• México incorporará por primera vez un componente de pérdidas y daños en su NDC 3.0, con el que busca reconocer los impactos del cambio climático y avanzar hacia la reparación de las comunidades más afectadas. No obstante, organizaciones advierten que, sin financiamiento y políticas claras, podría quedarse en el discurso.
La Paz, Baja
California Sur.- El “Global Stocktake” o balance mundial del Acuerdo de París
adoptado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(COP28) mostró que el mundo no está en camino de limitar el calentamiento
global a 1.5°C y, por lo tanto, requiere de una mayor ambición y acción
climática, que debe verse reflejada en la presentación de las Contribución
Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés).
Las NDC son
planes de acción climática en el marco del Acuerdo de París, un tratado
internacional que busca que los países reduzcan sus emisiones de gases de
efecto invernadero. Rumbo a la trigésima Conferencia de las Partes de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) se espera
que los países presenten la actualización de sus NDC, sin embargo, México aún
no se suma a los 69 países que ya dieron este paso, conforme al recuento del
portal Climate Watch.
Andrea
Hurtado, directora general de Políticas para la Acción Climática en la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), informó por
escrito para este artículo que México presentará su NDC 3.0 durante la COP30,
donde incorporará un apartado para abordar las pérdidas y daños ocasionados por
el cambio climático.
Aunque
agregar un apartado puede ser un paso importante para que México avance en
términos de justicia climática y social, si no se establecen políticas y
financiamiento, puede no llegarse a implementar, de acuerdo con la sociedad
civil.
·
Atender
pérdidas y daños es justicia social
“No puede
existir justicia climática sin justicia social e igualdad”, sentenció Alicia
Bárcena, titular de la Semarnat durante la Cumbre del Clima realizada en Nueva
York en septiembre del 2025.
Las pérdidas
y daños son los efectos negativos del cambio climático que se producen a pesar
de los esfuerzos de adaptación y mitigación o por la ausencia de estos.
“Las pérdidas
son cosas que no podemos recuperar y los daños son los que se pueden gestionar
o recuperar de alguna forma”, explicó Adrián Martínez, director de La Ruta del
Clima, una organización latinoamericana enfocada en la incidencia política
contra el cambio climático.
Sin embargo,
pese a que en
la NDC vigente existe un apartado de adaptación, lo que es crucial para prevenir
y minimizar los daños del cambio climático, México no cuenta con un Plan Nacional de
Adaptación para implementarla. De acuerdo con la Semarnat, este instrumento
está en construcción y presentará un primer borrador en agosto del 2026.
En este
contexto, se habla de justicia social porque las comunidades que han sido
histórica y sistemáticamente marginadas son más vulnerables a las pérdidas y
daños.
“En México,
como en Centroamérica, hay muchísimas comunidades indígenas, agrícolas o
pesqueras que dependen de la relación con la tierra o con el océano para
sobrevivir, y que han sido desposeídas por la explotación industrial, el
turismo, o la violencia y ahora viene el cambio climático a lesionarlas aún
más. Ellos tienen derecho de pedir una reparación por ese daño que se da a raíz
del lucro para generar emisiones de carbono”, señaló Martínez.
De acuerdo
con el principio siete de la Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo de 1992, los Estados tienen
responsabilidades comunes, pero diferenciadas, pues los países desarrollados
han contribuido en mayor medida a la degradación ambiental del planeta.
“Las
emisiones no las generaron ellos (los países en desarrollo) para que tengan que
enfrentar las consecuencias, sino que son vulneradas por un sistema estructural
que es voraz hablando en términos de cambio climático”, señaló Anjani Punjabi,
activista climática mexicana en Tierra Nuestra y Greenpeace, y co-coordinadora
de la Conferencia Local de Juventud (LCOY, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo,
en México uno de los sectores más afectados por el cambio climático es el
pesquero, ya que la degradación de los ecosistemas marinos y costeros genera
una reducción de la biodiversidad y productividad, con impactos culturales y
económicos en las comunidades costeras rurales que dependen de la pesca y que
enfrentan altos niveles de marginación, de acuerdo con la organización
Comunidad y Biodiversidad (COBI).
“Los impactos
más profundos trascienden cualquier cálculo monetario. Resulta casi imposible
cuantificar la pérdida de conocimientos tradicionales, de prácticas pesqueras
ancestrales o del tejido social que sostiene la identidad de las comunidades
costeras. Estos daños intangibles (culturales, emocionales y comunitarios)
representan una de las dimensiones más dolorosas y menos reconocidas del cambio
climático”, señaló COBI a través de un cuestionario escrito para este artículo.
Pero uno de
los retos más importantes es la negativa de los países del norte global -que
son los mayores emisores de gases de efecto invernadero- a asumir su
responsabilidad de reparar las pérdidas y daños.
“Esta es una
muestra de la violencia estructural, y si nunca tienen (los países grandes
emisores) consecuencias por los efectos adversos del cambio climático que son
producto de actividades económicas, nunca van a cambiar. Tenemos que meternos
en la lucha por reformar la gobernanza climática internacional que tenga que
partir del derecho, de las obligaciones y responsabilidades”, señaló Martínez.
·
Expectativas
del nuevo componente
México se
está calentando más rápido (3.2°C por siglo) que el promedio mundial (2°C por
siglo). El 87% de las declaratorias de desastre entre el 2018 y 2024 se
atribuyen a fenómenos hidrometeorológicos, con un impacto acumulado de 138 mil
millones de pesos, de acuerdo con información entregada por la Semarnat.
También
reconoció que no se ha llevado a cabo un estudio integral para dimensionar las
pérdidas y daños del cambio climático.
De todos
modos, se espera que la incorporación del componente de pérdidas y daños en la
NDC 3.0 facilite la movilización de recursos para esta tarea, particularmente,
a través de la Red de Santiago que ofrece asistencia en la materia, y del Fondo
para Pérdidas y Daños.
El componente
incorporará emergencias y desastres asociados al cambio climático y la acción
humanitaria; transferencia y retención del riesgo; reconstrucción con enfoque
de prevención del riesgo y resiliencia; movilidad humana vinculada a los
impactos del cambio climático; y pérdidas económicas y no económicas, de
acuerdo con Hurtado de la Semarnat.
Posterior a
esto, debería haber mecanismos judiciales y administrativos, como políticas
públicas, reglamentos y leyes que potencien y faciliten la reparación del
cambio climático.
“Tiene que
haber una planificación no solo de qué se va a hacer, sino cómo se va a
financiar y tener indicadores para medir pérdidas y daños. Es una obligación
del país asegurar los derechos humanos de las personas respecto a la reparación
de daños y pérdidas y si eso implica planificar o cambiar sus posturas a nivel
nacional e internacional, pues eso es algo que se tiene que visualizar en la
NDC y no puede quedarse sin tutelar”, señaló Martínez.
Asimismo, la
reparación de los daños debe ser acorde a las necesidades de cada contexto, y
con la participación de las personas afectadas para que sea una reparación
integral.
Además, deben
prever instrumentos financieros diferenciados, justos y transparentes, de
acuerdo con José Morales, gerente de Cambio climático y Biodiversidad en la
Iniciativa Climática de México, una organización dedicada a catalizar la
ambición climática federal.
·
Desafíos y
oportunidades en la COP30
En la próxima
COP30 a realizarse del 10 al 21 de noviembre en Brasil se abordará el tema de
los indicadores para medir los avances de adaptación a nivel global y la
financiación climática, específicamente para reparar las pérdidas y daños;
financiar la transición energética y las medidas de adaptación.
De acuerdo
con Punjabi, uno de los puntos críticos será el reconocimiento de las pérdidas
y daños no cuantificables - como la pérdida cultural y de biodiversidad - ya
que, de no hacerlo, el avance será parcial en este tema.
Este reportaje fue producido en el marco del programa de cobertura de la COP30 de Climate Tracker América Latina, con apoyo de Oxfam, y publicado originalmente en Causa Natura Media y Climate Tracker América Latina