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Hoy es domingo, 5 de mayo de 2024

Las rutas gastronómicas de la empanada

  • Este platillo es un clásico de la temporada y el Centro de Guadalajara te espera para que las disfrutes durante tu visita a los siete templos GUADALAJARA, JALISCO. Buena parte de la gastronomía mexicana

Las rutas gastronómicas de la empanada

  • Este platillo es un clásico de la temporada y el Centro de Guadalajara te espera para que las disfrutes durante tu visita a los siete templos GUADALAJARA, JALISCO.
Buena parte de la gastronomía mexicana se rige por temporadas. Esta producción y consumo según la fecha resulta aún más notoria en la panadería: pan de muerto, en noviembre; capirotada, en diciembre; rosca de reyes, en enero y las típicas empanadas, en Semana Santa y Semana de Pascua.
Aunque se pueden conseguir todo el año, las empanadas cobran mayor popularidad en Jalisco en días santos. Su variedad de ingredientes que supera la decena, siempre respetando la vigilia. Entre la oferta de dulces están las de crema, mermelada y cajeta. Más allá del antojo por un alimento dulce, la empanada también puede fungir como tentempié, entrada o protagonista de la comida; sobre todo, los ejemplares salados, ya que la preparación no se ciñe a lo dulce. Al consumirse durante los días de guardar, los artesanos del pan cocinan empanadas rellenas de atún o marlin, dos especialidades frecuentes en la oferta local. Otras empanadas saladas son de rajas o champiñones, además de la variante “vacía”, menos común pero existente en el mercado. Para Guadalajara, esta tradición gastronómica se liga de manera intrínseca al centro de la ciudad: la clásica visita a los siete templos ofrece a las afueras de los recintos sacros una escala obligada para degustar las empanadas y reponer energía para el recorrido completo. Los peregrinos pasan unos minutos de reflexión, oran y se demoran en los templos aunque la iglesia no registra estas múltiples visitas como obligatorias: el gusto es también por el folclor, y en el caso de la capital de Jalisco, incluso para apreciar la arquitectura de los templos. La Arquidiócesis de Guadalajara propone tres rutas completas de siete templos cada una en las que los asistentes darán cuenta de tu fe mientras le dan gusto a su paladar: PROPUESTAS PARA TU VISITA A LOS SIETE TEMPLOS * Todo inicia en La Merced La primera ruta contempla su comienzo en La Merced, para después ir a Catedral, El Sagrario, Santa María de Gracia, San Agustín, San Francisco y terminar en Nuestra Señora de Aránzazu. * Por los templos virreinales En el segundo recorrido se exploran los templos virreinales, y comienza por San José de Gracia, San Diego de Alcalá, San Felipe Neri, Capuchinas, Jesús María y Santa Teresa de Ávila. * De visita a los templos conventuales Un tercer recorrido incluye los templos conventuales además de la catedral: Jesús María, Santa Teresa de Ávila, La Merced, Santa María de Gracia, San Agustín, El Sagrario y Catedral.
El origen La tradicional visita a los siete templos tiene sus raíces dos mil años atrás, cuando Jesucristo realizó siete escalas que van desde los momentos previos a su detención hasta el monte Calvario, para su crucifixión. Ya que este periodo simbólico abarca la noche del jueves santo y parte del viernes, la tradición dicta que los feligreses evoquen el recorrido durante uno de estos dos días.

¡Empanadas desde tu cocina!

La experiencia culinaria nunca está completa si el comensal no se embarca por lo menos una vez en la preparación de los alimentos. Cocinar empanadas caseras es relativamente fácil, tan sólo es necesario: • Un kilo de harina. • Una taza de agua. • Una cucharada de sal. • 30 gramos de azúcar (para mezclar). • 30 gramos para espolvorear y manteca vegetal. Preparación: Con la harina formamos un pequeño “volcán”, para colocar en la parte central la sal y el azúcar. Posteriormente, añadimos el agua y la manteca. El resultado se amasa con constancia y se divide en numerosas “bolitas” que más tarde aplanaremos con la forma de un rombo. Se le agregan los rellenos de nuestra elección y lo doblamos para crear el triángulo. Resta acomodar el material en la charola e introducirla al horno, a unos 450°F.