• Iván Reyes Arzate estaba por cumplir pena y ser deportado a México. Fue presentado ayer en la corte por "conspirar con el narcotráfico".
Nueva York. Iván Reyes Arzate, ex comandante de la
Policía Federal (PF) de México, fue arrestado de nuevo por las autoridades
estadunidenses la mañana de ayer acusado de conspiración de narcotráfico, en un
caso vinculado con los de Joaquín El Chapo Guzmán y el ex secretario de Seguridad
Pública Genaro García Luna.
Reyes Arzate fue acusado formalmente el
jueves por la fiscalía federal de Nueva York con tres cargos relacionados con
conspiración internacional para distribuir cocaína y ayer por la mañana fue
presentado ante la juez magistrada Cheryl Pollak, ante la que se declaró no
culpable. La juzgadora ordenó que permanezca encarcelado.
La oficina del fiscal de Estados Unidos para
el distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, presentó ayer una carta ante
la juez en la que solicitó la detención permanente de Reyes Arzate, a quien
identificó como ex comandante de la unidad de investigación de inteligencia de
la PF en México, “quien abusó de su puesto al ofrecer asistencia a cárteles de
droga mexicanos a cambio de por lo menos cientos de miles de dólares en
sobornos”. Divulgó que un gran jurado emitió los cargos el 23 de enero.
La unidad mexicana está compuesta de personal
de la PF capacitado y aprobado y trabajando en conjunto con el gobierno de
Estados Unidos en esfuerzos antinarcóticos, informa la carta. Agrega que el
acusado fue policía federal asignado a esta unidad especializada entre 2003 y
2016, y entre 2008 y 2016 fue el comandante. En ese papel, el acusado fue
el principal punto de contacto para el intercambio de información entre Estados
Unidos y el personal de seguridad pública asignada a la unidad, y por lo tanto
tenía contacto extenso y continuo con agentes de la Administración para el
Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) en la Ciudad de México.
Testigos cooperantes
Evidencia en manos de las autoridades
estadunidenses, reporta el fiscal, revela que cuando era comandante de esta
unidad recibió por lo menos cientos de miles de dólares en sobornos de
los cárteles mexicanos
–incluyendo la organización Beltrán Leyva y El Seguimiento 39– a
cambio de protección a sus actividades.
El fiscal tambien reveló que
varios testigos cooperantes y comunicaciones intervenidas corroboran
su relación corrupta con los cárteles y con otros oficiales del gobierno.
Reyes Arzate cumple actualmente una sentencia
de 40 meses de cárcel por sus actividades corruptas como resultado de otra
acusación en Illinois, después de declarar que no se defendería de imputaciones
de obstrucción a la justicia. Esa condena estaba por cumplirse el 27 de enero
(o sea, en tres días) tras lo cual se esperaba su deportación a México.
El fiscal argumenta que debe permanecer
detenido al proceder este nuevo caso, ya que hay riesgo de que huya antes de su
juicio. Más aún, a pesar de la existencia de un tratado de extradición con
México, Donoghue escribe que será un proceso extendido, y podría ser difícil de
detener “dados sus vínculos con altos miembros del cártel y
poderosos ex funcionarios, quienes podrían escudarlo”.
En otra parte entregada a los tribunales por
el fiscal Donoghue, se solicita que este caso sea trasladado al juez Brian
Cogan, quien se encargó del juicio de El Chapo y ahora está a cargo del proceso contra
García Luna, con el argumento de que es de suponerse que los hechos en el caso
de Reyes Arzate surgen de las mismas actividades, transacciones y eventos
criminales en esos otros casos. Señala que los Beltrán Leyva fueron una facción
del cártel de
Sinaloa antes de su escisión y durante el tiempo en que el acusado fue policía
federal. Aún más, señala que Reyes Arzate fue comandante de la unidad
especializada de la PF cuando García Luna era secretario de Seguridad Pública.