• El pintor recuerda la solidaridad de sus amigos durante el proceso legal en el que perdió su casa y varias obras
CIUDAD DE MÉXICO.
Para el artista plástico Roger
von Gunten (1933), el arte significa algo especial.
“Simplemente es como la vida, como respirar; es lo que me da más libertad, a
través de la forma y el color. Y la cultura es la conciencia de la humanidad”,
afirma en entrevista.
Pero admite que hay algo que no ha podido
obtener a través del arte: la justicia. “He logrado defender mi oficio. Y eso
quiero que lo sepan las nuevas generaciones. No he estado solo en esta lucha.
He recibido la amistad y la solidaridad de mis colegas”, aclara.
El creador suizo naturalizado mexicano se
refiere al largo proceso legal que ha tenido que superar, el cual le ha costado
decenas de obras en pago y hasta una casa en
Tepoztlán, Morelos. “El litigio sigue abierto. Pero me queda la satisfacción de
que supe defender mi arte”.
A manera de agradecimiento a los artistas que lo apoyaron desde 1986,
cuando el autor fue demandado, von Gunten decidió presentar La
potencia del oficio. Quetzalcóatl sometiendo a una larva del mal,
antología de obra y exposición colectiva, que inauguró ayer en la Galería
Andrea Pozzo de la Universidad Iberoamericana.
El también escultor y dibujante evoca que la
pesadilla comenzó en 1982, cuando firmó contratos con una promotora de arte hoy
desaparecida. En uno de éstos se comprometía a entregar obras de su producción
con un valor total de 600 mil dólares y, a cambio, la asociación le organizaría
una serie de exposiciones. Ésta no cumplió y el artista dejó de entregar obra.
Tras perder la demanda, Von Gunten fue sentenciado a entregar 213
mil dólares en obra de su creación. Y, en cumplimiento, entregó
los 19 cuadros de la serie Espejo, en los que narraba la historia de lo que
consideró un fraude. El juez rechazó las piezas y la empresa consiguió un
embargo precautorio.
Fueron años de amparos y contrademandas. De
fallos de jueces que no conocían de arte. De pérdidas y desilusiones. Pero hice
varias obras para defenderme. Como un cubo de dos metros con la palabra NO, que
encadené a la puerta de mi casa para que no entraran”, recuerda con tristeza e
ironía.
La exposición reúne las piezas Espejo XIX (1993), que es la que cierra la serie
rechazada por el juez, pintada en acrílico sobre tela y collage; Tres
tomas de conciencia ciudadana (2009), compuesta por seis cubos
realizados con la técnica de estampa al aguatinta; La
justicia secuestrada (2004-2020), escultura de ensamble y
madera y Haz
caso a tu corazón (2012), elaborada en acrílico sobre cartón,
que se presentan por primera vez.
Y la obra Quetzalcóatl... está integrada por 14 elementos del
biombo y por ambos lados contiene obra de 28 artistas. “Representa un museo
itinerante de arte nacional e internacional, y fue creado con la finalidad de
salvaguardar mi casa-estudio”, indica. Esta pieza colectiva muestra los
trabajos de artistas como José Luis Cuevas, Joy Laville, Gilberto Aceves
Navarro, Manuel Felguérez, Vicente Rojo y Francisco Castro Leñero, entre otros.
Von Gunten narra que, teóricamente, aún debe
110 mil dólares. “Pero éstos ya se pagaron ampliamente, ya que me embargaron cien
cuadros. Y ahora resulta que el depositario de los cuadros y éstos han
desaparecido. El caso sigue abierto, pero yo estoy protegido por el acta de
embargo, en la que se detalla uno por uno los cuadros que se llevaron”, indica.
Oficio de pintor
Von Gunten ratifica su fe en el conocimiento
autodidacta. “En un oficio participan las manos, los ojos, no es algo
académico. No tengo nada en contra de los académicos, pero una cosa es un
historiador de arte, un crítico, y otra cosa es quien usa pinceles para crear
el color, la forma, la estructura”.
Quien estudió
pintura y diseño gráfico en la Kunstgewerbeschule Zürich,
con el maestro de la Bauhaus Johannes Itten, confiesa que ha transformado las
enseñanzas de su profesor.
“La teoría no ha cambiado, pero la práctica
sí. Sus ejercicios con los contrastes del color los llevamos a cabo sobre un
cuadrado dividido en 24 cuadritos. Yo siento eso como muy frío y, en lugar de
esto, hago collage”, agrega.
El artista que realizó su primer cuadro al
óleo a los siete años, ha confeccionado desde 1954 una obra que recrea el
paisaje y la figura humana. “Mi tema y estilo son parte de una mitología
personal. Ya no uso contornos, sino constelaciones de elementos colorísticos”,
añade.
En 1957, Von Gunten estudió grabado en metal
con Guillermo Silva Santamaría en la UIA y fue profesor de dibujo en la carrera
de artes plásticas, cuando la dirigía el escultor Mathias Goeritz.
Ahora, muestra a los jóvenes su paleta de
colores que, añade, no ha cambiado. “No hay colores nuevos. Para un pintor, la
superficie es un espacio a explorar”.
Finalmente, confiesa que le preocupa la falta
de eco en cuanto a la pintura. “Siento que quizá es porque estamos bombardeados
de tantas imágenes. Creo que hay una animadversión a contemplar, a meterse a
una imagen”, finaliza.