• A través de la Unidad Médica Universitaria, destaca la importancia de reforzar las prácticas de autocuidado para prevenir enfermedades respiratorias.
La Paz, Baja California Sur. -
Con la llegada de la temporada invernal y el descenso de temperaturas, la
Universidad Autónoma de Baja California Sur, a través de la Unidad Médica
Universitaria, destaca la importancia de reforzar las prácticas de autocuidado
para prevenir enfermedades respiratorias, así lo señala el Dr. Héctor Romero
García, médico Epidemiólogo y encargado del Departamento de Medicina Preventiva
de la UABCS.
El especialista compartió una
serie de recomendaciones esenciales para transitar la temporada con mayor
protección, recordando que, aunque las medidas de prevención son sencillas, es
importante tenerlas presentes.
“Aunque las prácticas para
prevenir enfermedades respiratorias son muy sencillas, vale la pena
recordarlas. En primer lugar, es importante abrigarse bien. Venimos de una
temporada de calor muy intensa y muchas personas siguen utilizando ropa muy
ligera; si a esto le sumamos la presencia de lluvias, el frío y la humedad
terminan afectándonos”, señaló.
El médico universitario
recomendó utilizar varias capas de ropa dependiendo del clima, así como
proteger nariz y boca al salir de espacios cálidos para evitar cambios bruscos
de temperatura.
El Dr. Romero García subrayó
también la importancia de reforzar medidas básicas de higiene, como lavarse las
manos con frecuencia, especialmente después de estornudar o toser, y evitar
tocarse los ojos o la boca, pues son acciones que pueden facilitar contagios.
Refirió que todas las
enfermedades respiratorias pueden evolucionar de una simple gripe o una
infección de garganta a un problema más serio. En estos casos, siempre se debe
acudir al médico, quien evaluará si se trata de una infección o si es de origen
viral, advirtiendo sobre los riesgos que existen de automedicarse, lo cual,
nunca será recomendable.
El médico universitario habló
sobre los síntomas de alarma, entre los que están dificultad para respirar,
respiración acelerada y secreciones mucopurulentas, signos que requieren
atención médica inmediata.
Por otra parte, el
epidemiólogo hizo especial énfasis en la necesidad de revisar los esquemas de
inmunización, sobre todo en menores de 5 años y personas mayores de 60, quienes
presentan mayor riesgo.
“El neumococo tiende a afectar
con mayor frecuencia durante la temporada invernal. Por ello, es muy importante
reforzar las vacunas anuales, como la de COVID-19 y la de influenza, que pueden
aplicarse a partir de los 6 meses de edad”.
Otro aspecto a destacar por el
especialista fue el de la alimentación y la importancia de mantener una dieta
saludable rica en frutas, vegetales, cítricos y alimentos que aporten omegas 3
y 6, principalmente pescados y mariscos, siempre bien conservados y
preferentemente cocidos o hervidos.
Sobre la hidratación, recordó
que es común que en invierno las personas no consuman suficiente agua, aunque
es sumamente necesario mantener una buena hidratación, de manera constante y
preferentemente a temperatura ambiente, advirtiendo sobre el consumo de bebidas
heladas, sobre todo en celebraciones decembrinas.
“Los epitelios son muy
susceptibles a los cambios bruscos de temperatura. Al ingerir líquidos muy
fríos, los cilios dejan de expulsar adecuadamente las secreciones y gérmenes.
Por eso es frecuente que, después de consumir bebidas heladas, al día siguiente
la gente amanezca ronca o con síntomas gripales”.
El Dr. Romero reiteró la
importancia de utilizar cubrebocas en espacios cerrados y con alta afluencia.
Además, recomendó ventilar habitaciones y oficinas abriendo puertas y ventanas
en horarios con sol, debido a que el recambio de aire purifica el ambiente,
pues éste se satura de virus y gérmenes.
Por último, consideró de igual
importancia el cuidado de la salud emocional, especialmente durante las
celebraciones decembrinas, sugiriendo mantener una convivencia sana, evitar el
exceso de alcohol y el tabaquismo, detallando que muestras de afecto como los
abrazos y saludos fraternos ayudan a liberar catecolaminas, hormonas que
favorecen el bienestar emocional.