras cosas y todos salimos”, recordó.

La primera etapa los llevó a casa de su madre en Donetsk, un pueblo cercano. Después se fueron a Lviv, en el oeste, y pasaron a Polonia con el resto de la familia de Kseniia.

“En Lviv esperamos ocho horas en el andén a cero grados y no conseguimos un tren”, relató Safina. Finalmente, en coche, tren y autobús, consiguieron llegar a Varsovia.

Micha no las acompañó. Como la mayoría de hombres entre 18 y 60 años se quedó en Ucrania. Con su padre y su hermano volvió como recluta a su casa, en Krivói Rog, en el centro del país.

Safina está preocupada, aunque se mantengan en contacto permanente: “Nos enviamos mensajes, hablamos cada día, cada hora”, relató.

De larga melena castaña y mirada viva, Nadia Safina, contó: “Tenía tres trabajos, mis estudios, alumnos, amigos, todo lo que necesitaba y grandes proyectos de vida”.

El conservatorio y la universidad de Járkov fueron bombardeados. Los instrumentos fueron destruidos. Su profesor se quedó allí, en un refugio, para cuidar a su madre inválida.

“No podemos imaginar qué ocurrirá en el futuro, porque no paran de bombardearnos. Sólo quiero regresar a casa, que Dios salve a nuestras familias y a nuestros amigos. (Vladimir) Putin está loco, y no se detendrá”, señaló.

En Stevns, un remanso de paz entre el mar y la campiña al sur de Copenhague, se ha instalado en una pulcra habitación. Allí o en la sala de música, que se encuentra en otro edificio, practica la viola.

Con sus amigas, Olesia Kliepak y Marharyta Serdiuk, Nadia y Kseniia disfrutan de la tranquilidad, aunque no pueden evitar cierta angustia.