• La iniciativa de AMLO, aprobada por unanimidad, regula la portación de armas en sectores estratégicos y endurece penas por su uso indebido.
Estado de
México. - El Senado aprobó una reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, propuesta por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador,
que permite a trabajadores de entidades como el SAT, Banxico o Pemex, así como
a empresas de seguridad privada, obtener licencias para portar armas, siempre
que justifiquen su necesidad y cumplan con los requisitos legales, según una
nota del sitio web Infobae.
La
iniciativa, aprobada por unanimidad con 105 votos, modifica más de 100
artículos y fue enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum para su promulgación.
Según el
dictamen, se busca garantizar la seguridad de áreas estratégicas y la seguridad
pública, conforme a lo establecido por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Entre las
disposiciones más destacadas, se establecen penas más severas para delitos
relacionados con armas.
Quienes
cometan ilícitos con armas prohibidas enfrentarán de 4 a 8 años de prisión y
multas de 700 a 1,500 UMAs. La introducción ilegal de armas, cargadores o
aditamentos al país será castigada con 7 a 30 años de cárcel y multas de hasta
2,000 UMAs.
El uso
indebido de explosivos o sustancias reservadas para las Fuerzas Armadas tendrá
sanciones de 6 a 12 años de prisión, mientras que el mal uso de armas asignadas
a instituciones policiales o de justicia acarreará de 7 a 15 años de cárcel.
La reforma
también regula actividades específicas. En la charrería, se permitirá el uso de
revólveres de mayor calibre como parte del atuendo tradicional, siempre que
estén descargados.
Sin embargo,
se prohíbe estrictamente la fabricación, posesión o uso de aditamentos que
conviertan armas semiautomáticas en automáticas, así como el uso de accesorios
como miras holográficas, térmicas o equipos de visión nocturna, para evitar
actividades ilícitas.
Una nota de
El Sol de México expuso que, aunque el PAN y Movimiento Ciudadano votaron a
favor, lo hicieron con fuertes reservas. Mientras que el PRI acusó un “rotundo
fracaso” en la política de seguridad y pidió un replanteamiento de fondo, MC
destacó avances metodológicos, pero exigió claridad sobre el mando civil, las
desapariciones y el fortalecimiento de instituciones locales.