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Hoy es martes, 23 de abril de 2024

“El Ratón”, peculiar historia que guarda el cementerio de SJC

Desde el fallecimiento de su adorada madre construyó una choza al lado de su tumba donde vivió por más de dos décadas

“El Ratón”, peculiar historia que guarda el cementerio de SJC

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San José del Cabo, Baja California Sur.- En el panteón municipal de San José del Cabo, ubicado en el paseo hotelero, frente al estero, descansan los restos de Óscar Lucero Villarino ' El Ratón”, un personaje recordado entre los nativos por la hombrada de pasar varios años viviendo en una choza que construyó en el cementerio, justo al lado de la tumba donde descansaban los restos de su madre, la señora Sofía Villarino Domínguez, quien falleció en el año de 1961. 


Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo, describen a “El Ratón” como una persona agradable y que solía recorre las calles del centro de la ciudad, sus conversaciones tenían un toque de humor cuando estaba tomado, pues con frecuencia bebía alcohol. 


En su libro “Huellas de Los Cabos, René Holmos, relata, que Óscar se ganó el apodo de “ El Ratón” ya que al nacer era tan pequeño que su cuna fue una caja de zapatos. Desde muy chico comenzó a trabajar, primeramente pastoreando ganado y después en muelles y barcos de Ensenada y Santa Rosalía. 


Oscar, conocía la vida de casi todas los difuntos e historias de tumbas que están en el céntrico panteón municipal de San José del Cabo, y cuando se le cuestionaba referente al tenor de vivir en el campo santo, entre risas aseguraba que no, pues había que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos. 


Holmos, refiere que el “Ratón” solía refugiarse en las capillas o tumbas lujosas que contaban con puertas y ventas cada que un ciclón amenazaba con tocar tierra o bien, cuando las bajas temperaturas eran extremas. Para ello, pedía autorización a familiares de él o los difuntos. 


Aunque le gustaban mucho las mujeres y tuvo una novia, Óscar no tuvo familia por ser fiel a su mamá, a quien le prometió que por siempre habría de cuidarla y nada en el mundo lo haría alejarse de su lado. 


Por más de dos décadas y hasta el último día de su vida, en el año 2009, Óscar Lucero Villarino, pernoctó en la choza que construyó al lado de la tumba de su adorada madre, y sus restos descansan junto a ella, cumpliendo así la promesa de cuidarla eternamente y dando muestras de fiel amor al ser que lo trajo al mundo. 


En su tumba, se puede observar un pequeño roedor de juguete que fue colocado dentro de una jaula, haciendo alusión a su apodo. “El Raton”, forma parte de las historias y personajes que convergen en el cementerio municipal de San José del Cabo, y de la variedad de relatos que dan vida a esta ciudad.