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Hoy es jueves, 25 de abril de 2024

Hallan al rey del pulque

• La osamenta encontrada podría corresponder a un sacerdote o gobernante acolhua del periodo posclásico Tlaxcala.- La veneración al pulque entre las antiguas culturas prehispánicas mesoamericanas también salió d

Hallan al rey del pulque

Hallan al rey del pulque • La osamenta encontrada podría corresponder a un sacerdote o gobernante acolhua del periodo posclásico Tlaxcala.- La veneración al pulque entre las antiguas culturas prehispánicas mesoamericanas también salió de los centros ceremoniales. Arqueólogos mexicanos localizaron el entierro de un alto jerarca o sacerdote, asociado con el dios del pulque Ometochtli, dentro de un aljibe que se ubicó en el área habitacional de la zona arqueológica de Zultépec-Tecoaque, en Tlaxcala, antiguo bastión pulquero que se localiza a 63 kilómetros del DF. Los restos óseos del personaje acolhua, de entre 25 y 28 años de edad, fueron ubicados a 5.8 metros de profundidad junto con jarras, cajetes y copas; una piedra verdusca grabada con el glifo “dos conejo” de Ometochtli; un trono de tezontle con respaldo que tiene el mismo glifo calendárico y tinta azul, así como los restos óseos, desmembrados del tórax y la pelvis, de tres niños de entre cinco y ocho años —uno de ellos con rastros de cocción— y del esqueleto de los pies de una mujer, que los especialistas han asociado a Quetzalcóatl. “El hallazgo es diferente a los que hemos venido localizando. Ya habíamos encontrado el centro ceremonial dedicado a Mayahuel, que se expone en el museo de sitio, lo que nos faltaba era la deidad, el sacerdote”, informó el arqueólogo Enrique Martínez, director de la excavación. Según la “Matrícula de tributos”, Tecoaque (que era parte de la Triple Alianza) fue el lugar donde se concentraba el pulque y aguamiel que, vía Acolman, entraba a la antigua Tenochtitlán. La veneración a los dioses asociados a la bebida era cotidiana. En la mitología prehispánica, Mayahuel era la diosa del maguey y Ometochtli uno de sus hijos o de los 400 dioses menores del pulque. “Es el representante de los 400 conejos, del dios de la embriaguez”, dijo Martínez. Los arqueólogos no tienen duda de que el personaje está asociado con la deidad, así lo confirma el glifo que le acompaña. También se ubicaron tres momoztlis o pequeños adoratorios que servían para “realizar rituales en la parte superior”. ¿Pero qué hay de los cuerpos de pequeños desmembrados y de los rastros de cocción de uno de ellos? Los especialistas saben que en Tecoaque el sacrifico y la antropofagia eran práctica común. De hecho, explicó el arqueólogo, el nombre original del lugar sólo fue Zultépec (cerro de codornices) y a la llegada de los españoles se agregó el nombre de Tecoaque que significa “donde se los comieron vivos”. La historia, documentada, cuenta que ahí cayó cautiva una caravana de 500 españoles que huyó junto con Hernán Cortés de Tenochtitlán tras la llamada Noche triste. Los cautivos fueron sacrificados en los próximos seis meses. Algunos fueron cocidos y comidos por los jerarcas de la ciudad que llegó a comprender 32 hectáreas y una población de cinco mil habitantes. Cuando Cortés regresó fortalecido a conquistar la capital mexica, encargó a Gonzalo de Sandoval traer madera para construir unos bergantines, de paso le pidió liberar a los cautivos, pero cuando el español llegó ya no había rastro de ellos y decidió acabar con Tecoaque en febrero de 1521, cuando la ciudad dejó de existir. Los arqueólogos han fechado los restos del sacerdote pulquero en el 1500, lo que significa que su origen es netamente prehispánico y que se conservó gracias a que el aljibe fue clausurado y conservado con carácter ritual. Los trabajos arqueológicos en la zona comenzaron hace 20 años, desde entonces se han localizados 16 pozos que eran utilizados para captar agua de lluvia. La última temporada de trabajo arqueológico inició en agosto pasado y reveló cuatro aljibes más. Aún es pronto para que los arqueólogos concluyan que los restos de los pequeños depositados junto con el sacerdote fueron utilizados como alimento, pero en la zona han identificado rastros de descarnación o desollamiento.