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Hoy es sábado, 20 de abril de 2024

Denuncian a la COEPRIS de corrupción y discriminación contra un estudio de tatuajes

Una vez que el propietario del negocio se presentó a denunciar ante contraloría, personal de COEPRIS retiró los sellos, no sin antes castigarle con el retraso de tres meses para entregarle su permiso

Denuncian a la COEPRIS de corrupción y discriminación contra un estudio de tatuajes

La Paz, Baja California Sur.- A pocas semanas de que el establecimiento conocido desde hace 15 años en La Paz, como Gabo Tatto, se viera inmerso en una serie de irregularidades por parte de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), el dueño de esta legendaria empresa, Gabriel Octavio Franco Moreno, señaló discriminación y corrupción en su contra a manos de servidores públicos de dicha área de la Secretaría de Salud.


En una publicación que hizo en redes, mejor conocido como "Gabo", señaló que debido a una denuncia contra su establecimiento ante la COEPRIS, el verificador Bogar Roel Leal Sotelo se presentó en el lugar cuando se encontraba acompañando a su esposa en el hospital a punto de dar a luz, recalcando que quien lo denunció sabía que no se encontraba, siendo que en su publicación señaló que más adelante confirmó a través de la instancia, que dicha denuncia era "un favor personal".


Tras llevar su documentación a la comisión sanitaria, aseguró que durante semanas y en aproximadamente cinco ocasiones no pudo entrevistarse con la titular, Blanca Pulido Medrano para resolver la situación, donde se le indicó que supuestamente no tenía agua en el lugar al momento de la verificación, y que había agua estancada frente a su negocio, a partir del agua del aire acondicionado del local junto a él.


En lugar de ello, Gabriel Franco fue recibido por el Jefe del Departamento Jurídico y Consultivo, Joaquín Núñez, el cual le habría señalado - asegura - que el sitio era un "lugar de mala muerte", donde incluso fue señalado de homosexual, drogadicto y un sin fin de palabras y tratos discriminatorios por parte de un funcionario severamente retrograda.


"¿y tú por qué tatúas? ¿No te da vergüenza? ¿Por qué mejor no te dedicas a otra cosa?, pareces un delincuente, de seguro te drogas para tatuar verdad, ¿que no sabes que los tatuajes son para homosexuales? si fueras hombre recto y cabal como yo, no andarías todo tatuado, no te harías esas cosas de joto, de seguro has de ser homosexual [...] para mi todas las mujeres que están tatuadas son unas prostitutas y yo solamente andaría con una mujer tatuada apenas que estuviera bien buena. ¿Que no sabes que dios nos hizo a su imagen? ¿Cómo vas a manchar la imagen de dios?"


"Yo odio a los tatuadores, si por mi fuera no le daría la licencia para tatuar a nadie aquí en la paz, es más de mi cuenta corre que no les daré mas permisos para tatuar a nadie, y por eso te pondré trabas para que no puedas tramitar tu licencia, yo no te ayudare ni te atenderé para que sigas con tu nido de drogadictos, en la denuncia sanitaria ciudadana ya nos dijeron que contigo va puro delincuente drogadicto, prostitutas y homosexuales, pura gente de lo peor", según cuenta Gabo, estas fueron las connotaciones de un servidor público que se merece a la ciudadanía.


Después de vueltas y mejoras en el establecimiento para lograr retirar las cintas y obtener su permiso - problema que en 15 años nunca tuvo con ninguna administración - solo fue recibido por el subcomisionado de regulación sanitaria, Jesús Alfredo Mora Famanía, quien de buena manera - explicó Gabriel Franco en su publicación - le dijo que renovara el tarjetón o que hiciera un escrito para Pulido Medrano donde señalara que "dejaría de tatuar por un rato, con eso ya sin hacer tanto alboroto, tú has lo que ellos te digan", dice le habrían comentado.


En entrevista directa con Diario El Independiente, Gabriel Franco explicó que a raíz de la publicación y de que se presentó a la contraloría para meter la queja, le dieron solución "inmediata" a su supuesto problema jurídico, donde le señalaron que no había delito que perseguir, recalcando que hubo un mal manejo de intereses personales por parte de los funcionarios.


En este sentido Gabo comentó al matutino que una vez que le aseguraron que retirarían los sellos del establecimiento, siempre y cuando retirara la publicación que hizo en redes sociales donde se señalan los nombres de los funcionarios, algo que no hizo hasta después, por considerar injusto callar contra este tipo de abusos.


"No se me oriento y se me negó la ayuda para solucionar mi problema [...] a mi abogado le pidieron que retirara la publicación que porque no hallaron nada en la verificación, que solo renovaran la licencia pero que me la darían hasta dentro de tres meses. No podré tatuar en este tiempo y como artista veré como proveer a mi familia, porque nunca nos había pasado algo así, soy derecho y siempre hemos tenido todo en regla", comentó al Independiente.


Señaló de igual manera al Diario que este tipo de tratos discriminatorios e intereses muy personales, hacen que otros tatuadores no quieran poner negocios y terminen haciendo las cosas "por debajo del agua", algo que consideró respetable, pero que desde su persona no realizará por seguridad de su familia y porque asegura que quiere hacer todo conforme a derecho.

 

Y finalmente Gabo no podrá tatuar en un tiempo de tres meses, agregando al matutino que en este momento contiene un cansancio psíquico y físico por la situación que duro un mes con funcionarios de COEPRIS, "me afectó y quiero estar tranquilo, ahorita mi atención está con mi familia y buscaré la forma para tener ingresos, pero si pude ver en este tiempo, que es una "cadena de complicidad" muy fuerte y lo tuve que hacer público porque sentía una impotencia de todo lo que nos hicieron, el trato", finalizó.