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Hoy es martes, 7 de mayo de 2024

‘Paradiso’, el desafío literario del poeta José Lezama Lima

CIUDAD DE MÉXICO. Paradiso, la primera novela del cubano José Lezama Lima (1910-1976), es una obra monumental, “una estación de su poética”, construida por su autor a lo largo de 17 años, que aún reta al lector co

‘Paradiso’, el desafío literario del poeta José Lezama Lima

‘Paradiso’, el desafío literario del poeta José Lezama Lima CIUDAD DE MÉXICO.

Paradiso, la primera novela del cubano José Lezama Lima (1910-1976), es una obra monumental, “una estación de su poética”, construida por su autor a lo largo de 17 años, que aún reta al lector contemporáneo por la complejidad de su temática y su estética.

Publicada en la isla caribeña hace 50 años, en 1966, pero cuyo primer capítulo fue dado a conocer con el mismo nombre en la revista Orígenes, en el número del verano de 1949, Paradiso “no es una obra sencilla ni popular, por lo que fue, es y seguirá siendo incomprendida”, afirma Sergio Ugalde, especialista en literatura cubana. “Simplemente no puedes acceder a ella de manera inmediata, tienes que elaborar estrategias de acercamiento. Se publicó hace medio siglo, pero su escritura se remonta a casi dos décadas atrás. Lo que habla de la importancia y el trabajo que el escritor puso en esta obra”, comenta en entrevista el investigador y catedrático de la UNAM. Tras recordar estas fechas, el filósofo e historiador cubano Rafael Rojas explica por su parte que esta apuesta por una narrativa armada desde una poética neobarroca, en Lezama, es anterior al boom de la novela latinoamericana. “Tal vez por eso, y por el hecho de pertenecer a una generación anterior, los narradores del boom (Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez…) lo vieron como un precursor, como a Juan Rulfo o a Alejo Carpentier”, agrega. El investigador del CIDE señala que Lezama “llegó a la novela desde la poesía o, más exactamente, desde una poética literaria basada en una suerte de filosofía de la imagen que él llamó ‘sistema poético’. Tanto en Paradiso, como en su sagaOppiano Licario, intentó llevar a la ficción algunas nociones de ese ‘sistema’ que leemos en los ensayos que integran el volumen Analecta del reloj (1953). “Lezama siempre vio su incursión en la narrativa como parte de un proyecto literario en el que los géneros, la novela, la poesía o el ensayo, eran proyecciones de una teoría personal de la metáfora”, añade el ensayista. Ugalde aclara por otro lado que Paradiso no es el primer ejercicio narrativo de Lezama. “Como narrador comienza en los años 30; los cuentos fueron sus primeras aproximaciones a la narrativa. Pero el Lezama ensayista, poeta, pensador, narrador, está representado fehacientemente en Paradiso, que no surge en poco tiempo, madura a lo largo de años. En ella se concentra un proyecto emblemático, es la suma de su apuesta literaria”, dice el licenciado en Estudios Latinoamericanos. Joyce, de fondo Ugalde destaca que Paradiso se hermana con otras novelas, como Ulises, del irlandés James Joyce (1882-1941). “Lezama era un gran conocedor no sólo de la literatura latinoamericana, sino de la europea y la de otras latitudes. Pero el universo joyceano está muy presente en el poeta cubano, es su antecedente directo”. Dice que Paradiso y Ulises tienen muchas coincidencias “en el sentido de la larga duración de su escritura, de la apuesta por una suma literaria, así como en el escándalo que causó su aparición y los problemas editoriales que representó su publicación”. Paradiso, hoy considerada una obra maestra y una de las más importantes e innovadoras en lengua española, se vio envuelta en su momento en una fuerte polémica y retirada de las librerías cubanas. La novela que narra la formación del poeta José Cemí Olaya, desde su infancia hasta sus años universitarios, y la historia de su familia, no gustó mucho a las buenas conciencias de la isla por su carácter erótico. Por ello, con excepciones como Cintio Vitier o Alejo Carpentier, la crítica oficial la acusó de hermética, morbosa y pornográfica, especialmente por sus pasajes homoeróticos. “En el rechazo de la política cultural cubana a Lezama, entre los 60 y 70, se juntaron casi todos los resortes del totalitarismo: ateísmo, homofobia, machismo, anti-intelectualismo y, por supuesto, demanda de una estética realista, comprometida o propagandística del modelo de sociedad que por entonces se construía en Cuba”, apunta Rafael Rojas. “Los pasajes del capítulo VIII de Paradiso, que tienen como protagonista a Farraluque, son homo y heteroeróticos. La reacción oficial contra esas páginas brotó directo del tipo de puritanismo moral que caracterizó a los regímenes comunistas del siglo XX. “Se intentaba construir un sujeto espartano, volcado gregaria y solemnemente a las tareas de la Revolución. Un autómata ideologizado. Y Lezama, desde una filosofía erótica que mezclaba el platonismo con el hinduísmo, vino a recordar algo tan elemental como que Cuba seguía estando en el Caribe. No se lo perdonaron”, indica el experto en historia intelectual y política de América Latina. Elogio mundial Sin embargo, esta novela que llegó a las librerías cubanas un día como hoy pero de 1966, en un tomo de 617 páginas impreso por Ediciones Unión, tuvo, a pesar de las críticas en su país, una buena recepción a nivel internacional, sobre todo debido a la promoción que le hizo Julio Cortázar. Fue el narrador argentino quien propuso a la editorial mexicana Era la publicación de Paradiso, que salió a la luz en nuestro país en 1968 en una edición revisada y corregida, ilustrada por el pintor René Portocarrero, al cuidado del propio Cortázar y de Carlos Monsiváis. “Es una obra conflictiva no sólo en aspectos políticos, coyunturales, sino conceptuales, poéticos y estéticos. Representa un reto. No es best-seller, pero incita a experiencias de lectura particulares”, ratifica Ugalde sobre la novela que ha sido llevada al cine con el título El viajero inmóvil, dirigida por Tomás Piard. Y, para Rojas, la vigencia de Paradiso tiene que ver, “con la vigencia perpetua de Lezama. Nunca he leído la novela como una pieza aparte, como se puede leer una novela de Balzac o de Tolstoi. Releer esta obra es algo tan natural como releerEnemigo rumor o La expresión americana. Diría que la relectura de Lezama es inevitable”, concluye. Los estudiosos no tienen conocimiento de que en Cuba o en México se prepare una edición conmemorativa de Paradiso por sus 50 años.