• Morenistas que provienen de otros partidos principalmente del PRI, son denostados, cuestionados, rechazados y minimizados internamente. • La prioridad de la propuesta política de Morena es lograr la escurridiza unidad interna para poder proyectar una propuesta convincente a la población. • Alguien tendrá que decirles a los más recalcitrantes morenistas que la próxima contienda no es ideológica, sino de proyectos concretos compactos, tangibles y realizables.
Cada día
queda más en claro que la prioridad de la propuesta política de Morena es
lograr la escurridiza unidad interna para poder proyectar una propuesta
convincente a la población, obviamente para ello la dirigencia estatal
partidista a cargo de Alberto Rentería, tendrá que valorar cuál es la prioridad.
En efecto,
mientras que en la propuesta que se organiza entre partidos encabezada por el
PAN, prevalece la unidad, en Morena la falta de esa unificación ha sido uno de
sus principales problemas mientras que su dirigente está más preocupado por su propia
candidatura a la diputación por el segundo distrito federal electoral de la
entidad.
Por supuesto,
lo primordial para cada uno de los partidos políticos es impulsar su respectiva
propuesta a la posición más importante en la entidad que es la gubernatura,
pero entre los morenistas estas prioridades están de alguna manera alteradas.
Parece que en
el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador en Baja California Sur,
tiene mayor preferencia el realizar una labor política donde los militantes morenistas
que provienen de otros partidos principalmente del PRI, son denostado,
cuestionados y hasta rechazados, y minimizados internamente.
El sentir de
muchos de estos militantes de Morena, no han terminado por ser bien aceptados e
integrados a las labores de este organismo político. Se ha privilegiado una
mayor participación a los militantes puros, muchos de los cuales, por cierto,
no tienen la menor idea de lo que es operar políticamente una campaña electoral
como la que ya se tiene encima.
Bajo esa lógica
resulta muy complicado para los integrantes de Morena que provienen de partidos
como el tricolor, ahora son literalmente despreciados por lo que será muy
difícil ver a quienes se encentran en esta categoría, en alguna de las
candidaturas que están en disputa de aquí al 06 de junio, día de la jornada
electoral.
Son muchos
los que llegaron a Morena decepcionados de otros partidos y que se sumaron a
este partido en el proceso electoral del 2018. Ahora la circunstancia es muy
diferente y todo parece indicar que seguirán siendo vapuleados desde la
dirigencia que encabeza Alberto Rentería.
Entre los
militantes morenistas que se les remarca el proceder de otros partidos está el
mismo alcalde paceño Rubén Muñoz y la alcaldesa de Los Cabos, Armida Castro
Guzmán.
En esa misma
categoría desacreditada por los líderes morenistas está también el exdiputado
local por el PRI, Omar Zavala Agúndez, y otros expriistas quienes hasta ahora
no han recibido la atención política que podría esperarse. Se quedarán con las
ganas de reconocimiento político-electoral.
Vaya, hasta
la incursión de la exalcaldesa de La Paz, la reconocida priista Esthela Ponce
que se ha mencionado dentro del actual proceso político morenista.
Es evidente
que esta forma de hacer política de Morena en la entidad le provocará más
divisiones de las que hasta ahora se registran en una propuesta electoral que
ya perdió la oportunidad de la precampaña que concluyó formalmente el pasado
domingo, y que la perspectiva de triunfo electoral parece alejarse más.
Cómo entonces
llegar a este proceso en el que se renovarán todas las alcaldías, el Congreso
del Estado, Congreso de la Unión y la gubernatura, sin tener la visión clara de
que las sumas y la unidad son fundamentales.
Obviamente
alguien tendrá que decirles a los más recalcitrantes morenistas que la próxima
contienda no es ideológica, sino de proyectos concretos compactos, tangibles y
realizables dirigidos a una población que requiere de convencerse de que su
voto impulsará a quien le deje más claro que la entidad puede alcanzar mejores
condiciones sociales y económicas.
Los proyectos
de lo que puede ser la futura administración estatal, tendrán que plantearse
con claridad y certeza, por encima de los ataques y la denostación entre los
diversos partidos.
Morena parece
no entender que se requieren construir mayorías ciudadanas con potencialidad de
votar y no ponderar expresiones belicosas que no le importa al ciudadano común.
Obviamente
por lo pronto en el balance general Morena no parece contar en este momento con
la mejor parte.
Ya veremos
cómo evolucionan los actores y partidos políticos en los cuatro meses que
restan para llegar a la próxima jornada electoral.