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Hoy es jueves, 28 de marzo de 2024

Cerro de la Calavera es tumba de princesa guaycura

• En ese lugar murió una princesa llamada Humai, hija de la reina Mayibel y del hechicero Chamán guaycura, según el Archivo Histórico Pablo L. Martínez

Cerro de la Calavera es tumba de princesa guaycura

La Paz, Baja California Sur.- En el Cerro de la Calavera murió poco antes de la llegada de los primeros españoles a la península una princesa guaycura lo que convirtió al lugar en su sitio de adoración, según el Archivo Histórico Pablo L. Martínez. 


"A la muerte de su madre toma el puesto de reina guaycura, la cual a pesar de ser adorada por su tribu, era odiada por los grupos rivales. La joven reina enfrento sus ejércitos al ataque de los Aripes comandados estos por el gran caudillo Atupa, quien soñaba con reinar la región", dice Gilberto Ortega Avilés, investigador del archivo. 

 

"Después de varios intentos fallidos, Atupa se declaró vencido y se refugió con sus tropas en la Isla Espíritu Santo" desde donde planeo "conquistar el corazón de la reina Huamai, mandando en muchas ocasiones emisarios portando cestos de ricas pedrerías y valiosos amuletos, regalos que aquella rechazó".

 

De acuerdo con el investigador, Atupa juró vengarse y para ello puso su campamento sobre la costa, donde salió una noche en que la reina contemplaba el paso de la luna desde lo alto del cerro, "con la intención de ultrajarla por la fuerza y consumar así su venganza, satisfaciendo al mismo tiempo sus deseos amorosos".

 

Ortega Avilés dice que, al verse acorralada, Huamai sacó de sus vestimentas reales un pedernal de piedra roja y clavándoselo en el corazón se lanzó al vacío, una planta de pitahaya  a la que acudía en busca de flores pareció alargar sus brazos y la atrapo evitando que cayera al precipicio. 

 

Los soldados guaycuras al reconocer "el valor desmedido de la reina" acudieron al lugar donde con el tiempo se formó la figura de la calavera que hoy en día conocemos a depositar toda clase de ofrendas.

 

Los españoles encontraron en dicho lugar muchos desechos de cestos de palma que tenían pedrerías, según el archivo. 

 

"Relatos posteriores a la llegada de Cortés, aseguran la existencia de un buen número de tesoros que los españoles en su precipitada huida, enterraron con el fin de recuperarlos después" los cuales "aún son buscados por aventureros que dan por ciertos los fantásticos relatos", agrega Ortega Avilés.