La Paz, Baja California Sur.- Al año, al menos el 2 por ciento de los más de 500 lobos marinos que viven en el Parque Nacional Archipiélago Espíritu Santo y el Islote San Rafaelito, dentro del Área Natural Protegida (ANP) de Balandra, se enmallan en basura y redes de pesca, lo que al cabo de un tiempo les provoca la muerte por estrangulamiento.

Así lo dio a conocer la cineasta y pasante de doctorado en Ciencias Sociales Eréndira Valle Padilla, directora general del proyecto Rescate de Lobos Marinos, que desde 2014 se dedica a salvar ejemplares enmallados en todo el Golfo de California. Desde entonces, la red peninsular de buzos, veterinarios y profesores surgida a raíz de este trabajo, ha salvado a 25 lobos: 21 en Espíritu Santo, 2 en mares de Sonora, 1 en Isla Margarita y 1 más en Los Cabos.

“Nosotros lo que hacemos es quitarle las redes a los lobos que sobreviven […] En realidad no hay ninguna tasa de cuántos lobos mueren al año, porque los pescadores nunca te van a decir que se murió un lobo en esta pesca incidental”.

Valle Padilla explicó que el cálculo del 2 por ciento de lobos enmallados es la cantidad que, con datos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) considera oficial, pero “la cifra es mayor”, asegura. Tan sólo durante el último cuatrimestre de 2018, la red de Rescate de Lobos Marinos contabilizó 14 lobos enmallados en Espíritu Santo, de los cuales sólo pudieron salvar a 10.

“Podemos contar a veces cierto número de lobos, pero cuando volvemos y hacemos otra vez el monitoreo vemos lobos que no vimos en el monitoreo pasado […] Vamos a probar que es un porcentaje mayor […] En 2018, las autoridades y las asociaciones civiles como ROC se gastaron todo el presupuesto en unos meses para vigilar que no hubiera turismo en las loberas […], entonces dejaron de tener el dinero para cuidar los siguientes meses […] Los pescadores de la misma isla se metieron a pescar a la lobera […] y empezamos a ver que las crías presentaban enmalle: a los tres meses de haber nacido ya estaban enmalladas […] Estos juveniles no tienen forma de salir del núcleo ni la zona de amortiguamiento, lo que quiere decir que los pescadores están pescando en la guardería de los lobos”. 

• Adopta un lobo marino

Año con año la red lleva a cabo campañas de fondeo con el fin de comprar medicamentos, dardos, agujas, equipo de campamento, instrumental quirúrgico, material de curación y gasolina para desplazarse a distintas ANP de la península. Cada seis meses programan visitas de monitoreo a Cabo Pulmo, Cabo San Lucas, Bahía de los Ángeles, Vizcaíno, Isla Margarita y Ensenada, sin embargo también atienden llamados ciudadanos de emergencia.

Para ayudar al Rescate de Lobos Marinos existen dos maneras, donar a través de la plataforma “Donadora”, en la dirección https://donadora.mx/campanas/rescate-lobos-marinos-2019, donde pueden realizarse aportaciones con tarjeta de crédito, débito o en efectivo en cualquier tienda Oxxo. Asimismo, es posible realizar donaciones en la página rescatedelobosmarinos.org.

Los apoyos pueden ir desde 1 hasta 10 mil pesos en una sola exhibición. Dependiendo de la cantidad, el donador recibe recompensas que van desde stickers, camisetas y sudaderas, hasta viajes de monitoreo con la red de rescatadores y la adopción de un lobo marino: 

Los integrantes de Rescate de Lobos Marinos le dan seguimiento al ejemplar adoptado y le notifican al donador acerca de las actividades de su lobo marino, le envían fotos para que sea testigo de su crecimiento y recibe un certificado de adopción con el nombre que el haya elegido para su lobo marino adoptivo. En los últimos 5 años, el proyecto ha recibido donaciones de Ciudad de México, Guadalajara, Querétaro, Canadá y Estados Unidos.

“Ojalá los paceños aportaran más, y las empresas de turismo, porque son directamente los beneficiados de la colonia: y son los que menos aportan […] De estas hembras y estos machos y juveniles que hemos desenmallado, hemos visto cómo las hembras siguen teniendo crías, cómo los machos y las crías crecen y buscan su espacio”, finalizó Eréndira Valle.