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Hoy es jueves, 28 de marzo de 2024

Danubio Torres Fierro, un mapamundi literario

• Tras más de 40 años de ejercer la crítica, el escritor uruguayo comparte en el libro 'Fin de ciclo' su privilegiada memoria personal

Danubio Torres Fierro, un mapamundi literario

CIUDAD DE MÉXICO.-Literatura y vida. Danubio Torres Fierro ha unido ambas experiencias vitales para confeccionar cada uno de los ensayos, crónicas, semblanzas y críticas literarias que ha escrito durante más de cuatro décadas. Su amistad y convivencia con autores fundamentales, sobre todo de Hispanoamérica, y la lectura crítica de su obra integran su privilegiada memoria personal.

El escritor y crítico literario uruguayo comparte ahora sus textos “más significativos y entrañables” en el libro Fin de ciclo. Testimonios literarios (Taurus), con la idea de inmortalizar “una época floreciente de las letras” que, considera, ha llegado a su fin con la muerte de la mayoría de los grandes narradores y poetas que conoció.

Hay que envolver la vida y la literatura en un mismo movimiento, conjugarlas. La literatura es un entretenimiento  maravilloso, pero es también una forma de buscar la renovación de la propia persona. Si una lectura no te conmueve o no te transforma, no es una gran lectura. Vida y literatura están entrelazadas y la intensidad dramática de la primera viene de eso”, afirma tajante.

En entrevista, el editor de diversas revistas y suplementos culturales comenta que su nuevo título es a la vez “una memoria personal y una compartida, comunitaria o colectiva; me gusta que se pise lo personal, lo único e intransferible, y también lo que está atado más a una conciencia colectiva”.

Así, Torres Fierro entrega 39 escritos que conforman “un mapamundi literario” en el que cohabitan Silvina Ocampo, Ida Vitale, Elizabeth Bishop, Luis Cernuda, Josep Pla, Machado de Assis, Clarice Lispector, Octavio Paz, Guillermo Cabrera Infante, Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Juan Goytisolo; así como Choderlos de Laclos, Constantino Cavafis, Franois Furet, Lionel Trilling, Cyril Connoly y George Steiner, entre muchos otros.

Se trataba de otro mundo. Uno que ya no existe o que está en vías de desaparecer. El arte en general, y la literatura en particular, tiene que apostar por los extremos. Las medias tintas no sirven. La literatura, para ser eficaz, debe ir al extremo, apostar al todo. Sea verdad o no esta sensación hay que apretar el pedal dramático y decir que este es un mundo que se terminó”, agrega.

El secretario de redacción de la revista Plural, que el poeta y Nobel de Literatura Octavio Paz dirigió en Excélsior,
y también colaborador del suplemento Diorama de la cultura, confiesa que al preparar Fin de ciclo sintió nostalgia por la crítica literaria, “un oficio que instruye, que guía, que sugiere caminos a los lectores”, pero también por ese mundo que se va.

El siglo XX, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, fue de grandes figuras, era una gran fiesta literaria. El momento histórico provocó una verdadera inquisición de las ideas. Fue una lucha entre la libertad y la tiranía, entre la democracia y los afanes de liquidarla. Creo que hemos ganado algunas batallas; aunque quizá perdamos la guerra, tal como vienen las cosas”, añade.

El autor de Los territorios del exilioMemoria pluralEstrategias sagradas y Contrapuntos. Medio siglo de literatura hispanoamericana destaca que no concibe la obra literaria como un mundo cerrado en sí mismo, autónomo. “Siempre me importaron mucho los propios autores y traté, en la medida de lo posible, de estar cerca de ellos; sobre todo de los latinoamericanos.

Quise tenerlos no sólo como puente de un entretenimiento literario o un conocimiento del mundo, sino como ejemplo de una conducta moral. Cabrera Infante oponiéndose al horroroso mundo cubano, Paz a toda la mediocridad mexicana y a la uniformidad priista, Borges ironizando sobre todos. Entendí que eran parte de una vida”, señala.

Tras compartir sus tesoros de conocimiento y amistad, quien llegó a México en 1974 y aquí se estableció, “el exilio siempre existe, pero sí me he aclimatado”, dice que a sus 74 años desea hacer “de manera premeditada” una especie de autobiografía, “si hay tiempo, ganas y ambiente propicio”.

Se trataba de otro mundo. Uno que ya no existe o que está en vías de desaparecer... El siglo XX fue de grandes figuras, era una gran fiesta literaria.”

 UN DESIERTO DE IDEAS

Con más de 40 años de ejercer la crítica literaria, Danubio Torres Fierro no sabe qué pasará en este siglo XXI; pero por ahora, detalla, no se avista algo semejante a esa “fiesta de la literatura” que fueron los años 70, 80 y 90 de la pasada centuria.

Hoy parece que estamos en una especie de desierto de ideas. Cuando visito el presente casi siempre salgo desilusionado. Los nuevos escritores, lo que me llega, me suena un poco como refrito, como pasado por agua, no proponen nada nuevo”, apunta.

Aunque el autor de las antologías Octavio Paz en España, 1937 y Octavio Paz. Palabras en espiral admite que hay buenos escritores, y cita al chileno Roberto Bolaño, al argentino César Aira y al español Javier Marías. “Ya más adelante, la decepción va creciendo”.

El traductor piensa que la pandemia ha intensificado el egoísmo, el recelo hacia el otro. Y ha ensimismado mucho a la gente y a los países. México es un ejemplo notable de ensimismamiento. Parece otra vez como extraviado en su laberinto; todo para adentro, una revisión de las entrañas, pero ninguna apuesta para el futuro”, dice.