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Hoy es jueves, 28 de marzo de 2024

'Las muertas', en Guanajuato; un tema vigente y urgente

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'Las muertas', en Guanajuato; un tema vigente y urgente

 

CIUDAD DE MÉXICO.

Estafas, trata de personas, entierros clandestinos y asesinatos conforman el universo que recrea la novela Las muertas (1977), de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), que ahora, adaptada y dirigida por Luis Martín Solís, se estrena como una lectura dramatizada con canto y coreografía en Guanajuato, lugar donde ocurrió la historia original.

Esta obra de uno de los escritores más importantes y singulares del siglo XX, nacido en Guanajuato, es la ficción de un caso real, el de las Poquianchis, sobrenombre de las hermanas proxenetas y asesinas seriales activas entre 1945 y 1964.

Sabemos que la trata de personas, las desapariciones y los feminicidios, sobre todo la violencia contra las mujeres, es un tema vigente y urgente”, asegura Solís en entrevista con Excélsior. “Lo que nos cuenta la novela es casi un kínder si lo comparamos con lo que ocurre hoy, 40 años después. En ese suceso fueron 90 las muertas, pero ahora son miles”.

El director de escena lamenta que la violencia sea “una realidad a la que nos acostumbramos y si no te toca de cerca parece que no existe. Esta pieza nos invita a reflexionar sobre qué está pasando con este país, por qué todo está fuera de control”.

Las muertas se desarrolla, detalla, entre León, San Cristóbal y San Francisco del Rincón (San Pancho), y en Purísima enterraban los cuerpos de las prostitutas. “Estamos en el lugar del ajo de la novela”, dice, tras evocar la violencia que impera en Guanajuato.

El creador, también guanajuatense, quien recibió este encargo de Cristina Vázquez, la productora de la empresa Contenidos Artísticos, dice que lo que más le gusta de Ibargüengoitia es su capacidad para retratar con humor la vida por el lado que más duele.

Es interesante que una de las historias que conmovieron al país en su momento, la de las Poquianchis, esté reflejada con esta actualidad. Cala hondo, sobre todo por el humor tan negro y la ironía del autor. Es una novela negra increíble, es un modelo del género. Los personajes y las situaciones están elaboradas con una maestría tremenda”, indica.

Respecto a la adaptación, Solís explica que se habla tanto de la novela como de la vida del autor. “La teatralizamos, no damos datos solamente, sino que tratamos de jugar con el texto para que las nuevas generaciones conozcan al escritor más importante del estado”.

Destaca que logró hacer una buena síntesis de la obra. “Me costó sangre. No se desarrolla toda, pero el público se enterará de qué trata de principio a fin. Hice un apretón de tuerca para irnos a los hechos principales.

Introduje la música que se tocaba en las rocolas de los burdeles. El mismo Ibargüengoitia va poniendo algunas de las canciones y otras tienen que ver más con ese universo de cantina”, agrega.

ESCENAS DE LANDRÚ

Quien ha montado ópera, musicales, danza y espectáculos multimedia añade que, como datos biográficos de Ibargüengoitia, pondrá dos escenas de Landrú, de Alfonso Reyes. “Al escribir una crítica devastadora sobre ese montaje, la cúpula literaria se le echó encima, le hicieron la vida imposible, y Jorge decide dejar el teatro y la crítica teatral”.

Narra que esta obra “se montó sólo dos veces en la Ciudad de México, en los años 60 y 80, dirigida por Juan José Gurrola. Pero en Guanajuato, el compositor Rafael Elizondo, Luis Rivero y el coreógrafo Carlos Gaona hicieron tres veces Landrú. Ahora volverá a sonar. Es interesante porque tiene que ver con un asesino serial, un feminicida”.

El reparto de Las muertas está integrado por las actrices Mariana Gajá, Marissa Saavedra y Maru Jones, y la bailarina y coreógrafa Pryska Vargas. “Se trata de mujeres de gran solvencia escénica, que lo mismo hacen personajes femeninos que masculinos a lo largo de la obra. Además, tener un reparto femenino le da más sentido al montaje”, apunta.

De hecho, toda la realización de la obra fue diferente. Planeamos y nos pusimos de acuerdo sobre las situaciones y los personajes a través de la plataforma Zoom. Los días de ensayo presencial utilizamos cubrebocas. Y, en el escenario, instalamos pequeñas islas, cuidando que no haya proximidad entre los actores, a pesar del movimiento”.